¿Trabajas para un imbécil? Tener un mal jefe es como estar en un matrimonio fallido

Los jefes malos no son nada nuevo para Ian Adair.

"¿Que si he tenido alguna vez un mal jefe? Creo que todos lo hemos tenido. Por supuesto que sí. En aquel momento supe que el lugar no era el adecuado para mí por cómo me sentía después de volver a casa. Cuando te vas a casa y repasas el día en tu cabeza. Es entonces cuando te das cuenta de que algo va mal. ¿Por qué no me siento bien después de un día de trabajo? Si te vas a casa triste o enfadado, ¿qué tienes que hacer para cambiar tu situación? A veces, tienes que quitarte tú mismo de la situación".

Adair, de 48 años, conferenciante y autor de Stronger than Stigma (Más fuerte que el estigma), un libro sobre cómo ayudar a otras personas que atraviesan problemas de salud mental, afirma que los lugares de trabajo han progresado mucho. Hemos superado la Gran Renuncia y la Renuncia Silenciosa. ¿Y ahora? En 2023, con la amenaza inminente de recesión y despidos en el sector tecnológico, algunos trabajadores dicen adiós a la renuncia silenciosa y se centran en hacer de su trabajo un lugar más feliz y saludable.

El equilibrio de poder entre jefe y empleado ha vuelto a cambiar. Las empresas están pidiendo a sus empleados que vuelvan a la oficina al menos tres o cuatro días a la semana, entre ellas la matriz de Google, Alphabet GOOG; Apple AAPL; Disney DIS; Meta META, y Snap SNAP. Mientras tanto, Google, Microsoft, Coinbase COIN, Amazon AMZN, Meta, Cisco CSCO y Snap SNAP, junto con un montón de otras empresas tecnológicas, han anunciado despidos.

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¿En qué situación deja esto a los empleados? "Se oye hablar todo el tiempo de la Gran Dimisión y la Renuncia Silenciosa", cuenta Adair. "No es que no creamos en la misión de nuestra empresa, es que no queremos trabajar para imbéciles. Como dice el refrán, la gente no deja las empresas, deja a los jefes. Conozco a mucha gente que deja su trabajo, se rebaja el sueldo y pone más énfasis en sí misma y en su propio bienestar que en perseguir un sueldo mayor."

"Todos tenemos distintos grados de salud mental", nos explica. "La definición de liderazgo está cambiando. Se trata más de cuidar de las personas que hacen el trabajo, y no solo del trabajo en sí". Normalizar las conversaciones sobre salud mental es la mejor manera de minimizar el estigma en el lugar de trabajo. El objetivo de líderes y directivos debe ser promover la aceptación y la inclusión de quienes se enfrentan a problemas relacionados con la salud mental."

El impacto de los jefes es igual al de un cónyuge

De hecho, según un estudio publicado el martes por el Workforce Institute de UKG, que ofrece investigación y formación sobre temas relacionados con el lugar de trabajo, la calidad del liderazgo influye en la salud mental de las personas. El mismo porcentaje de trabajadores afirmó que su jefe y su cónyuge/pareja influían en su salud mental (69%), un porcentaje superior al que mencionó la influencia de médicos (51%) y terapeutas (41%).

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Los investigadores entrevistaron a 2.200 empleados de 10 países, además de a 600 directivos de alto nivel y 600 ejecutivos de recursos humanos en EEUU. "Hablamos mucho de salud mental en relación con diagnósticos médicos o agotamiento. Aunque se trata de cuestiones serias, como líderes, deberíamos hablar más de los factores estresantes del día a día, especialmente los causados por el trabajo", afirma Pat Wadors, director de Personal de UKG, una multinacional tecnológica.

Cuando los jefes son más francos sobre su propia salud mental, contribuyen a crear un entorno más inclusivo y solidario. "La vida no es un camino de rosas, y cuando los directivos se sinceran sobre sus propios problemas, reconocen que no están solos y que no pasa nada por no estar bien", añade Wadors. "El liderazgo auténtico y vulnerable es la clave para crear sentimiento de pertenencia en el trabajo y, a su vez, la clave para resolver la crisis de salud mental en el lugar de trabajo".

El 43% de los trabajadores afirma que "a menudo" o "siempre" termina la jornada laboral agotado, y el 78% afirma que el estrés repercute negativamente en su rendimiento laboral. Los empleados también afirman que el trabajo repercute negativamente en su vida doméstica (71%), su bienestar (64%) y sus relaciones (62%). De los que declaran tener una salud mental "mala" o "muy mala", una cuarta parte dice no tener un buen equilibrio entre vida laboral y personal, frente al 4% de los que dicen tener una salud mental "buena" o "excelente".

¿Qué tienen en común los jefes con sus empleados?

