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La indiscreta fotografía que tumbó el AVE británico (y sus derivadas españolas)
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Perder los papeles

La indiscreta fotografía que tumbó el AVE británico (y sus derivadas españolas)

La crisis que llevó al colapso ferroviario inglés empezó como una novela de Le Carré: un documento confidencial fotografiado de tapadillo por el fotoperiodista al que temen todos los políticos y funcionarios de Londres

Foto: Cartel de la alta velocidad británica. (EFE)
Cartel de la alta velocidad británica. (EFE)

Su nombre es Steve Back, tiene 69 años y es una leyenda del fotoperiodismo británico. ¿Su principal virtud? Su olfato para fotografiar información gubernamental delicada...

No, no es que Back se cuele por una ventana del 10 de Downing Street por la noche, entre en el despacho del primer ministro, haga fotos a papeles con el sello CONFIDENCIAL y escape descolgándose con una sábana. Es mucho más simple: cada vez que un político o alto funcionario sale por la puerta de Downing Street o se baja de un coche oficial con documentación en la mano, ahí está la cámara de Back. Clic, clic, clic.

Foto: Fredrik Sjöberg en la isla sueca de Runmarö.

El fotoperiodista británico ha generado terremotos políticos varias veces. La última, hace pocas semanas, con una foto a los papeles de un alto funcionario con el que se cruzó en la calle, cuando Back ya había acabado su jornada laboral frente a Downing Street e iba camino al metro. ¿Qué ponían los papeles? La letra pequeña de una reunión entre el primer ministro, Rishi Sunak, y el ministro de Economía, Jeremy Hunt sobre el colapso del AVE británico. Publicada en The Independent, la foto de Back, con los sobreprecios de la obra, precipitó la crisis ferroviaria y adelantó la cancelación del tramo Londres-Manchester.

Alta velocidad británica: Game over. Otra muesca en el revólver de Back...

Foto: Un tren pasa por una de las zonas de construcción del HS2 en Londres. (Getty/Dan Kitwood)

En 2009, Bob Quick, jefe de operaciones antiterroristas de Scotland Yard, dimitió tras ser fotografiado por Back saliendo de un coche con documentación confidencial en la mano. Quick, que iba a entrevistarse con el primer ministro, Gordon Brown, aireó sin querer un documento clasificado con datos sobre operaciones antiterroristas en marcha. La foto de Back, que fue portada en periódicos como The Times y el FInancial Times, precipitó la detención de 10 supuestos terroristas pakistaníes.

El portavoz de Interior del Partido Conservador, Chris Grayling, tachó a Quick de "patoso": "Si no podemos confiar en que nuestro mayor cargo antiterrorista no muestre información altamente secreta en un lugar público, ¿en quién podemos confiar?".

En 2020, cuando Rishi Sunak era todavía ministro de Economía, una foto de Back desveló sus planes fiscales.

Otra de sus fotos reveló que el Gobierno de David Cameron quería privatizar el canal Channel Four.

En 2016, en pleno drama del Brexit, Julia Dockerill, jefa de gabinete de un parlamentario conservador, fue fotografiada mientras iba del 9 al 10 de Downing Street, de una reunión a otra. Dockerill levaba un cuaderno con notas. ¿Qué revelaban? La estrategia del Gobierno para las negociaciones del Brexit con la UE: quedarse en el mercado único sin aceptar la libre circulación de trabajadores. O la primera ministra, Theresa May, plegándose a la línea dura marcada por Boris Johnson en Exteriores. Movidón interno.

En 2014, Hugh Powell, consejero de seguridad nacional, desveló sin querer a la cámara de Back la respuesta británica a la invasión rusa de Crimea. "Reino Unido no apoyará de momento sanciones económicas a Rusia; tampoco cerrara el centro financiero londinense a los rusos", glosaba el documento confidencial, fotografiado mientras Powell salía de una reunión en Downing Street... y mientras el Gobierno británico llamaba oficialmente a la "mano dura" contra Rusia.

