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El BCE se deshace de deuda española al mayor ritmo de la historia
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DESINVERSIÓN DE 4.715 MILLONES

El BCE se deshace de deuda española al mayor ritmo de la historia

El volumen de bonos públicos y corporativos españoles en el balance del banco central se redujo en 4.715 millones durante el mes de noviembre por los ajustes en las reinversiones

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Pool/Ronald Wittek)
Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Pool/Ronald Wittek)
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El giro del Banco Central Europeo (BCE) es inexorable. La autoridad monetaria está inmersa en un camino de drenar liquidez de la economía para atacar la inflación, y una de las vías es dejar de comprar deuda. En realidad, es algo que dejó de hacer en junio, pero con decalaje para España por el aumento de la prima de riesgo.

Sin embargo, por segundo mes consecutivo, el BCE ha reducido la tenencia de deuda española, según las estadísticas del Banco de España. Se incluye tanto deuda pública como privada, aunque mayoritariamente son bonos emitidos por el Tesoro. La autoridad monetaria ha sido el principal comprador de deuda pública durante los dos últimos años, y ya ha dejado de serlo, cambiando el mix de inversores a los que recurre el Tesoro.

Foto: La sede del BCE en Frankfurt, Alemania. (Getty/Thomas Lohnes)

Durante el mes de noviembre, sin embargo, el ritmo de reducción de deuda ha sido mucho más drástico. La tenencia de bonos españoles se redujo en 4.715 millones, lo que supone la mayor desinversión de deuda española de la historia. La cifra final pasó a ser de 624.230 millones. Fuentes del Banco de España recuerdan que es un ajuste temporal debido a que los vencimientos no se reinvierten de forma automática. De hecho, el banco central tiene flexibilidad geográfica y espacial, lo que explica que realizara compras netas en julio y agosto de deuda española, para evitar que se fuera la prima.

El BCE seguirá a la Reserva Federal (Fed) con una nueva subida de tipos este jueves. Hay dudas, tras los últimos datos de inflación —según los que parece que el crecimiento de los precios ha tocado techo—, de si será de 50 puntos básicos o de 75, como las últimas veces. El mercado ya ve los tipos en un pico del 3% el año que viene, e incluso pronostica correcciones del euríbor para 2024.

En cualquier caso, el combate contra la inflación conlleva subir tipos y, también, reducir la liquidez de la economía. Por ello, ha cambiado las condiciones de la financiación a la banca (TLTRO) y ha dejado de ampliar su balance con compras de deuda. De hecho, desde junio hasta ahora, la deuda total en el balance del BCE se ha reducido en casi 15.000 millones.

Sin embargo, el BCE mostró su preocupación en junio con las subidas de las primas de riesgo periféricas, incluida la española, y anunció que aplicaría flexibilidad al reinvertir los vencimientos de los bonos comprados con el plan de compras contra la pandemia (PEPP). Por ello, siguió aumentando la inversión en deuda española hasta otoño, con una primera mínima reducción en octubre, de 228 millones, y que ha pasado a dispararse hasta 4.715 millones en noviembre.

Según fuentes del Banco de España, más allá del ajuste pertinente por las mayores compras de deuda española durante el verano, esta reducción responde también al decalaje que se produce entre el vencimiento de los bonos en cartera y la reinversión en otros títulos, por lo que el monto total de deuda española en manos del BCE se elevará de nuevo en los próximos meses.

Los datos del Tesoro llegan hasta septiembre, con lo que no se aprecia el efecto de la desinversión del BCE en la estructura de compradores de las últimas subastas. Aun así, el banco central, que es el principal inversor de deuda española, redujo por debajo del 34% su peso. Bancos, aseguradoras y fondos de inversión intensificaron las compras en los últimos meses con la subida de tipos de interés que paga ahora el bono español.

La expectativa es que el BCE siga endureciendo su política monetaria. No obstante, señaló en las últimas reuniones que planea seguir reinvirtiendo los vencimientos del PEPP hasta, al menos, finales de 2024, y los vencimientos del programa clásico de compras, APP, durante un periodo prolongado tras la fecha en que comenzó a subir los tipos. Pero el concepto de periodo prolongado no está definido, con lo que podría empezar a reducir su balance y agudizar la tendencia a que la política monetaria sea más restrictiva.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Getty/Thomas Lohnes)

Este jueves, además, habrá nuevas previsiones económicas. El mercado espera que en términos de inflación, después de varias revisiones al alza, haya una mejoría a partir de los últimos datos. Hay varios cambios importantes en esta reunión, señalan en AXA IM. Por una parte, que no estará en el Consejo de Gobierno por la rotación el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y entran halcones como Nagel, del Bundesbank, y Vale, de Eslovenia.

El BCE tendrá que lidiar en los próximos meses con estar varios pasos por detrás de la Fed, que ha sido más agresiva. Esta divergencia también es relevante para controlar la inflación, si siguen desviándose flujos hacia Estados Unidos con presiones bajistas sobre el euro respecto al dólar.

“Se puede afirmar con seguridad que mientras la Reserva Federal ya está debatiendo ‘¿hasta dónde?’, el BCE todavía está lidiando con ‘¿a qué velocidad?’ para subir los tipos. Ambos bancos centrales aún no han entrado en el debate de durante cuánto tiempo los tipos de interés tendrán que permanecer en territorio restrictivo”, afirma Alessandro Tentori, CIO Southern Europe de AXA Investment Managers.

El giro del Banco Central Europeo (BCE) es inexorable. La autoridad monetaria está inmersa en un camino de drenar liquidez de la economía para atacar la inflación, y una de las vías es dejar de comprar deuda. En realidad, es algo que dejó de hacer en junio, pero con decalaje para España por el aumento de la prima de riesgo.

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