El epidemiólogo que revive tus pesadillas del covid: "China no podrá esconder sus muertes"

"Wuhan fue nuestra lección hace tres años. Las consecuencias globales de esta ola de 2022-2023 no serán pequeñas". El epidemiólogo y economista de la salud Eric Feigl-Ding alertó hace unos días en su cuenta de Twitter acerca de que los hospitales están completamente saturados desde que China relajó su política de cero covid. "El 60% de China y el 10% de la población de la Tierra probablemente estén infectados en los próximos 90 días".

Después de casi tres años de una de las políticas más estrictas para frenar los contagios, los chinos salieron a la calle para decir basta. En una de las protestas casi sin precedentes en el país, el presidente Xi Jinping dio marcha atrás y relajó algunas de las medidas que han golpeado tanto a la población como la economía del gigante asiático. Los medios de comunicación afines al Partido Comunista pasaron de defender a capa y espada la política de cero covid a centrarse en las oportunidades económicas tras la apertura y en subrayar que la variante ómicron tiene efectos más leves.

Sin embargo, detrás de la careta de cambio que promete el Gobierno se esconde un —esperado— aumento de casos en contagios y muertes por covid. Eric Feigl-Ding alerta de que el número de fallecidos está siendo subestimado fuera de China y que una encuesta en hospitales y empresas funerarias sostiene que hay una explosión de la demanda de servicios funerarios por el aumento de las muertes relacionadas con el covid. Esto es solo el principio, afirma.

PREGUNTA. ¿Qué ha implicado para la población china la relajación de la política de cero covid?

RESPUESTA. China tenía una política muy estricta de cero covid antes, pero quiero enfatizar que esa política no se traduce solamente en los confinamientos. Ese es uno de los métodos, pero hay otros como los test, el rastreo de contactos, las vacunas y las mascarillas, así como desinfección y ventilación. Todo esto es lo que ha definido la política. Ahora mismo, China ha mitigado estas medidas, aunque no como en Occidente. En algunos países ya no es necesario hacer cuarentena y China no ha llegado a eso. Las cuarentenas siguen vigentes, pero ya no es obligatorio aislarse en centros especiales, puedes hacerlo en casa. Y ya no cierran comunidades enteras o edificios enteros como antes. Podríamos decir que está a mitad de camino entre la política de cero covid de antes y las medidas de relajación de Occidente.

P. ¿Qué tipo de información está haciendo oficial el Partido Comunista chino desde el fin de la estricta política?

R. Claramente, se han relajado y ahora han subido los índices de contagio. China ha divulgado algunas estadísticas y no muestran casi muertes. Eso es una broma. Todo el mundo sabe que hay miles de fallecidos, porque no hay camas de hospital para todos. Esto muestra que estamos ante un aumento de las muertes por covid en China.

A China no le gusta admitir que está equivocada. Pero una vez que han dado marcha atrás en su política, es difícil revertirlo. Han abierto la caja y ahora no pueden volver a cerrarla. Creo que China vivirá un invierno malo porque millones de personas se pondrán enfermas y los hospitales estarán saturados. Y el invierno acaba de empezar, así que creo que lo peor está por llegar.

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P. China escondió una gran parte de los datos sobre el covid cuando se inició la pandemia. ¿Hasta qué punto lo está volviendo a hacer?

R. Al principio escondían el origen del virus, pero ahora realmente no pueden esconder las muertes de tanta gente. No pueden esconder la falta de camas de hospital y los números de incineraciones. En China, casi no entierran a nadie y todo el mundo utiliza este método, así que las incineraciones son el mejor indicador de las muertes. En otros países se puede esconder, porque pueden enterrar a alguien en el campo o en el patio trasero de sus casas, pero en China no. Hasta los científicos están diciendo que esto es solo el principio y lo que suceda no lo van a poder esconder para siempre. Hay un límite.

En definitiva, lo que pasa en China no se queda en China, porque otra cosa que puede pasar es que tengamos escasez de medicamentos en Europa, Estados Unidos o Canadá que vienen de China y se envían desde allí. Si hay una interrupción de la cadena de suministro, entonces existe un alto riesgo de interrupción de toda la cadena y eso puede repercutir en todo el mundo.

