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El gran interrogante del regreso de China a la economía global
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La economía de China se expandió un 3%

El gran interrogante del regreso de China a la economía global

Las perspectivas para 2023 han mejorado gracias al optimismo generado por la relajación de las restricciones por covid

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El ritmo de crecimiento de la economía de China durante el año pasado está entre los más lentos de las últimas décadas, mientras los confinamientos golpeaban a hogares y empresas, enfatizando el alto coste de las políticas de tolerancia cero al covid-19 que Pekín abandonó abruptamente a finales de 2022.

La economía de China se expandió un 3% en 2022, según anunció el martes la Oficina Nacional de Estadística, una fuerte desaceleración frente al ritmo del 8,1% registrado en 2021. Aparte de 2020, cuando la economía creció solo un 2,2%, el año pasado marcó el peor año para el crecimiento del producto interior bruto en China desde 1976, el año en que la muerte de Mao Zedong puso fin a la década de luchas conocida como la Revolución Cultural, según datos del Banco Mundial.

La supresión de casi todas las restricciones a la salud pública en China tras casi tres años de sofocar incluso los brotes de virus más pequeños prepara el terreno para un repunte económico en 2023. Los economistas esperan que la recuperación impulsada por el consumo en China refuerce este año el crecimiento mundial, mientras Estados Unidos y Europa coquetean con la recesión.

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La relajación de las restricciones a la salud pública forma parte de un reajuste más amplio de las políticas chinas para revitalizar la economía. Las autoridades también han señalado el fin de las medidas drásticas contra las empresas tecnológicas, han relajado las estrictas regulaciones del sector inmobiliario y han levantado la prohibición del carbón australiano.

Aún no se sabe con certeza qué potencia tendrá el repunte. La demanda de exportaciones chinas se hunde a medida que la economía mundial se ralentiza. La confianza del consumidor está por los suelos después de tres años de parones esporádicos. A muchos economistas les preocupa que las cicatrices de la pandemia, en forma de puestos de trabajo desaparecidos y empresas cerradas, tarden en curarse.

La segunda mayor economía del mundo también se enfrenta a una serie de retos a largo plazo, como tensiones cada vez mayores con Estados Unidos y un rápido empeoramiento demográfico. Las nuevas cifras publicadas el martes muestran que la población de China se redujo en 2022 por primera vez desde principios de la década de 1960 en 850.000 personas, hasta los 1.412 millones, como resultado de años de descenso de la natalidad.

Este cambio histórico haría más difícil mantener el crecimiento económico en China sin mejoras en la productividad de los trabajadores, poniendo en peligro el objetivo de Pekín de dejar atrás el estatus de país de renta media y superar a Estados Unidos para situarse como la mayor economía del mundo.

Foto: Ciudadanos chinos con mascarillas. (Reuters/Tingshu Wang)

China también sigue sumida en una mortífera oleada de casos de covid-19 tras relajar los controles de la pandemia: se cree que cientos de millones de personas están infectadas y se tiene constancia de unas 60.000 muertes relacionadas con el covid-19 desde principios de diciembre, cifras que, según los expertos sanitarios, pueden subestimar el verdadero número de víctimas. Según los economistas, la recuperación solo se producirá tras unos dolorosos meses en los que el covid-19 se extenderá por las ciudades, pueblos y aldeas de China, alterando la vida cotidiana y la actividad económica.

"El año 2022 fue duro para mí, y probablemente para muchos empresarios del sector servicios", afirma Wang Juanli, que dirige un estudio de yoga en Pekín. Los repetidos brotes de covid y la mano dura del Gobierno para contener el virus provocaron el cierre de su negocio durante casi cuatro meses al año.

Gracias al cambio de actitud del Gobierno respecto a las medidas contra el covid, Wang espera que "todo vaya mejor a partir de ahora". Espera ver más clientes nuevos después de que la gente busque invertir más en su salud tras recuperarse de la infección.

"Por suerte, hemos conseguido sobrevivir en este entorno tan hostil", celebra Wang.

Foto: Trabajadores se preparan para envasar comprimidos contra la fiebre en la oficina del Grupo Farmacéutico Youcare. (EFE/Mark R. Cristiano)

Unos resultados económicos tan pobres no eran lo que muchos, incluidos altos funcionarios chinos, esperaban a principios del año pasado. Anticipando que las medidas de contención del covid mantendrían el virus a raya y que la demanda occidental de productos chinos contribuiría a impulsar otro año de fuerte expansión, el Gobierno fijó un objetivo de crecimiento de alrededor del 5,5% para 2022.

La rápida propagación de la variante ómicron y sus vástagos echó por tierra esa ambición. En los primeros meses de 2022, la ciudad de Xi'an, conocida por sus guerreros de terracota, fue clausurada tras un brote de casos, mientras que los brotes en puertos como Tianjin y Ningbo provocaron ondas expansivas en las tensas cadenas de suministro mundiales. Empresas como el fabricante surcoreano de chips Samsung Electronics Co., el fabricante alemán de automóviles Volkswagen AG y los proveedores de Nike Inc. y Adidas AG informaron de problemas de producción.