Resumiendo: los derechos humanos de los ucranianos están muy bien, pero los negocios de la City están aún mejor. Son los años en los que al centro financiero londinense se le conocía como Londongrado por la cantidad de dinero ruso dudoso que se movía ahí dentro. O el psicodrama de la realpolitik a golpe de fotografía.

"Fotografío a todos de cuerpo entero, pero la calidad de las cámaras y lentes digitales es ahora muy buena"

La cámara de Back, en definitiva, siempre está lista para enfocar papeles con la máxima resolución. Es el mayor maestro del zoom desde Valerio Lazarov. "Fotografío a todos de cuerpo entero, pero la calidad de las cámaras y lentes digitales es ahora muy buena. He logrado leer mensajes en los teléfonos móviles, no adrede, pero se leen con mucha claridad", explicó el fotoperiodista tras la foto con las notas del Brexit.

"Es solo periodismo de la vieja escuela", contó recientemente Back a The Guardian. Según el periódico, estas revelaciones ocurren a menudo pese al siguiente aviso en los pasillos de Downing Street: "Atención, recuerda, puedes ser fotografiado, al salir tapa cualquier documento que lleves encima".

Ocurre que las altas personalidades del Estado siempre van hablando por móvil, con prisa, son gente extremadamente ocupada, no pueden estar a todo. Por esa grieta se cuela Back.

Siempre Berlanga

No es ningún secreto que la capacidad de concentración de Joe Biden es un poco más baja que la de Rafael Nadal. Durante su mandato presidencial, entre otras escenas confusas, a Biden le fotografiaron la siguiente chuleta durante una reunión en la Casa Blanca: "TÚ entras en la Sala Roosevelt y dices hola a los participantes". "TÚ te sientas". "Entra la prensa". "TÚ haces unos breves comentarios (2 minutos)". "TÚ haces una preguntas a Liz Shuler, presidenta, AFL-CIO. Nota: Liz participa de forma virtual". "TÚ das las gracias a los participantes". "TÚ te vas".

En España, la mayoría de los papeles fotografiados de tapadillo siguen esta línea costumbrista. Tenemos nuestra propia línea de fotos a textos oficiales, con episodios controvertidos, pero lejos del berenjenal británico.

Cuando el aguerrido diputado socialista Óscar Puente dio la réplica a Alberto Núñez Feijóo en la pasada investidura fallida, fue fotografiado con papeles en la mano. Al ampliar la foto en busca de sorpresitas, nos encontramos una humorada: Puente comparando a Feijóo con Dory, pez desmemoriada de la saga Nemo, chascarrillo leído luego por Puente en su discurso.

En mayo de 2022, día de rueda tras consejo de ministros, un fotógrafo pescó los papeles que la vicepresidenta Yolanda Díaz llevaba en una carpeta transparente. ¿Qué decían? Que al Gobierno le preocupaba "el efecto Feijóo" y asumía que la izquierda acudía desmovilizada a las autonómicas andaluzas, al tiempo que, ejem, la ministra de Trabajo concedía a Andalucía 50 millones en ayudas al empleo en esa misma rueda de prensa.

A finales de 2011, durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy, Celia Villalobos y Soraya Sáenz de Santamaría recriminaron a dos fotoperiodistas en el Congreso por fotografiar a Rajoy mientras leía unos papeles en su escaño. Los fotoperiodistas tuvieron que enseñar sus cámaras a Villalobos para que comprobara que no había nada extraño.

"Me pregunto si los fotógrafos acreditados estaban obligados a enseñarles las imágenes a la vicepresidenta de la mesa y me gustaría saber si les puede recriminar por fotografiar esto o aquello. ¿Tiene miedo la mesa del Congreso de las fotos que puedan hacer los periodistas acreditados?", se preguntó el fotoperiodista José Pujol tras el incidente.

