Nos subimos en el nuevo Explorer, el práctico SUV eléctrico de Ford ideado para Europa

El desarrollo de vehículos eléctricos por parte de Ford viene de muy atrás, pues incluso la tercera generación del Focus contó, entre 2011 y 2018, con una variante de este tipo, si bien su presencia fue aún más testimonial en nuestro continente que en Norteamérica. De hecho, la gran apuesta de la firma del óvalo por esta tecnología llegó de la mano del Mustang Mach-E, presentado en 2019, producido actualmente tanto en Méjico como en China, y que pasará a la historia como el primer Ford solo eléctrico, aunque hablamos de un crossover del segmento D con 4,72 metros de longitud y la firma de Detroit insistió siempre en que la gama crecería pronto hacia abajo para ofrecer coches de batería más adaptados a la clientela europea y con precios más ajustados.

Y el primero de esos nuevos eléctricos acaba de ser desvelado, un SUV ideado, diseñado y desarrollado específicamente para Europa, y que, de hecho, será fabricado en la modernizada planta alemana de Colonia, donde poco después se producirá un segundo modelo eléctrico. Una factoría alemana, por cierto, en la que Ford ha invertido 2.000 millones de dólares (1.857 millones de euros, al cambio actual) y cuya misión resulta clave para el proceso electrificador de la marca, pues los dos vehículos que producirá, situados por debajo del Mustang Mach-E, serán los primeros Ford eléctricos que, según sus planes, deberían fabricarse de forma masiva. Y es que Ford Europa planea vender más de 600.000 vehículos totalmente eléctricos en la región para 2026, y se ha comprometido a ofrecer una gama de turismos totalmente eléctricos para 2030.

Este primer coche eléctrico con vocación 'de masas' es un SUV del segmento C con cinco puertas y cinco plazas, y algo más corto que un Ford Kuga porque mide 4,46 metros (aproximadamente como un Peugeot 3008 o un Volvo XC40), mientras que la anchura es de 1,87 metros y la altura, de 1,60 metros. Además, la distancia entre ejes es de 2,76 metros, y presume de un maletero con 450 litros de capacidad que, abatiendo por completo la segunda fila de asientos, dotada de respaldo 60:40, alcanza un volumen de 1.400 litros.

En cuanto al nombre, puede sorprender que Ford haya elegido precisamente el de otro modelo mucho más grande y todavía a la venta en Europa, pero a lo largo de este año el actual Explorer, un SUV de 5,06 metros con siete plazas y mecánica híbrida enchufable, debería dejar de comercializarse en nuestro continente para que el único Ford Explorer sea, al menos aquí, el SUV eléctrico ahora presentado. Además, la marca quiere insistir en su americanidad como elemento distintivo, y las denominaciones comerciales de sus productos pueden jugar en eso un papel esencial. El otro elemento, sin duda, será el diseño, porque Ford apostará en los próximos años por un estilo que recuerde el aire de familia de los vehículos que vende al otro lado del Atlántico.

Y mientras que el Ford Mustang Mach-E recurre a una plataforma de desarrollo propio, en el caso de este nuevo Explorer y del otro eléctrico que la marca fabrique en Colonia se opta por la plataforma MEB de origen Volkswagen, común a varios modelos de Audi, Cupra, Skoda y Volkswagen, en virtud de los acuerdos alcanzados en su día por los grupos Ford y Volkswagen, que por ejemplo también cooperan en vehículos comerciales y en sus nuevos todoterreno pick-up. No obstante, cuando en 2025 sean lanzados los dos eléctricos que Ford planea fabricar en la planta valenciana de Almussafes, emplearán una plataforma desarrollada por la firma del óvalo, y no esta MEB del Explorer.

Versiones de 170, 286 y 340 CV

Curiosamente, y a pesar de tratarse de una plataforma conocida (la del Cupra Born o los Volkswagen ID.3 e ID.4, entre otros modelos), Ford no ha hecho pública la capacidad de las baterías que empleará en este Explorer, y tampoco la autonomía, aunque hablan de unos 500 kilómetros en las versiones con mayor alcance. Otro tanto sucede con la potencia de las mecánicas, que se mantiene en secreto, aunque El Confidencial ha podido conocer de fuentes bien informadas que la gama inicial contará con tres variantes: una de tracción y motor traseros con 170 CV, otra con esa misma arquitectura pero que rendirá 286 CV, y finalmente una versión deportiva con un motor delante y otro detrás, tracción total y 340 CV de potencia.

En cuanto a la recarga, tampoco se habla de potencias por ahora, pero Ford explica que el Explorer podrá reponer energía del 10 al 80% en corriente continua en solo 25 minutos. Al respecto, la marca insiste en que sus clientes disponen ya de 450.000 cargadores en toda Europa, y que de aquí a 2024 se añadirán otros 500.000 cargadores. Además, entre los ya existentes figuran las 2.100 tomas de carga rápida desplegadas en las 450 estaciones de la red Ionity, de la que Ford es miembro fundador.

Los interesados en el Explorer pueden realizar ya la reserva, para lo cual no se exige depósito alguno y deberán elegir un concesionario de referencia, pero realmente deberán esperar aún hasta agosto para conocer sus precios; aunque Ford quiere que su nuevo SUV eléctrico pueda acogerse a las ayudas del plan Moves III, de manera que arrancará por debajo de los 45.000 euros. Después, ya en septiembre, se habilitará la configuración online y se abrirán los pedidos para quienes tengan reserva, y en octubre se abrirán los pedidos al resto; pero las primeras unidades no llegarán a los concesionarios hasta diciembre, y las entregas comenzarán ya en el arranque del 2024.

A falta de conocer más sobre la parte técnica, sí se sabe que habrá dos niveles de equipamiento, Explorer y Explorer Premium, y que Ford ha decidido ofrecer un equipamiento ya muy completo desde la variante básica, que por ejemplo contará con asientos delanteros y volante calefactados, asiento del conductor con función masaje, acceso sin llave y altavoz integrado en una barra de sonido sobre el salpicadero. Y en el exterior, las llantas más pequeñas serán las de 19 pulgadas, habiendo también diseños de 20 y de 21 pulgadas. En cuanto a colores de carrocería, la paleta se limita a seis pinturas, de las que dos son nuevas en la marca: el Azul Artic de las fotografías y el Azul Vibrant My Mind; mientras que también habrá Blanco Frozen, Gris Magnetic, Negro Agate y Rojo Lucid.

Nos metemos en el Explorer

Semanas antes de que Ford desvelara oficialmente el nuevo Explorer, El Confidencial había viajado ya hasta Dusseldorf para encontrarse a puerta cerrada con el nuevo SUV eléctrico de la firma americana. Y, para ser sinceros, era nuestra segunda toma de contacto con él, pues previamente Ford nos había mostrado en su cuartel general alemán este coche, su futuro hermano 'made in Colonia' y otro eléctrico más. Bajo secreto de confesión, por así decirlo. Pero en Dusseldorf íbamos a tener mucho más tiempo para analizar el Explorer, que en vivo, al primer vistazo, nos pareció más voluminoso de lo que aparenta en fotos, quizás por su morro alto y sus ruedas muy grandes, e incluso por los reflejos plateados y celestes de su nueva pintura azul, pues todo influye.

Los asientos, por ejemplo, suponen la primera impresión agradable, porque son cómodos y sujetan bien gracias a un diseño casi deportivo, con reposacabezas integrados. Y habrá dos tipos de tapicería: combinación de tela y piel Sensico (no es de origen animal) en el acabado básico, y totalmente acabados en Sensico en el nivel Premium, que también suma ajuste eléctrico de la butaca del conductor y tiene una iluminación ambiental más refinada, a base de tiras luminosas que pueden mostrar 10 colores distintos.

Vemos también que en las puertas solo hay dos botones para controlar las cuatro ventanillas eléctricas, herencia a nuestro juicio envenenada de los Volkswagen ID. y del Cupra Born, y otro tanto sucede con el pequeño panel táctil a la izquierda del volante con los mandos de luces, de manejo más engorroso que las ruedas o botones convencionales.

Pero enseguida se nos va la mirada al volante, que no es redondo sino una especie de cuadrado redondeado, aunque no se maneja precisamente mal. Y tras él, la instrumentación digital, una pantalla algo pequeña heredada también de los Cupra, Skoda y Volkswagen con plataforma MEB. Pero desde ahí hacia la derecha, todo está rediseñado, pues la zona central del tablero y la consola que separa las dos plazas delanteras es un prodigio de originalidad. Por ejemplo, la pantalla central táctil Ford SYNC Move, vertical y de 15 pulgadas, puede elevarse o abatirse suavemente para variar su inclinación hasta 30 grados, de modo que podremos situarla como más nos guste o, por ejemplo, donde menos refleje la luz solar. Una pantalla, por cierto, cuyo brillo podemos graduar fácilmente y que cuenta con grandes controles deslizantes que agilizan el paso entre funciones.

Y esa pantalla Ford SYNC Move, además, oculta una práctica zona de almacenamiento para objetos personales o de valor, a la que accedemos cuando la pantalla va en su posición más alta. Pero una vez que la bajemos, los objetos quedarán ocultos, y cuando cerremos el vehículo tras estacionarlo, la pantalla se bloquea a modo de caja de seguridad.

La funcionalidad de esa zona no acaba ahí, pues un poco más hacia atrás hay un compartimento profundo y ligeramente inclinado donde podremos colocar dos smartphones, y cargando de forma inalámbrica uno de ellos. Y a continuación, ya entre las dos butacas delanteras, encontramos la llamada MegaConsola, con nada menos que 17 litros de capacidad y que permite albergar un ordenador portátil de 15 pulgadas; o tres botellas de 1,5 litros y una de 1 litro. Y dentro hay un separador de plástico que podemos extraer fácilmente y que en invierno nos servirá de rascador de hielo.

