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El 'truco' que funcionó en los mercados en 2022 y que podría ser también clave para 2023
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El 'truco' que funcionó en los mercados en 2022 y que podría ser también clave para 2023

Olvídese de la inflación. Olvídese de los precios del petróleo. Olvídese de la invasión de Ucrania por Vladímir Putin. Olvídese de los despidos en el sector tecnológico

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Olvídese de la inflación. Olvídese de los precios del petróleo. Olvídese de la invasión de Ucrania por Vladímir Putin. Olvídese de los despidos en el sector tecnológico. Olvídese de la curva de rendimiento.

Cuando me senté a escribir sobre lo que funcionó para los inversores en 2022 y lo que no, llegué a una conclusión sencilla. En pocas palabras, lo que funcionó fue el precio.

El precio importó en 2022. O, si lo prefiere, importó el valor.

Si compró activos baratos hace un año, le fue bien, incluso a pesar de la caída del mercado. Si compró activos caros... Bueno, no tanto.

Los mayores ganadores del año fueron, por supuesto, los propietarios de valores energéticos. El Energy Select Sector SPDR ETF proporcionó un asombroso rendimiento del 62% a aquellos que han tenido la suerte, o la inteligencia, de poseerlo.

Y claro, Putin y la crisis energética fueron una gran parte de ello.

Foto: Un hombre camina sobre el salar de Uyuni en Bolivia, el país que alberga las mayores reservas de litio del mundo. (Reuters/Claudia Morales)

Pero... otra gran parte fue que hace un año las acciones petroleras estaban muy, muy, muy baratas. Tomemos el ejemplo de Exxon Mobil. Hace poco más de un año, a finales de 2020, el precio de sus acciones alcanzó un mínimo relativo, en comparación con el índice más amplio S&P 500, no visto en décadas, al menos desde 1973, que es hasta donde llegan los datos de FactSet. En 2020, las acciones de Exxon Mobil llegaron a cotizar a un par de puntos de un 20% por debajo de su "valor contable tangible", es decir, el coste de sus activos reales. La cifra habitual en los últimos 40 años ha rondado el 200% del valor contable tangible, o más.

Así que las acciones petroleras empezaron 2022 realmente baratas. Y como les gusta decir a los inversores en valor, "a los activos baratos les pasan cosas buenas". Tarde o temprano alguien que compró grandes acciones petroleras a precios de derribo iba a salir ganando. La guerra de Putin aceleró el proceso, pero no fue el único factor.

(Por cierto, en la segunda mitad de 2020, Exxon fue expulsada del Dow Jones Industrial Average, para ser sustituida por la empresa tecnológica de altos vuelos Salesforce. ¿Su rendimiento desde entonces? Exxon ha subido un 200%, incluyendo dividendos. No, en serio: has triplicado tu dinero. ¿Y qué hizo Salesforce en el mismo periodo? Bajar un 50%).

Foto: EC.

O tomemos los bonos del Tesoro de EEUU protegidos contra la inflación, conocidos como TIPS. Uno pensaría que se habrían disparado cuando despegó la inflación, ¿no? Nada de eso. Los TIPS tuvieron un año pésimo. El fondo general Vanguard Inflation-Protected Securities perdió un 12%. Y el Pimco 15+ Year U.S. Tips Index ETF, poseedor de bonos largos, perdió un 30%.

¿Qué ha ocurrido? Bueno, hace un año los TIPS eran muy, muy caros. A lo largo de toda la curva de rendimientos mostraban tipos de interés reales, o ajustados a la inflación, negativos, lo que es otra forma de decir que si los comprabas entonces tenías garantizada la pérdida de poder adquisitivo a lo largo de la vida del bono.

¿Una locura? Al mercado no le gustó. Mientras la inflación despegaba, los TIPS se hundieron. En octubre, los mismos bonos eran lo suficientemente baratos como para asegurar tipos reales a largo plazo de casi el 2%. En términos históricos, es bastante razonable. Y en ese momento tocaron fondo.

Y luego estaban las acciones.

