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No es solo la inflación: estos son los otros grandes riesgos para la economía española
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AMENAZAS A CORTO Y LARGO PLAZO

No es solo la inflación: estos son los otros grandes riesgos para la economía española

Aparecen amenazas para el crecimiento de la economía española. Aunque se prevé que evite la recesión, todavía no ha recuperado el PIB previo a la pandemia

Foto: La economía tiene un complejo equilibrio, como las fichas de dominó. (Istock)
La economía tiene un complejo equilibrio, como las fichas de dominó. (Istock)
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La inflación centraliza la crisis actual, con el shock energético primero y, después, el alza de dos dígitos de muchos alimentos y productos básicos. Además, el crecimiento pierde fuelle y el alza de los tipos de interés presiona la capacidad de compra de los hogares y de inversión en las familias, y pone en jaque la posición financiera del Estado. Pero hay más riesgos que los evidentes.

Primero habría que empezar por estos, como ha hecho esta semana S&P Global Ratings al presentar sus perspectivas para 2023. La agencia, que revisará la nota de la deuda del Tesoro el próximo 17 de marzo, prevé que la economía española crezca este año un 0,9%, evitando una recesión en la que sí caerían grandes economías de la eurozona como Alemania o Italia, para las que espera una contracción del PIB del 0,5% y del 0,1% respectivamente.

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S&P destaca que España ha mejorado y diversificado su estructura económica, y que a diferencia de lo que ocurría en la Gran Crisis Financiera después de una década de burbuja inmobiliaria, ahora cuenta con superávit por cuenta corriente. Sin embargo, tiene como riesgo principal el deterioro de la posición presupuestaria del Estado y el aumento de la deuda pública. También supone una amenaza que el porcentaje de ejecución de los fondos europeos acabe siendo inferior al previsto y se tengan que revisar a la baja las previsiones, ya que España e Italia tienen un historial de estar a la cola en capacidad de ejecutarlos. No obstante, el mero retraso no supone algo decisivo porque "lo fundamental es la calidad del gasto".

En cuanto al pasivo de las administraciones públicas, pasará del 95% del PIB antes del covid al 114% a finales de este año, si se cumple el pronóstico de S&P. El problema no es solo que aumente la deuda, sino que se encarece. Ya en los últimos meses de 2022 hubo un incremento del 12% en el coste medio de la deuda asumido por el Tesoro, y la tendencia irá a más durante este año, porque el Banco Central Europeo (BCE), principal tenedor de bonos españoles, se ha echado a un lado para drenar liquidez y combatir la inflación. Desde marzo tiene previsto reducir su balance.

Por ello, la evolución del rating dependerá de este punto. S&P señala que podría haber subidas si se acelera la consolidación presupuestaria y se reduce la deuda externa neta, además de si hay mejoras en las perspectivas económicas y reformas públicas. Pero, al contrario, podría haber bajadas si empeora más la posición presupuestaria, aumenta la deuda y se degradan las previsiones globales.

Foto: El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE)

Este es un punto importante, no solo es que España no ataje el incremento de deuda, y eso que aunque se encarece por la subida de tipos, una época de inflación favorece a los deudores; sino que hay una proporción elevada de deuda privada y pública en manos de extranjeros. Desde el Tesoro restan importancia a esto, pero en el pasado fue un problema. Los inversores extranjeros suelen cortar el grifo y es más difícil refinanciarse con elevadas ratios de deuda pública si hay algún tipo de turbulencias. Además, los intereses de la deuda se van a otras geografías, drenando capacidad de crecimiento local. La ratio de deuda externa está en torno al 60% del PIB, el doble de lo que recomienda la Comisión Europea.

España tiene pendiente una reforma fiscal que, más allá de medidas puntuales como los impuestos a los ricos, las energéticas y los bancos, sigue sin acometerse. Y en año electoral no parece que llegue. Pero la ratio de deuda sobre el PIB preocupa a los expertos. Ya durante el covid, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, siempre decía que en aquel momento había que apoyar la recuperación, pero también pensar en cómo acometer un descenso sostenido en el futuro de la deuda, algo que no ha ocurrido.

La posibilidad de que haya una crisis de deuda en los próximos años está entre los principales riesgos que ven expertos y empresarios para España, según el informe Global Risks Report 2023 en su 18ª edición, que elaboran Marsh, Zurich y el Foro Económico Mundial, con respuestas de 1.300 expertos y 12.600 líderes empresariales. Para España hay 118 respuestas.

Foto: El precio de los alimentos ahoga a las clases populares. (EFE/Ismael Herrero)

El informe trata de desgranar amenazas económicas, ambientales, geopolíticas, sociales y tecnológicas a medio y largo plazo. Aun así, en el plano más inmediato preocupa la inflación, y también hay cierto miedo a una potencial crisis de deuda. Por otro lado, se teme para España el riesgo de que haya una crisis por el coste de la vida. Esto es, que la combinación de inflación, aumento de tipos de interés —el euríbor ha pasado en un año de estar en negativo al 3%— y el menor crecimiento reduzcan la capacidad de consumo hasta afectar a necesidades básicas en mucha gente, con el impacto social y económico que tendría.

Asimismo, empresarios y expertos también señalan a conflictos geopolíticos por recursos estratégicos que puedan afectar de forma indirecta a España. Pero hay un riesgo que no estaba el año pasado y que sí es específico para la economía española. Es la amenaza de proliferación de actividades económicas ilícitas.

Este riesgo se refiere a la posibilidad de que la crisis actual, si se prolonga y agudiza, pueda acarrear problemas estructurales para el país como el surgimiento de corrupción —política o de otros tipos— y que vuelva a aumentar la economía sumergida, uno de los grandes retos de España. Hace una década, los expertos estimaban que superaba el 20% del PIB. En los últimos años, hay opiniones encontradas sobre si ha aumentado o bajado.

Foto: Enrique Sánchez, presidente de Adecco España y 'regional head' para el Sur de Europa.

El Banco de España señala que hay un aumento de la recaudación de impuestos que no se puede explicar por variables económicas como la evolución del PIB, del empleo, del consumo o de la inflación, y que probablemente tiene que ver con una reducción de la economía sumergida, especialmente en una época de ayudas públicas en la pandemia. "Vivir fuera del sistema es difícil", señaló al respecto el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, en el Congreso de la Asociación de Inspectores de Hacienda (IHE) en Granada en octubre.

Sin embargo, los técnicos de Hacienda no lo ven así. Su sindicato, Gestha, señaló en diciembre que el aumento de la recaudación no se debe a que se reduzca la economía sumergida porque, de hecho, esto no ha sucedido. El sindicato alega que, a día de hoy, defraudar "sale a cuenta" y "la posibilidad de descubrirla es reducida".

A escala global, el informe de Marsh, Zurich y Foro Económico global señala como riesgos para los próximos dos años una crisis en el coste de la vida, recesión, guerra geoeconómica, falta de acción climática y polarización social; mientras que para la próxima década aluden como amenazas la estabilidad financiera mundial, daño en los ecosistemas naturales, salud, militarización y lo relacionado con privacidad y derechos digitales.

La inflación centraliza la crisis actual, con el shock energético primero y, después, el alza de dos dígitos de muchos alimentos y productos básicos. Además, el crecimiento pierde fuelle y el alza de los tipos de interés presiona la capacidad de compra de los hogares y de inversión en las familias, y pone en jaque la posición financiera del Estado. Pero hay más riesgos que los evidentes.

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