Los cierres se extendieron a la provincia industrial de Jilin, en el noreste, y al centro tecnológico de Shenzhen, en el extremo sur, mientras las autoridades luchaban por controlar el creciente número de casos en todo el país. Shanghái, capital comercial de China y metrópolis de 25 millones de habitantes, fue confinada en abril. Las restricciones no se levantaron del todo hasta pasados dos meses.

Foto: Dos mujeres pasean con mascarillas en Shanghái. (EFE/Alex Pavlevski)

Los datos del martes mostraron las repercusiones económicas de estos shocks. Las ventas al por menor, un indicador clave del gasto de los consumidores, cayeron un 0,2% respecto al año anterior tras aumentar un 12,5% en 2021. El crecimiento de la producción industrial se ralentizó hasta el 3,6% anual, ya que las fábricas tuvieron que hacer frente a cierres patronales y problemas de suministro, frente al 9,6% de 2021. La inversión en activos fijos aumentó un 5,1%, solo ligeramente por encima del ritmo del 4,9% registrado en 2021, lo que pone de relieve que el gasto público en infraestructuras tuvo dificultades para compensar la caída del 10% de la inversión en un sector inmobiliario debilitado.

Las exportaciones aumentaron un 10,5% respecto al año anterior, aunque los datos mensuales más recientes muestran que el auge de las exportaciones chinas se está desvaneciendo a medida que los consumidores de EEUU y Europa se debilitan bajo la presión de la elevada inflación y la subida de los tipos de interés.

La tasa de desempleo urbana encuestada, principal indicador de la falta de trabajo en China, se situó en el 5,5% a finales de año, por debajo del máximo del 6,1% alcanzado en abril. Una de las señales más chocantes de las cicatrices económicas es que los trabajadores jóvenes se han llevado la peor parte del año débil que ha tenido el país: el desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años era del 16,7% en diciembre, tras haber alcanzado un máximo cercano al 20% en julio.

Foto: Una tienda cerrada en China. (EFE)

Con el levantamiento de las restricciones de covid, el Gobierno chino espera dar pie a una recuperación impulsada por el consumo, aunque el momento y la fuerza de ese repunte no están claros.

Sue Trinh, codirectora de Macroestrategia Mundial de Manulife Investment Management en Singapur, espera cierta cautela por parte de los consumidores chinos en los próximos meses, dada la incertidumbre sobre el empleo y los ingresos. Esa cautela "puede limitar el alcance de la demanda reprimida en relación con lo que vimos en la transición de las economías avanzadas a la vida con covid", opina.

"No vamos a adelantarnos a los acontecimientos en lo que respecta a la capacidad de China", declaró Edward Bastian, director ejecutivo de Delta Air Lines Inc. en una conferencia telefónica con analistas celebrada el 13 de enero. "Ese es el gran interrogante, creo, en términos de demanda internacional para 2023 que aún no conocemos".

Muchos economistas prevén unos tres primeros meses de 2023 difíciles, con una reanudación del crecimiento en el segundo trimestre, una vez que hayan remitido las peores oleadas de infecciones.

Sin embargo, Robin Xing, economista jefe para China de Morgan Stanley en Hong Kong, cree que la recuperación podría comenzar antes, basándose en datos que incluyen el número de pasajeros del metro y la congestión del tráfico en 98 de las 100 principales ciudades de China.

Foto: Una mujer camina con una mascarilla por un túnel en Pekín. (EFE/Wu Hao)

El banco de inversión espera que China crezca un 5,7% en 2023, impulsado por el aumento del gasto de los consumidores a medida que los hogares chinos salen de la pandemia con abundantes ahorros y una mejora de las perspectivas de empleo.

"La reapertura en sí constituye un gran estímulo", afirmó.

Algunas provincias y ciudades ya se han fijado ambiciosos objetivos de crecimiento. 29 de las 31 provincias chinas han anunciado objetivos de crecimiento económico anual de al menos el 5% para 2023, según informan los medios de comunicación estatales. 12 provincias, entre ellas la populosa región de Sichuan, en el suroeste, y la céntrica Henan, pretenden expandir sus economías en torno al 6%.

Muchos economistas opinan que, con Estados Unidos y Europa a punto de ralentizarse o incluso entrar en recesión este año, la fortaleza del crecimiento chino será fundamental para el comportamiento de la economía mundial. Según Xing, China podría representar en torno al 40% del crecimiento mundial en 2023.

Un posible efecto secundario: la demanda china de energía podría ralentizar el retroceso de la inflación en todo el mundo, según los economistas, lo que podría retrasar el momento en que los bancos centrales puedan relajar sus agresivas políticas restrictivas.

-Con la contribución de Grace Zhu y Xiao Xiao, en Pekín.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

El ritmo de crecimiento de la economía de China durante el año pasado está entre los más lentos de las últimas décadas, mientras los confinamientos golpeaban a hogares y empresas, enfatizando el alto coste de las políticas de tolerancia cero al covid-19 que Pekín abandonó abruptamente a finales de 2022.

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