Siguiendo con el repaso del interior, en la zona superior del salpicadero hay un largo altavoz que replica el diseño de las barras de sonido; y en la consola hay una serie de mandos táctiles con respuesta háptica, es decir, que responden levemente al tacto de nuestros dedos para confirmarnos que están recibiendo la orden, como subir o bajar el volumen de audio, por ejemplo. ¿Mejor que una rueda de volumen tradicional? Pues creemos que no, pero habrá que esperar a las versiones definitivas, pues nuestro coche de Dusseldorf era en realidad un prototipo. O, para ser más exactos, una maqueta 1:1 que reproducía con la máxima fidelidad cómo será el coche de serie, incluidos materiales definitivos, que en general nos parecieron buenos.

Si en las plazas delanteras medimos 146 centímetros de anchura al nivel de hombros y 98 de altura al techo (en el amplio Citroën C5 Aircross, por ejemplo, esas cotas son respectivamente de 145 y 96,5 centímetros), cuando nos pasamos a las plazas posteriores descubrimos un panorama mejor si cabe, pues el suelo es completamente plano y todas las cotas son muy generosas: 132 centímetros de anchura al nivel de las caderas, 93 de altura al techo y unos brilantes 80 centímetros de hueco para las piernas con un conductor de 1,76 sentado delante; de modo que tres adultos pueden acomodarse sin problemas. Y como la unidad con la que trabajamos montaba el techo panorámico opcional, de más de un metro cuadrado de superficie, el coche transmitía sensación de luminosidad.

En cuanto al maletero, sus 450 litros son un volumen más que correcto para un vehículo de su tamaño, por más que no sea el récord de la clase, y podemos situar el suelo a dos niveles diferentes, de forma que si lo colocamos arriba y abatimos el respaldo posterior, creamos una superficie de carga plana muy práctica. Además, el portón se lleva consigo la cubierta de los equipajes para que esta no moleste al cargar o descargar cosas, y en opción se ofrecerá el portón eléctrico manos libres.

Tecnología para dar y tomar

Por supuesto, el nuevo Explorer presume de compatibilidad inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay, y el coche equipará bomba de calor, que mejora la eficiencia y el confort al extraer energía térmica del aire, especialmente con bajas temperaturas. Son solo dos ejemplos del buen nivel tecnológico, aunque la demostración definitiva llega al repasar su arsenal de asistentes de conducción, que se apoyan en 12 sensores ultrasónicos, cinco cámaras y tres radares, que en conjunto monitorizan los 360 grados alrededor del vehículo.

Sin ir más lejos, el Explorer será el primer Ford en Europa con sistema de centrado de carril dotado de la función capaz de ejecutar cambios de carril automáticos, y bastará con que el conductor accione el intermitente hacia el lado al que quiera ir para que el coche realice la maniobra, una vez haya verificado que no hay vehículos a ese lado y no llegan tampoco por detrás en la zona del ángulo muerto. Después, ya en el carril siguiente, incrementará la velocidad hasta el límite seleccionado manualmente o el límite detectado automáticamente por el reconocimiento de señales de tráfico.

El Explorer también incorpora la función Stop & Go, que llega a detener por completo el coche de forma automática en situaciones de tráfico congestionado y reemprende la marcha autónomamente o, si han pasado unos segundos, con solo pisar el acelerador o tocar un botón. También incluye el asistente de salida de estacionamiento, que una vez hemos aparcado sigue vigilando el posible paso de vehículos, ciclistas o peatones por nuestro lado, y nos advierte del riesgo de abrir las puertas si nos disponemos a hacerlo.

Asimismo, el SUV eléctrico de Ford monta asistente de frenado en marcha atrás, alerta de tráfico cruzado posterior con frenado activo y el asistente de precolisión, que nos evitará chocar con vehículos, ciclistas o peatones que circulan por delante, vehículos o ciclistas que se cruzan en la trayectoria de nuestro coche, ciclistas o peatones situados cerca de la calzada cuya trayectoria puede coincidir con la del coche, o vehículos que circulan en sentido contrario por el mismo carril que nosotros.

Por último, entre las ayudas de conducción (ADAS, por sus siglas en inglés) destacan también el asistente de aparcamiento activo para maniobras en línea o en batería, la cámara de visión trasera de serie y la de 360 grados opcional, o las ópticas Matrix LED, que ajustan el haz de luz según la situación, pues tienen una función Luz de Mal Tiempo, que hace más corta y ancha la zona iluminada, y otra función Luz Larga Antideslumbrante, que permite circular con las luces de carretera sin molestar al resto de usuarios, al crear puntos libres de luz intensa coincidiendo con los otros vehículos.