Ambos se enfrentan a los mismos retos. "Mi principal consejo para las empresas en materia de salud mental: No dejen de lado a los líderes", afirma Dan Schawbel, socio director de Workplace Intelligence. "A veces es difícil sentir compasión por los altos cargos porque ganan mucho dinero, pero a menudo no se tiene en cuenta todas las presiones a las que se enfrentan, como ser responsables del bienestar de miles de empleados. Todos somos humanos".

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Mientras que el 40% de los empleados afirma estar "a menudo" o "siempre" estresado por el trabajo, el 42% de los directivos y el 35% de los altos cargos dicen sentirse de la misma manera. Es más, el 33% de los líderes de nivel C declararon en el informe de Workplace Intelligence que "ya no quiero trabajar", y cuanto más joven era el líder, más probable era que estuvieran de acuerdo con esa afirmación. De hecho, el 40% de los empleados de ese nivel expresaron que era probable que renunciaran en los próximos 12 meses debido al estrés laboral.

¿Qué se puede hacer para que el lugar de trabajo sea mejor para todos? "Mejorar los sistemas de apoyo, concienciar y crear entornos seguros para el debate y la educación", afirma Adair. "Ahora vamos en la buena dirección. Me alegro de que estos debates estén teniendo lugar, y de que la salud mental y el bienestar sean tendencia en el ciclo de noticias, solo quiero que sea por la razón correcta y no en respuesta a un suicidio de alto perfil o a un tiroteo".

"Cuando revelan que tienen una enfermedad mental o una adicción, la gente corriente —profesionales en activo, jubilados y estudiantes— teme perder las tres cosas que más le importan en la vida: su familia, sus amigos y su trabajo", afirma Adair. "Los directivos deben darse cuenta de que, aunque reciban formación sobre salud mental, no son profesionales de la salud mental, su papel es apoyar a sus empleados y ser un conducto para conseguir ayuda."

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El trabajo nos permite pagar el alquiler o la hipoteca y tomarnos vacaciones, por lo que unas malas relaciones laborales pueden crear inseguridad en otras partes de nuestra vida. Pero, según Adair, la concienciación sobre estos temas ha mejorado mucho recientemente. "La gente solía decir: 'Ya se te pasará. Mañana será otro día. Cuando entras por la puerta, dejas tu vida personal en el aparcamiento'. Pero me alegra ver que definitivamente estamos dando un giro".

Un momento único para el desarrollo del lugar de trabajo

Mientras los trabajadores buscan una vida laboral más flexible que les permita pasar más tiempo con la familia, hay millones de metros cuadrados de oficinas vacías —o, como mínimo, muy infrautilizadas— en todo el país. Muchos estadounidenses se vieron reducidos al mecanismo de su empleo: la necesidad de producir trabajo, pero a menudo sin apoyo profesional cara a cara (a menos que cuentes Zoom ZM y Google Meets). También se hicieron una pregunta importante: ¿realmente me gusta mi trabajo?

Esto ha hecho que muchas personas pidan a gritos relaciones más significativas con sus jefes. Aproximadamente un tercio de los trabajadores declararon que están buscando nuevas oportunidades de crecimiento profesional, pero un porcentaje similar afirmó que quieren asumir más responsabilidades en su trabajo actual en 2023, y aprender nuevas habilidades, según una investigación realizada a finales del año pasado para Offsyte, una plataforma que ayuda a las empresas a organizar eventos para los empleados.

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Tanto si llaman a los empleados para que vuelvan a la oficina como si les dicen que pueden trabajar a distancia a tiempo completo o siguiendo un modelo híbrido, los expertos en lugares de trabajo afirman que el jefe y los compañeros afectan, en gran medida, al grado general de felicidad del individuo. Tener un buen amigo en el trabajo es un gran predictor de la felicidad laboral, según una investigación realizada por Tessa West, profesora de psicología social de la Universidad de Nueva York y autora de Jerks at Work: Toxic Coworkers and What to Do About Them (Imbéciles en el trabajo: compañeros tóxicos y qué hacer al respecto).

En la era del #MeToo y el #TimesUp, cada vez más empresas ofrecen vías para que los trabajadores denuncien malos comportamientos, pero eso no significa que no existan las trampas. Según West, cuando hay mucho en juego en términos de dinero y poder, el maquiavelismo —hacer cualquier cosa para salir adelante— y el gaslighting —cuando alguien se presenta como amigo y a la vez busca perjudicar— siguen siendo, por desgracia, bastante comunes.

A menudo es difícil detectar a estos compañeros o jefes tan ruines. Algunos te adulan un minuto y al siguiente te roban el trabajo, o te crean miedo a hablar. En la vida y en el trabajo, confía en tus instintos y toma notas detalladas. En el trabajo y en la vida, "rodéate de personas que sean las mejores para tu propia salud mental", aconseja Adair. "Existe una cultura de adicción al trabajo. Pero hoy en día no aceptamos con la misma facilidad una cultura laboral tóxica".

*Contenido con licencia de MarketWatch.