Al volante de los Audi Q8 e-tron, ahora con hasta 595 kilómetros de autonomía

Quien se acerque ahora mismo a preguntar por eléctricos en un concesionario de Audi, debe saber que los precios arrancan en 58.710 euros, factura correspondiente al Q4 e-tron 40 Advanced, o que son cinco los modelos de batería que puede encontrar: el citado Q4 e-tron y su derivado de perfil más deportivo Q4 Sportback e-tron, el exclusivo e-tron GT coronando la gama y el nuevo Q8 e-tron, disponible como el Q4 e-tron con dos carrocerías: la que podemos denominar normal, o SUV, y la de perfil más dinámico, casi cupé, que la firma alemana bautiza Sportback. Aunque, en realidad, tanto el Q8 e-tron como el Q8 Sportback e-tron son, en realidad, la evolución respectiva del Audi e-tron, lanzado en 2018 como primer eléctrico de la casa de Ingolstadt, y del e-tron Sportback, nacido en 2019 y que en España se ha vendido mejor que su hermano, copando dos tercios de los pedidos, contra el tercio del e-tron convencional.

Pero no hay que pensar en un mero cambio de nombre, pues tanto el Q8 e-tron como el Q8 Sportback e-tron introducen muchas novedades en relación a los modelos de los que derivan. Quizás las menos llamativas tengan que ver con el aspecto exterior, pero cambios hay: cinco nuevos diseños de llantas entre 19 y 22 pulgadas, cuatro nuevos colores de carrocería incluido el Rojo Soneira metalizado, paragolpes delantero y trasero rediseñados, el nombre de marca, modelo y versión en el pilar lateral central (un detalle motivado por la normativa de registros), nuevo difusor aerodinámico posterior o un frontal redefinido, pues la parrilla cambia de forma y adopta una tira de luz en su cara superior, y se incorporan tomas de aire activas en la parte inferior. Y eso, junto con otras medidas, contribuye a optimizar la aerodinámica, que pasa de un índice Cx de 0,27 a 0,26 en el Q8 e-tron, y de 0,26 a 0,24 en el Q8 Sportback e-tron, lo que nunca viene mal para alargar un poco la autonomía.

Dentro apenas varía nada, salvo que ahora se ofrecen inserciones de un tejido sostenible, fabricado a partir de botellas de plástico PET recicladas. O, y esto ya es de nota, el estreno de nuevas fundas para las hebillas de los cinturones de seguridad, ahora fabricadas mediante un proceso de reciclaje. Anécdotas ecológicas al margen, lo importante es que la calidad general de fabricación sigue siendo magnífica, por encima de la que encontramos en vehículos prémium comparables de BMW o Mercedes-Benz. Materiales de primera, terminación perfecta, ausencia total de ruiditos o vibraciones cuando circulamos por mal asfalto o caminos... Y eso tiene importancia, porque los eléctricos son tan silenciosos que cualquier perturbación causada por un mal ajuste se aprecia más que en un vehículo de combustión.

En lo que no hay modificaciones es en la amplitud, pues las dimensiones externas no varían: 4,92 metros de largo por 1,94 de ancho y 1,63 de alto, aunque la carrocería Sportback es 14 milímetros más baja. Y en cuanto al maletero, 569 litros para el Q8 e-tron y 528 para el Q8 Sportback e-tron, aunque ese espacio posterior se complementa en ambos casos con el segundo maletero, de 62 litros, bajo el capó frontal. Por lo tanto, espacio más que suficiente para desplazarse en familia, e incluso para viajar, pues Audi, como veremos, ha alargado de manera notable el alcance eléctrico entre recargas.