Hace un año, las acciones growth futuristas estaban por la estratosfera, mientras que las aburridas y rentables acciones value estaban por los suelos: nadie las quería. La diferencia de precios entre ambas era tan alta como durante la locura de la primera burbuja de las puntocom. Tesla alcanzó una valoración de mercado de 1,2 billones de dólares, o más de cuatro veces la de la vieja y aburrida Toyota, el mayor fabricante mundial de... eh... coches.

Foto: Planta de producción de Tesla. (Reuters/Aly Song)

Toyota empezó 2022 valorada en menos de 10 veces los beneficios del año anterior. ¿Y Tesla? A 400 veces.

Así que la razón por la que Tesla ha perdido alrededor de tres cuartas partes de su valor desde entonces, mientras que Toyota ha bajado poco más del 20% (y todavía parece bastante barato, en realidad, a alrededor de 10 veces las ganancias del año pasado), no es un misterio.

O la razón por la que el índice bursátil de growth más popular de EEUU, el Nasdaq Composite, perdió un tercio de su dinero en 2022. Los aburridos valores de grandes empresas, como los de Vanguard Value, bajaron un 5%.

Y los índices no cuentan toda la historia. Cuando miro la lista de gestores de fondos de inversión estadounidenses que realmente hicieron ganar dinero a sus clientes el año pasado, los gestores de value dominan la lista. Los que buscaron acciones a precio de ganga encontraron las mejores oportunidades.

En 2020, los gestores de dinero de White Shoe Boston lanzaron un fondo de cobertura especial (para clientes adinerados e instituciones) que compraba los valores baratos y vendía en corto los caros, apostando en su contra. ¿Su rentabilidad el año pasado? Subió un 20% (hasta finales de noviembre).

Mencionaría el bitcoin y los NFT, pero por lo que veo cualquier precio para ellos es demasiado. Los NFT no tienen ningún valor. Y todavía estoy esperando que alguien —cualquiera— me dé una razón real de por qué necesitamos estas monedas digitales, por no hablar de por qué hace un año estaban valoradas colectivamente en tres billones de dólares.

Foto: La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. (EFE/Toms Kalnins)

Lo siento, aficionados a las criptomonedas. Como dijo el famoso jugador de póquer Herbert Yardley, yo no apostaría por ellas ni con dinero falso.

Personalmente, siempre he visto el atractivo de la compra de acciones baratas de tipo value con la esperanza de que se vuelvan más caras (o simplemente paguen grandes dividendos). Nunca me ha entrado en la cabeza la idea de comprar valores growth muy caros con la esperanza de que se vuelvan aún más caros. Hay muchos datos que demuestran que, a largo plazo, comprar barato suele ser mejor estrategia que comprar caro. Pero cada uno a lo suyo. Los que compraron caro ganaron mucho dinero entre 2017 y 2021.

¿Qué significa esto para 2023? Casey Stengel hizo el único comentario que vale la pena sobre las predicciones: nunca las hagas, especialmente sobre el futuro.

Pero todavía es posible, al menos, ver qué activos parecen baratos y cuáles no. La bolsa estadounidense, por ejemplo, cotiza a 17 veces los beneficios previstos. Tokio, Fráncfort y Londres cuentan con múltiplos de 12, 11 y 10 respectivamente. El de Polonia es de 8 y, a mi ingenuo entender, me imagino que van a recibir mucho amor económico de Occidente en los próximos años. Bueno para la bolsa, ¿no?

Foto: Foto: EC Diseño.
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El mercado bursátil estadounidense, según una medida a largo plazo conocida como la q de Tobin, duplica su valoración media histórica. Mientras tanto, observo que los rendimientos reales de los TIPS han vuelto a subir últimamente. Los bonos que vencen en 2045 ofrecen ahora una rentabilidad garantizada del 1,75% anual por encima de la inflación durante los próximos 22 años.

Todos estos activos pueden abaratarse aún más en los próximos meses. Es imposible saberlo. Pero es difícil argumentar que ahora son caros. Desde luego, están mejor valorados que hace un año.

*Contenido con licencia de MarketWatch.

Olvídese de la inflación. Olvídese de los precios del petróleo. Olvídese de la invasión de Ucrania por Vladímir Putin. Olvídese de los despidos en el sector tecnológico. Olvídese de la curva de rendimiento.

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