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La Gran Inflación: 7 de cada 10 alimentos han subido más de un 10% en doce meses
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La mayor subida en 40 años

La Gran Inflación: 7 de cada 10 alimentos han subido más de un 10% en doce meses

La escalada de los alimentos es ahora el gran problema de la crisis inflacionista. La subida de los costes de producción y los problemas de oferta auguran precios altos también en 2023

Foto: El precio de los alimentos ahoga a las clases populares. (EFE/Ismael Herrero)
El precio de los alimentos ahoga a las clases populares. (EFE/Ismael Herrero)
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La escalada de la inflación se ha moderado en los últimos meses gracias a la caída del precio de la energía. Sin embargo, los alimentos siguen subiendo. Es más, siguen acelerando. Según los últimos datos del INE, el precio de los alimentos subió un 15,7% a lo largo del año 2022. El precio de los alimentos no subía tanto desde 1984, dato que da buena muestra del esfuerzo adicional que están haciendo los hogares para comprar los productos de primera necesidad.

Si se observa en detalle la cesta del supermercado, nada menos que el 70% de los alimentos y bebidas subieron a tasas de doble dígito. Este tipo de subidas, que eran anecdóticas hasta este año, ahora son la gran normalidad. Este dato está ponderado en función del peso que tiene cada alimento en la cesta de la compra, ya que las familias no hacen el mismo gasto en carne que en chocolate, por ejemplo.

Foto: Los supermercados trasladan la bajada del IVA. (EFE/Zipi Aragón)

Este gráfico muestra a la perfección cómo ha cambiado el color de la cesta de la compra. Los tonos azules, que representan la parte de la cesta de alimentos que tiene precios estables o, incluso, que caen levemente, han desaparecido. En su lugar han surgido los tonos rojos, que muestran alimentos que se están encareciendo rápidamente, con tasas de doble dígito. Actualmente, es difícil encontrar alimentos y bebidas que hayan subido menos de un 10%. Las bebidas espirituosas y los frutos secos han subido un 5% y la carne de oveja y cabra ha subido un 2%. Y, por supuesto, no hay un solo alimento cuyo precio se haya reducido en el último año.

Por el contrario, una quinta parte de la cesta del súper ha subido más de un 20%, un dato que no se había visto en cuatro décadas. Por ejemplo, hace un año solo había un 3% de la cesta de la compra subiendo más de un 20% y, en 2020, sencillamente ningún alimento subía tanto. De hecho, ninguno subía más de un 15%. En la actualidad, casi el 40% de la cesta de la compra sube más de un 15%.

La mayor escalada la ha protagonizado el azúcar, que se ha disparado nada menos que un 51% en el último año. Esta subida, además, sirve para ejemplificar qué es lo que está pasando en el sector de la alimentación. Básicamente, hay tres factores que explican la subida de los precios de la alimentación, y el azúcar cumple con los tres. El primero es la crisis energética, que ha elevado los costes de producción y transporte. El segundo es que los alimentos en los que Ucrania tenía una cuota de mercado elevada, han visto reducida su oferta y, por tanto, subidos sus precios. La remolacha, que es la materia prima del azúcar, es uno de estos alimentos que se ha quedado atrapado en Ucrania. El tercero es la sequía que golpeó a los campos durante la mayor parte del año 2022. Los agricultores españoles de remolacha, concentrados en Castilla y León, optaron por reducir la superficie de cultivo de esta hortaliza ante la escasez de lluvias.

La suma de todos estos factores explica que el azúcar sea hoy tan caro. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el aceite de girasol, que ha subido también cerca de un 50%, o con el de oliva, que ha escalado un 35%.

La leche también aparece entre los productos que más han subido este año, con una escalada próxima al 40%. En este caso, la sequía (que ha afectado a los pastos) y la caída de la exportación de grano desde Ucrania ha elevado los costes de producción. Pero, además, las grandes cadenas de supermercados utilizaban la leche como producto reclamo para atraer a clientes. La industria ha denunciado en numerosas ocasiones que los precios de venta eran inferiores a los de producción, lo que presionaba a toda la cadena de producción. A mediados de 2022, ya con los costes intermedios disparados, las distribuidoras tuvieron que empezar a subir sus precios para frenar las pérdidas crecientes.

Foto: La inflación lastra la renta de los hogares. (EFE/Ismael Herrero)

Además, con la leche ocurrió una situación particular que ha provocado la caída de los niveles de producción. Al inicio de 2022 los costes de producción ya se estaban disparando, pero los precios de venta de la leche estaban congelados. Era más rentable para los ganaderos sacrificar cabezas de ganado para vender su carne y algunos así lo hicieron. La menor oferta de leche desde entonces ha contribuido a subir su precio.

El precio disparado de la leche ha empujado a todos sus derivados. La mantequilla se ha disparado un 42%; los yogures, un 25%; el queso, un 22% y el resto de productos lácteos, un 24%.

Las previsiones para 2023 apuntan a que los precios deberían frenar su escalada, pero difícilmente se producirán bajadas. De hecho, durante los próximos meses todo apunta a que seguirán subiendo. El motivo es que, aunque la energía haya dado una tregua, la industria agroalimentaria sigue trasladando a precios el incremento de los costes de producción. Además, los problemas climáticos se han consolidado como un riesgo para agricultores y ganaderos, provocando fuertes oscilaciones de precios en función de las precipitaciones y los episodios de clima extremo. Además, los costes salariales están incrementándose rápidamente, tanto por la subida del salario mínimo interprofesional, como por la escasez de trabajadores.

En los diferentes sectores de la alimentación, la previsión generalizada es que los precios no caerán durante todo el año 2023. La única esperanza pasa por que los costes de producción se estabilicen y pueda trasladarse a los precios finales. A corto plazo, lo que está ocurriendo es que los alimentos sin elaboración ya están empezando a frenar, pero no ocurre lo mismo con los productos elaborados, lo que indica que la industria transformadora todavía sigue repercutiendo costes, o elevando sus márgenes de beneficio. En cualquiera de los dos casos, los precios de los alimentos seguirán altos durante todo el año con el temor permanente a que se produzcan nuevos episodios inflacionistas.

La escalada de la inflación se ha moderado en los últimos meses gracias a la caída del precio de la energía. Sin embargo, los alimentos siguen subiendo. Es más, siguen acelerando. Según los últimos datos del INE, el precio de los alimentos subió un 15,7% a lo largo del año 2022. El precio de los alimentos no subía tanto desde 1984, dato que da buena muestra del esfuerzo adicional que están haciendo los hogares para comprar los productos de primera necesidad.

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