Más batería, más autonomía

Desde febrero ya están disponibles las versiones 50 y 55 de ambos modelos, con 340 y 408 CV de potencia respectivamente, y a finales de mayo se unirán a ellas las variantes deportivas SQ8, con 503 CV; en todos los casos con tracción Quattro eléctrica a las cuatro ruedas. Y en todos los casos también se ha incrementado la capacidad de la batería, sin necesidad de aumentar su tamaño, pues Audi ha logrado aprovechar mejor el espacio dentro de la carcasa reordenando de otra manera las celdas de energía. Así, de los 71 kWh (64 útiles) del anterior e-tron 50 se pasa a 95 kWh (89 útiles) en el Q8 e-tron 50, de manera que la autonomía crece un 45%: la homologación media WLTP pasa de 333 a 487 kilómetros en la variante SUV, y de 346 a 501 kilómetros en la variante Sportback.

Y en las versiones 55 y SQ8 se gana, respectivamente, un 33% y un 30% de alcance eléctrico porque la anterior batería de 95 kWh (86 útiles) es sustituida por una de 114 kWh (106 útiles). De ese modo, el Q8 e-tron 55 pasa de los anteriores 433 kilómetros a 576 en la variante SUV, y de 446 a 595 kilómetros en el Sportback. Y en el inminente SQ8, de 361 a 465 kilómetros en el SUV, y de 368 a 483 en el Sportback. La diferencia es tal, que esa ganancia se aprecia aunque no echemos muchas cuentas, pues con los anteriores e-tron y e-tron Sportback veías caer las cifras de autonomía mostradas por la instrumentación con relativa celeridad, y ahora la batería se mantiene en valores mucho más tranqulizadores durante más tiempo. Aunque la eficiencia sea parecida, pues el Q8 e-tron más ahorrador, que es la versión 50 con carrocería Sportback, homologa 19,7 kWh/100 km de media en ciclo WLTP, que no es precisamente poco. Su peso en orden de marcha es de 2.585 kilos, y eso lastra.

No obstante, y a pesar de una masa que supera con creces en vacío las dos toneladas y media, hablamos de vehículos tremendamente rápidos, pues ese Q8 Sportback 50 e-tron Quattro citado, con 340 CV de potencia y 664 Nm de par máximo (309 Nm generados por el motor delantero y 355 por el trasero, que ha sido mejorado en busca de mayor eficiencia), acelera de 0 a 100 km/h en 7 segundos exactos, y en 6 si seleccionamos el programa Boost, estando la velocidad punta autolimitada a 200 km/h, que ya es bastante. Misma velocidad máxima que el Q8 Sportback 55 e-tron Quattro, que rinde 408 CV de potencia pero no es radicalmente más veloz, pues se beneficia del mismo par máximo, 664 Nm, y gana unas pocas décimas en la arrancada desde parado: de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, y 5,6 si activamos el modo Boost, en el que disponemos de todos y cada uno de los caballos.

Precisamente nuestro test por carreteras vascas y cántabras se desarrolló al volante de un Q8 e-tron 55, que hasta ahora ha sido la versión elegida por la inmensa mayoría de los clientes españoles. A su amplitud o calidad general ya nos referimos unas líneas más arriba, y también hay que darle un sobresaliente a su confort o agrado, aunque el diámetro de giro es de 12,2 metros y eso complica algo las maniobras a coche parado en espacios reducidos, lo que se solucionaría con una dirección a las cuatro ruedas. En cualquier caso, hasta la dirección ha recibido mejoras en busca de un mejor tacto a cualquier velocidad, pues resulta más suave yendo despacio y más firme que antes en autovía.

Y no es el único cambio en el chasis de un coche que equipa de serie suspensión neumática, que en condiciones mantiene una distancia al suelo de 176 milímetros pero puede variar esa cota en un margen de 76 milímetros según las condiciones de uso o nuestras necesidades. Por ejemplo, a alta velocidad el Q8 e-tron se pega más al suelo para mejorar la aerodinámica y ahorrar energía. Asimismo, los ingenieros de Audi han recalibrado la puesta a punto general del chasis, la cinemática de los ejes y el sistema estabilizador ESC, y también han incrementando las diferencias de funcionamiento entre los siete modos de conducción disponibles: Auto, Comfort, Dynamic, Efficiency, Individual, Allroad y Offroad; los dos últimos más indicados para usos fuera de carretera o con mucha nieve, por ejemplo.