Foto: 'Cruzada' del Congreso contra los fotógrafos: retirará la acreditación a los 'indiscretos'

Dos días después, estalló otro follón cuando un fotógrafo de El Mundo fotografío en el Congreso la pantalla del móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces jefe de la oposición, con el siguiente mensaje: "Me dice nuestra informadora en el Ayto de Madrid q Gallardon va Defensa" [sic].

El caso es que Gallardón no acabó en ese ministerio, sino en Justicia, pero el quilombo fue sonado, y no solo por engordar el mito de que Rubalcaba tenía antenas hasta en las cabañas del Pirineo, sino porque los políticos aprovecharon para poner firmes a los fotógrafos indiscretos…

Tras el incidente, Jesús Posada, presidente del Congreso, pidió un informe jurídico sobre los límites del fotoperiodismo en la cámara. El presidente anterior del Congreso, el socialista José Bono, cambió el reglamento para restringir el trabajo de los fotoperiodistas, que hicieron un plante protesta.

placeholder Los papeles de Puente en la investidura fallida de Feijóo. (EFE)
Los papeles de Puente en la investidura fallida de Feijóo. (EFE)

¿El resultado del rubalcabagate? Días después los periódicos publicaron que la Mesa del Congreso amenazaba con "retirar la credencial de prensa a los informadores gráficos que fotografíen papeles y mensajes o correos privados de diputados en el hemiciclo”.

Restricciones pensadas quizá no tanto para ocultar secretos de Estado, como para salvar el decoro de los diputados: recuerden las imágenes de Celia Villalobos jugando al Candy Crush en el Congreso, ante el estupor del contribuyente.

Habla el fotoperiodista Eduardo Parra, un histórico del Congreso de los Diputados.

"Una cosa es un papel y otra la pantalla de un móvil. Hace años íbamos más a saco a por los teléfonos en el Congreso. Ahora muchos políticos llevan pantalla anti espionaje, solo se ve de frente".

"¿Se puede fotografiar cualquier cosa en el Congreso? Estamos bajo un limbo fotográfico, creo que el límite lo marca la ley general; otra cosa es que, a veces, se te acerque algún hombre de Sánchez o Feijóo a preguntarte qué acabas de fotografiar. Si hay alguna polemiquilla, te dan alguna colleja, o los agentes de los pasillos del Congreso se ponen quisquillosos unos días con nosotros".

"Estas fotos de políticos británicos yendo del coche oficial a la sede del Gobierno, o de reunión a reunión, son complicadas de hacer en España"

"Normalmente lo que manejan los políticos en el Congreso son papeles triviales. Los secretos oficiales están en otros sitios".

"Sí fotografías sin querer algún mensaje delicado, lo envías a Redacción para que valoren ellos".

En 1991, el senador socialista Gaspar Zarrías fue fotografiado en el Senado votando por él y por todos sus compañeros

"Estas fotos de políticos británicos yendo del coche oficial a la sede del Gobierno, o caminando de una reunión a otra con papeles, son complicadas de hacer en España por falta de acceso. En general nuestra labor está bastante restringida", zanja Parra.

En 1991, el senador socialista Gaspar Zarrías fue fotografiado en el Senado votando por él y por todos sus compañeros. Y no fue el único. Lo contó así ABC: "Los senadores andaluces del PSOE Joaquín Galán y Gaspar Zarrías protagonizaron un pucherazo de los que marcan época en la Cámara Alta. El primero votó con el pie y una mano mientras que Zarrías se las ingenió para pulsar el botón con una mano y alcanzar a hacer lo propio en el escaño de al lado del compañero ausente, en un ejercicio de gimnasia corporal fuera de lo común del que hay incluso testimonio gráfico. Dos personas, cuatro votos. El resultado, que se había visto adulterado, tuvo que repetirse”.

Resumiendo: si hablamos de fotografías a papeles o políticos en faena, en Reino Unido son más de sofisticadas intrigas de espionaje y documentos clasificados, y en España somos más de Berlanga.

Su nombre es Steve Back, tiene 69 años y es una leyenda del fotoperiodismo británico. ¿Su principal virtud? Su olfato para fotografiar información gubernamental delicada...

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