P. Ha hecho mención al problema en los hospitales. ¿Es este uno de los mayores retos para China?

R. Si los contagios se convierten en una ola nacional —más allá de las ciudades grandes—, tendrán un problema. En Wuhan, por ejemplo, mandaron a doctores y enfermeras de todo el país. Pero si es nacional, no tendrán suficientes porque, en general, China no tiene suficientes camas de hospital per cápita y no tiene los suficientes doctores y enfermeras. Puedes construir hospitales, pero no sanitarios.

Y eso que todavía no han empezado las vacaciones en China. Allí se celebra el Año Nuevo lunar a finales de enero y en ese momento millones de personas viajan al campo o a otras ciudades, por lo que se expandirá todavía más el virus. Es un problema porque, además, la infraestructura hospitalaria en pueblos pequeños no es la misma que en ciudades como Shanghái o Pekín.

P. ¿Cuáles cree que son las medidas más urgentes que debe tomar el Gobierno chino ante el aumento de casos de covid?

R. En primer lugar, creo que deberían dar mascarillas N95 a todo el mundo, porque muchas personas siguen utilizando las quirúrgicas y son menos efectivas. No tendrían que tener problemas de producción, porque son ellos los que las han fabricado para casi todo el mundo.

En segundo lugar, deberían actualizar sus vacunas. No están utilizando las de ARNm como en Occidente y en China están aprobadas las vacunas basadas en virus inactivado, pero la efectividad es menor. Si la gente se pone una vacuna y funciona en un 40%-50% contra el virus, pueden estar decepcionados porque siguen yendo al hospital si empeoran y eso puede crear resistencia a las vacunas, lo cual es muy peligroso. Ahora están probando una vacuna inhalada, pero sigue siendo residual.

P. ¿Debemos preocuparnos en Europa por la nueva ola de contagios en China?

R. Todavía estamos hablando de una ola pequeña, pero Nueva York también está teniendo una. No es tan grande como la de China, porque en el país asiático el sistema de vacunas es más débil y en algunas zonas de campo hay gente que todavía está esperando a infectarse. Las olas no serán tan malas por las vacunas de Occidente, pero creo que la gente debería estar un poco preocupada. El invierno será peor y ya hay muchas variantes. Si ya hay muchas y se infectan millones de personas en China, habrá más, por supuesto. Por otro lado, si hay problemas en las cadenas de suministro, eso sería una consecuencia más allá de los contagios.

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P. Las protestas en China han provocado un cambio en la política de cero covid de Xi Jinping. ¿Cree que el Gobierno puede tambalearse si la situación vuelve a empeorar?

R. No creo que Jinping esté nunca en peligro. Es un dictador de verdad y tiene el poder absoluto. No hay manera de tambalearle, lo único que puede hacer que caiga es que él mismo se retire o que muera. El covid no va a peligrar su mandato y, para lo bueno y para lo malo, China está atada a su Gobierno.

P. Algunas personas le han descrito como un exagerado por alarmar sobre la situación actual. ¿Quiere decir algo sobre eso?

R. Los datos de que el 60% de China podría ser contagiado en los próximos 90 días es lo que dicen los epidemiólogos, no lo digo yo, estoy citando a expertos. La situación se puede comparar con Hong Kong. Relajaron medidas y tomaron la postura de Occidente con un gran número de muertes. Pero allí están más y mejor vacunados porque utilizan la vacuna como en Occidente. Así que, si Hong Kong ha sufrido un número de muertes apocalípticas, también le puede pasar a China, aunque los números ahora no sean tan altos. Imaginemos si trasladamos esta situación con unas cifras de las que no tenemos toda la información.

"No tienen que creerme"

Eric Feigl-Ding publicó, en enero de 2020, un hilo titulado Santa Madre de Dios. Fue uno de los primeros que alertaron de la posibilidad real de que en ese momento un casi desconocido coronavirus se convirtiera en una pandemia. Casi tres años después, el hilo titulado Mal termonuclear subraya de nuevo que las cosas pueden empeorar. En este caso, sin embargo, el peligro de esta nueva ola en China no se limita solamente a los contagios, sino a las consecuencias económicas globales.

En uno de los últimos tuits del hilo, Feigl-Ding escribe que sus seguidores no tienen que creerle. “Mucha gente no lo hizo en enero de 2020 cuando traté de advertir que el nuevo coronavirus era una pandemia que el mundo no había visto desde 1918”. Ahora, insiste en que el covid no ha acabado. "Solo soy un epidemiólogo intentando advertir…".