Al volante del Q8 55 e-tron

El caso es que nos ponemos en marcha, y nuestro Q8 e-tron 55 va de maravilla. Dejando a un lado las opciones que monta, el precio de esta versión en España es de 94.610 euros con el acabado Advanced; y que vaya bien o muy bien es lo que todos esperarán. Acelera de forma contundente pero progresiva, y tiene un rodar extremadamente suave, algo que aprecias cuando, por ejemplo, dejas de acelerar y compruebas que el coche sigue fluyendo, como si nada rozase o nos frenase, pese a sus enormes neumáticos 255/55 R19 de serie. No obstante, hasta eso podemos ajustar, pues gracias a las levas del volante se gradúa el nivel de retención al desacelerar, de forma que a ritmos tranquilos podemos prescindir del freno bastante veces.

No será así en carreteras de montaña afrontadas a ritmo animado, porque es ahí donde las dos toneladas y media largas del conjunto se notan más. No tanto al acelerar o al pasar por las curvas, pues las prestaciones son de primera y la estabilidad, el agarre, la tracción y la ausencia de balanceo sorprenden de forma positiva; pero sí en las frenadas, pues los grandes discos (de 375 milímetros delante y 350 detrás) tienen bastante trabajo, y aunque las distancias de detención al límite son cortas, hay sensación de inercia y de muchos kilos por frenar, y eso acaba devolviéndonos a ritmos más tranquilos, los mejores para estirar la autonomía al máximo.

En cuanto a las recargas, las versiones 50, con batería de 89 kWh útiles, admiten potencias de hasta 150 kW en estaciones de corriente continua y eso se traduce en 28 minutos para pasar del 10 al 80% de capacidad, mientras que las versiones 55 y SQ8, con batería de 106 kWh útiles, alcanzan los 170 kW y bastan 31 minutos para pasar del 10 al 80%, y 10 minutos servirían para cargar la energía necesaria para hacer 123 kilómetros más, según Audi. Si la carga se realiza con corriente alterna, la potencia máxima de serie es de 11 kW, pero en opción se ofrece un cargador de 22 kW que reduce los tiempos a la mitad: 4 horas y 45 minutos en las versiones 50 y 6 horas en las versiones 55 y SQ8.

Los precios no son bajos, pues hablamos de un lujoso Audi, de un SUV de enorme tamaño y de unas caras baterías de enorme capacidad, y por eso las facturas arrancan en los 84.610 euros del Q8 50 e-tron Quattro Advanced, o en los 94.610 del Q8 55 e-tron Quattro con el mismo acabado básico, pues la diferencia entre las versiones 50 y 55 es de 10.000 euros en todos lo casos. Y podemos seguir sumando, pues si preferimos el equipamiento S line al Advanced, deberemos pagar 5.500 euros extra, y si nos gusta más la carrocería Sportback que la SUV, 2.500 euros más, encontrándonos de esa manera como tope de la gama actual los 102.610 euros del Q8 Sportback 55 e-tron Quattro S line... que probablemente será el más vendido. Y si tiramos de opciones o de paquetes de diseño, como el Black (2.500 euros más caro que el nivel S line), la cuenta seguirá ascendiendo.

Y la gama crecerá pronto, pero por el momento Audi no ha comunicado los precios de los SQ8 y SQ8 Sportback, que llegarán en mayo con su mecánica de tres motores, uno delantero y dos traseros, que totalizan 503 CV de potencia y 973 Nm de par, y van aún más allá en materia de prestaciones, con velocidad punta elevada a 210 km/h y paso de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos, o en 4,5 con el modo Boost activado. Palabras mayores.