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Los mercados tienen un mensaje para ti: es hora de tomar decisiones diferentes
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Una sensación distinta

Los mercados tienen un mensaje para ti: es hora de tomar decisiones diferentes

Cuando se dice que "esta vez será diferente", no suele ser cierto. Esta vez sí que parece serlo

Foto: Foto: EC Diseño.
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Siempre he evitado utilizar la expresión que el legendario inversor Sir John Templeton consideraba las cuatro palabras más peligrosas de la inversión: "Esta vez es diferente".

Después de meses de hablar con y leer a expertos en inversión tratando de encontrar la forma correcta de describir y pronosticar la economía y el mercado de valores de EEUU para 2023, no voy a aventurarme a decir que esta vez es diferente, pero me estoy acercando: esta vez da una sensación diferente.

Foto: Logo de S&P Global en Nueva York (EEUU). (Reuters/Brendan McDermid)

Llevo invirtiendo desde adolescente. Soy optimista por naturaleza. Me inclino natural y fácilmente por lo positivo; en la vida siempre he dado más oportunidades a lo bueno. Cuando oigo y leo a los expertos buscar paralelismos entre el mercado y la economía del pasado, mi experiencia de las últimas décadas me ha demostrado que cada caída, recesión o desplome ha resultado ser una oportunidad de compra. En consecuencia, creer en lo bueno de las previsiones a largo plazo siempre ha sido fácil.

No es el caso ahora mismo. Si quiere hacerme reír, dígame algo especialmente optimista sobre el mercado. Dígame que la Reserva Federal logrará materializar un aterrizaje suave o que no va a haber recesión, e intentaré no resoplar.

Por el contrario, si dice algo negativo, sonará plausible, razonable o casi correcto, siempre y cuando no esté gritando o advirtiendo, como Chicken Little, que el cielo se cae sobre nuestras cabezas.

La caída del mercado estadounidense será del 85% o más desde el máximo hasta el mínimo

Por ejemplo, me resulta fácil descartar mi entrevista de diciembre con el autor Harry Dent, en la que afirmó, como viene haciendo ya largo tiempo, que la caída del mercado estadounidense será del 85% o más desde el máximo hasta el mínimo. Dent es ruidoso y descarado, y parece haber pronosticado 10 de las tres últimas caídas del mercado.

Pero me cuesta alinearme con el lado optimista de una charla reciente con Rob Arnott. Arnott, a quien algunos han tachado de "bajista permanente", es el jefe de la empresa de inversiones Research Affiliates y afirmó en una entrevista en mi pódcast, Money Life with Chuck Jaffe, que cree que lo peor del mercado bajista ya ha pasado, aunque se avecine una recesión en Estados Unidos.

Foto: EC.

No es necesario que haya un mercado bajista para que haya una recesión (o viceversa), pero no hay mucho por lo que entusiasmarse con las acciones cuando se sabe que la economía pasará apuros y se espera que los apuros se prolonguen más que la mayoría.

Puede que sea un sesgo de confirmación de mis propios sentimientos, pero cuando Roger Aliaga-Díaz, economista jefe para las Américas y responsable de la construcción de carteras globales del gigante de los fondos de inversión The Vanguard Group, declaró en el pódcast que la Reserva Federal podría no alcanzar su objetivo de inflación hasta 2025, me pareció más acertado que los numerosos pronósticos que sugieren que saldremos de dudas antes del tercer trimestre de este año.

A esto hay que añadir la opinión de Patrick Luce, economista de ITR Economics, quien afirmó que "no hay forma de evitar un aterrizaje forzoso" entre finales de este año y principios de 2024. Luce y sus colegas son quizás más conocidos por sus funestas predicciones de otra Gran Depresión en la década de 2030. Esta audaz predicción es fácil de descartar cuando la pronuncia un orador como Dent, pero es más difícil de ignorar en la explicación de Luce, directa, realista y basada en datos demográficos.

