Las empresas recuperan poder negociador y acaban con los 'años de oro' de los empleados

La montaña rusa de los trabajadores estadounidenses está llegando a su fin. Después de tres años de grandes cambios entre la vulnerabilidad profesional y la percepción de invencibilidad, muchas personas están volviendo a niveles más normales de seguridad profesional y de influencia.

Es el Gran Reajuste de la relación empleador-empleado. "Es evidente que nos dirigimos hacia ello", afirma Heidi Shierholz, presidenta del Economic Policy Institute.

No hace mucho, al inicio de la pandemia, las cosas iban tan mal que se batían récords de pérdida de empleos, con la tasa de desempleo de Estados Unidos alcanzando el 14,7%. Luego las cosas fueron tan bien que los récords que se batieron fueron de trabajadores dimitiendo. Creo recordar que había un nombre pegadizo para esta tendencia.

Además de la volatilidad, los ahorros aumentaron y disminuyeron con el mercado de valores, lo que hizo que algunas personas vacilaran entre la esperanza de una jubilación anticipada y el miedo a trabajar para siempre. En muchos casos, la inflación contrarrestó los aumentos de sueldo.

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Los "renunciantes silenciosos" que el año pasado redujeron sus esfuerzos en el puesto de trabajo, sintiéndose intocables, podrían estar ahora intentando ocupar puestos clave cuando sus empresas congelen o reduzcan el número de empleados.

Shierholz afirma que, en general, los trabajadores siguen en buena forma, pero que algunos indicadores clave tienden a la baja. El aumento de los ingresos por hora en diciembre, del 4,6% con respecto al año anterior, fue el menor desde mediados de 2021, y los 223.000 puestos de trabajo adicionales fueron la cifra mensual más baja de los dos últimos años.

Salarios inflados

Quejarse de estos descensos sería como quejarse de que el bateador de los Yankees Aaron Judge solo haya obtenido 50 home runs este año, después de haber marcado un récord de 62 en la Liga Americana la temporada pasada. No es realista esperar nuevos picos todo el tiempo, y vale la pena recordar cómo fue 2020. (Judge, acosado por las lesiones, solo obtuvo 9 home runs ese año, por cierto).

Francesco Carucci, un desarrollador de software de California, sabía que su paquete salarial estaba "enormemente inflado" cuando se unió a Meta Platforms Inc. en enero del año pasado. Dice que la empresa matriz de Facebook triplicó la remuneración total que ganaba en su empresa anterior, en medio de una oleada de contrataciones en un mercado laboral históricamente ajustado.

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A finales del año pasado, Meta despidió a Carucci en una ronda de 11.000 despidos. Ser consciente de lo abultado de su remuneración no le quitó el dolor de perderla, cuenta, y este mes se dio un baño de realidad al aceptar una oferta que valía la mitad de la que recibió hace un año.

Aun así, afirma que su nuevo salario es razonable —más alto del que tenía hace unos años— y que el proceso de entrevista y negociación estuvo más en consonancia con lo que ha experimentado habitualmente a lo largo de los 25 años de su carrera profesional. Añade que intenta no tomarse el despido como algo personal. Lo considera parte de una corrección natural e inevitable del mercado laboral.

Otros harían bien en practicar la misma actitud. Andy Challenger, vicepresidente senior de Challenger, Gray & Christmas, que ayuda a las empresas a gestionar los despidos y ofrece orientación profesional a los despedidos, cuenta que el negocio se está recuperando después de dos de los años más lentos de la historia de la empresa. Me explica sin rodeos lo que eso significa: "Sabemos que se avecinan muchos más despidos".

Buenas expectativas

Aunque suene inquietante, Challenger afirma que las perspectivas de encontrar trabajo son buenas en general. Según los datos federales, el número de vacantes sigue superando al de parados por varios millones, aunque está disminuyendo. Espera que esa diferencia se reduzca a medida que avance el año y aconseja a los solicitantes de empleo que dupliquen la urgencia de su búsqueda.

"No es momento de relajarse y sentirse demasiado cómodo por la estrechez del mercado laboral", afirma. "Aunque hoy reciba muchos mensajes de los reclutadores, la situación puede cambiar rápidamente".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal