Maserati GranCabrio Folgore: descapotable, tres motores, 830 CV de potencia... y eléctrico

Coincidiendo con el 110 aniversario del fabricante de Módena, la firma del tridente continúa dando un impulso decidido a su gama de coches 100% eléctricos, agrupados bajo la denominación Folgore y que, en todos los casos hasta ahora, suponen una alternativa sin emisiones a las versiones con mecánica de gasolina que, por ahora, muchos siguen demandando a Maserati. Porque hasta la fecha se habían presentado ya el Grecale Folgore y el GranTurismo Folgore, con 557 y 762 CV de potencia respectivamente, y también se había anunciado el futuro MC20 Folgore, un superdeportivo sin emisiones previsto para el 2025 que compartirá mecánica con la versión eléctrica del Alfa Romeo 33 Stradale, para la que se anuncian 750 CV de potencia.

Y ahora se suma a todo ese arsenal el Maserati GranCabrio Folgore, la versión eléctrica del nuevo descapotable spyder de cuatro plazas de la firma italiana, un modelo desvelado el mes pasado y que por ahora solo había desplegado su mecánica de gasolina, un 3.0 V6 biturbo de la familia Nettuno que rinde 550 CV y le permite acelerar de cero a 100 km/h en 3,6 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 316 km/h. Unas prestaciones que demuestran que la marca ha decidido limitar electrónicamente a 290 km/h la velocidad punta del nuevo GranCabrio Folgore, pues dispone de mayor potencia que su hermano de combustión, exactamente 762 CV, y gracias a la función MaxBoost puede llegar momentáneamente a los 830 CV, de manera que su aceleración oficial de cero a 100 km/h quita el hipo: 2,8 segundos. Y eso que hablamos de un conjunto que pesa 2.340 kilos, 80 más que el GranTurismo Folgore.

Para conseguir semejante rendimiento, el nuevo deportivo modenés, primer descapotable de lujo 100% eléctrico del mundo, recurre a tres motores de 300 kW (408 CV), uno delante y dos detrás, que téoricamente suman 900 kW y más de 1.200 CV de potencia, y están dotados de inversores de carburo de silicio procedentes de la Fórmula E; aunque realmente la potencia máxima disponible se haya dejado en los 560 kW antes citados (762 CV), o en los 610 kW (830 CV) que puede rendir con el MaxBoost. Además, los dos motores traseros, completamente independientes y sin interconexión entre las ruedas, permiten que se distribuya el par (nada menos que 1.350 Nm en total) hacia cada lado de la forma más conveniente posible, un efecto conocido como vectorización de par que ajusta la rotación del coche (el giro sobre un eje central vertical, por así decirlo) tanto al acelerar como cuando se suelta el pedal acelerador de forma repentina o se frena. El sistema opera de manera similar a un sofisticado diferencial controlado electrónicamente, pero con una eficacia aún mayor, según Maserati.

Y es que cada uno de los tres motores del GranCabrio Folgore puede controlarse con independencia de los demás mediante el módulo de control de la dinámica del vehículo (VDCM), de forma que el coche puede conducirse únicamente con propulsión trasera o, si se activa también el motor frontal, con tracción a las cuatro ruedas. De ahí esos 2,8 segundos para alcanzar 100 km/h desde parado, o los 9,1 segundos que emplea en pasar de cero a 200 km/h. De hecho, y en función de las condiciones de la conducción, el sistema es capaz de pasar hasta 400 CV de potencia a una sola de las ruedas traseras; mientras que al circular con tracción total, se ha optado por un funcionamiento predictivo en vez de reactivo, es decir, que el sistema se adelanta a las necesidades de motricidad extra, incluso antes de detectarse pérdidas de agarre en una o varias de las ruedas.

En cualquier caso, gran parte del carácter deportivo de esta versión Folgore dependerá del modo de conducción elegido, pues disponemos de cuatro, seleccionables mediante el mando giratorio del volante: Max Range, GT, Sport y Corsa. En el primero se prioriza la eficiencia y la máxima autonomía, aplicando estrategias de ahorro de energía, y es el programa que nos recomendará el coche cuando la batería baje del 16% de carga, pues minimiza el gasto limitando la velocidad máxima a 130 km/h, reduciendo la respuesta del acelerador y moderando la potencia del climatizador.

El modo GT, que se activa por defecto al arrancar el coche, ofrece una experiencia de conducción equilibrada, ideal para el dia a día, y limita tanto el sonido como la potencia disponible, que pasa a ser un 80% de la máxima: unos 448 kW (610 CV), que ya parece un valor suficiente. Si pasamos al modo Sport, la potencia disponible ya es el 100%, el sonido que genera el coche se refuerza, la suspensión adopta automáticamente un ajuste más dinámico, el control de tracción se reconfigura para dar más libertad de conducción y, si lo estimamos oportuno, ya podremos desactivar el control de estabilidad ESC si nos encontramos en un entorno seguro, como un circuito. Aunque para ese último escenario lo mejor será pasar al cuarto modo, Corsa, que ofrece una experiencia de uso más extrema porque minimiza la intervención de los asistentes de conducción, al tiempo que vuelve más inmediata la respuesta del acelerador y pone a trabajar a los tres motores de una forma más radical, ya que la vectorización de par se recalibra para entrar, trazar y salir de las curvas de una manera idéntica a como lo haríamos en una pista de carreras. De hecho, la suspensión también adopta una calibración especial y se reduce la altura libre al suelo para bajar el centro de gravedad, mientras que el cuadro de instrumentos digital, de 12,2 pulgadas, pasa a pantalla Corsa, resaltando los parámetros de rendimiento clave, incluida la temperatura de la batería o la distribución del par y de la potencia.

Pero es que, además, el conductor puede personalizar ese modo Corsa mediante ajustes específicos en la pantalla central del sistema de infoentretenimiento, de 12,3 pulgadas, que permiten graduar a voluntad la vectorización del par (tres posiciones) y el control de tracción (otras tres posiciones), por si preferimos un comportamiento adaptado a firmes muy deslizantes o, por el contrario, deseamos protagonizar derrapes al límite cuando usamos un circuito cerrado al tráfico. Y la función de optimización de prestaciones nos da acceso, por ejemplo, a la posición MaxBoost, que aumenta la capacidad de aceleración al máximo, o la posición Endurance, que maximiza las prestaciones durante largos periodos de conducción en pista, proporcionando indicaciones útiles para gestionar la temperatura del sistema. Pero, sin llegar a la situación extrema del MaxBoost, en los modos de conducción Sport y Corsa también podemos activar la función Launch Control, un control de arranque que posibilita los procedimientos de salida desde parado más rápidos, y sin patinamiento de las ruedas.

Y el grado de retención de los motores, que se traduce en mayor o menor regeneración de energía y mayor o menor efecto de frenado al desacelerar, también es ajustable mediante las levas del volante, pudiendo elegir entre cuatro niveles durante la marcha.

Batería de 92,5 kWh brutos

La batería del GranCabrio Folgore, que se fabrica en la planta de montaje Battery Hub del grupo Stellantis en Turín, tiene una capacidad bruta de 92,5 kWh (83 kWh útiles) y admite una descarga máxima de 610 kW, lo que, según Maserati, permitiría transmitir continuamente hasta 750 CV de potencia a las ruedas. Y su disposición inteligente en el suelo del coche ha evitado tener que hacer una carrocería muy alta, pues el último descapotable de la firma del tridente es tan bajo como otros coches deportivos tradicionales: 1,36 metros. Para ello, las baterías se disponen en un esquema que la marca llama T-bone, que no requiere situarlas bajo los asientos, sino en torno al túnel central, lo que al parecer tiene también ventajas de cara al comportamiento equilibrado del vehículo: reduce la fuerza de resistencia a la inercia y mejora la agilidad, proporcionando un control más eficiente de la oscilación que con las baterías planas normales, repartidas a lo largo de todo el chasis. Al menos, es lo que defiende Maserati.

En cuanto a la autonomía, la firma de Módena ha homologado un máximo de 447 kilómetros de alcance medio en ciclo WLTP, y un consumo mixto de 22,4 kWh/100 km; aunque en las unidades con más equipamiento, el consumo medio homologado crece a 23,7 kWh/100 km, y eso reduce el alcance medio oficial a 419 kilómetros. Y las recargas se pueden realizar a un máximo de 270 kW de potencia en corriente continua si la estación es ultrarrápida, de 800 voltios, lo que se traduce en cargas del 20% al 80% en solo 18 minutos, y en la obtención de 100 kilómetros extra de autonomía por cada cinco minutos enchufados. Y si utilizamos postes de corriente alterna, la potencia máxima admisible es de 22 kW, de manera que cada hora de recarga supondría unos 100 kilómetros de autonomía extra.

El Maserati GranCabrio Folgore comparte dimensiones con la versión V6 biturbo de gasolina, pues mide 4,97 metros de largo, 1,96 de ancho (2,11 si contamos los retrovisores) y 1,36 de alto, y su generosa distancia entre ejes es de 2,93 metros, de modo que en la marca destacan la amplitud de sus cuatro plazas. Pero el maletero, en cambio, no parece su fuerte, pues a pesar de que la capota de lona ocupa poco espacio cuando va plegada, la zona de equipajes se reduce a solo 114 litros en esa situación; y solo crece hasta 151 litros cuando ponemos el techo, operación que podemos realizar incluso en marcha, hasta una velocidad máxima de 50 km/h. Además, se trata de una operación rápida: para quitar la capota, que está disponible en cinco colores, bastan 14 segundos si partimos de la posición de ventanillas bajadas, o 18 segundos si iniciamos la maniobra con las ventanillas cerradas; mientras que para volver a poner la capota son necesarios solo dos segundos más en cada caso. Y entre el equipamiento encontramos el calefactor de cuello, que ayuda a viajar descubiertos incluso con temperaturas ambientales muy bajas, o el cortavientos, que reduce las turbulencias en el habitáculo pero impide el uso de las dos plazas posteriores mientras lo llevamos montado.

Además, sus más de 2,3 toneladas de peso están repartidas a la perfección, pues cada eje soporta un 50% de la masa total, y el 65% de la carrocería es aluminio, un material más ligero que el acero. La suspensión es neumática, con control electrónico de la amortiguación, y el sistema de frenos, procedente del MC20, se compone de cuatro discos ventilados, con 380 milímetros de diámetro delante y 350 detrás, que reducen la distancia de detención desde 100 km/h a 37 metros, con ayuda de unos neumáticos de medida generosa: 265/35 ZR20 delante y 295/30 ZR21 detrás. En cuanto a las pinturas de carrocería disponibles, hay seis colores para elegir en el caso de esta versión eléctrica; aunque Maserati ofrece otros 27 tonos Folgore, y la posibilidad de personalizar el coche con los materiales exclusivos de las colecciones Corse y Futura, y los múltiples detalles de diseño incluidos en el programa Bespoke, que permite crear coches a la carta, con el sobreprecio correspondiente. Un capítulo, el económico, al que por ahora no se refiere Maserati en su información del GranCabrio eléctrico.