Nada de eso significa que esta vez sea diferente.

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Sin embargo, tratar temas que, en algunos casos, no han salido a la luz en décadas y utilizar el manual clásico para manejarlos significa que no hemos olvidado cómo puede desarrollarse la situación. E, inevitablemente, todas las recesiones, sea cual sea su causa, han ido acompañadas de una recuperación.

En última instancia, eso es lo que espero esta vez, aunque me preocupa que la subida sea tibia e insatisfactoria. Siempre he recomendado a los inversores que opten por la introspección cuando el mercado se pone difícil, para averiguar si los cambios que les preocupan son específicos del mercado, de la inversión individual o de ellos mismos.

Lo que percibo en mí mismo —y lo que escucho de los lectores y oyentes en los debates sobre este tema— es que la diferencia radica en las circunstancias personales. Y es que todo el mundo puede tomarse lo que está pasando ahora como algo personal.

Hay que fijarse en lo que se siente cuando se comprueba el valor de mercado estimado de nuestra casa

Los sentimientos sobre la economía, la inflación y los tipos de interés están determinados por lo que vemos en el surtidor de gasolina, en el supermercado y en las facturas de tus tarjetas de crédito o en las ofertas de transferencia de saldo. Hay que fijarse en lo que se siente cuando se comprueba el valor de mercado estimado de nuestra casa o se habla con amigos sobre dinero y finanzas.

Si a esto le añadimos la caída del 20% del mercado bursátil el año pasado, los titulares sobre despidos y la preocupación por el impacto de una probable recesión, prácticamente no hay forma de mantener la esperanza de que, de algún modo, hayamos escapado de la crisis.

Acepte los cambios

Para las personas que se jubilan o se acercan a la jubilación —yo empecé a incluirme en ese grupo cuando cumplí 60 años el año pasado— existe una preocupación adicional por el riesgo de secuencia y el de longevidad, la posibilidad real de que el mercado bursátil se hunda en el momento en el que se entra en la jubilación, reduciendo drásticamente el potencial de ganancias de sus ahorros y aumentando las posibilidades de que viva más tiempo de lo que durará su dinero.

El envejecimiento —combinado con las condiciones actuales— hace que ese temor sea más palpable que nunca.

Las generaciones más jóvenes, por su parte, no conocen la inflación de la que los nacidos en los 60 y 70 tienen recuerdos de sus padres quejándose en la mesa de la cocina. La inflación es un problema que ahora tienen que descifrar y resolver.

Foto: La economía tiene un complejo equilibrio, como las fichas de dominó. (Istock)

Así que sí, esta vez la sensación es diferente para la mayoría de nosotros. No es una diferencia que requiera venderlo todo, echar por tierra los planes o construir un refugio antibombas, es una diferencia de "no te quedes ahí sentado, haz algo".

Para los más jóvenes, esto supone centrarse en los gastos, no solo en la gasolina, sino también en las inversiones. Comprar, mantener, negociar y vender con eficiencia, y encontrar la manera de valorar cada dólar.

Los inversores de más edad deberían centrarse en generar y proteger los ingresos

Desde el punto de vista de la cartera, hay que diversificar; invertir en las áreas del mercado que se han estado ignorando, porque repartir el dinero y el riesgo es una forma de protegerse contra tiempos como estos.

Los inversores de más edad, por su parte, deberían centrarse en generar y proteger los ingresos, asegurándose lo que pueden ingresar independientemente de las condiciones económicas y del mercado.

No, esas estrategias no son radicales, pero son movimientos que automáticamente dan sensación de ser "diferentes", porque son una respuesta que es mejor en un momento en el que casi nada sienta bien.

*Contenido con licencia de MarketWatch

Siempre he evitado utilizar la expresión que el legendario inversor Sir John Templeton consideraba las cuatro palabras más peligrosas de la inversión: "Esta vez es diferente".

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