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Los grandes súper ya han trasladado al precio la rebaja del IVA a la alimentación
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Esta vez sí repercuten la ayuda

Los grandes súper ya han trasladado al precio la rebaja del IVA a la alimentación

Un análisis de la cesta de la compra en tres de las principales cadenas de distribución (Mercadona, Carrefour y Dia) revela que han repercutido el beneficio fiscal de forma generalizada

Foto: Los supermercados trasladan la bajada del IVA. (EFE/Zipi Aragón)
Los supermercados trasladan la bajada del IVA. (EFE/Zipi Aragón)

La inflación disparada de los alimentos forzó al Gobierno a adoptar una medida que había rechazado sistemáticamente: una bajada del IVA a algunos de los productos de primera necesidad. Inmediatamente, surgió la gran preocupación propia de las bajadas del IVA: ¿repercutirán las empresas a sus clientes este beneficio fiscal? Ya ha pasado más de una semana desde que la medida entró en vigor y es posible analizar qué ha ocurrido. Para un correcto estudio, es necesario tener en cuenta que hay dos fechas clave: el anuncio de la bajada del impuesto y su entrada en vigor. Esto es importante, porque en ocasiones las empresas anticipan el cambio del tipo impositivo subiendo sus precios con el anuncio de la medida. Así, cuando entra en vigor el nuevo IVA, el precio final para el cliente vuelve a bajar hasta el nivel inicial, pero por el camino las empresas capturan el beneficio fiscal.

Un análisis de los precios de tres de las mayores cadenas de distribución (Mercadona, Carrefour y Dia, que conforman el 40% de la cuota de mercado) muestra cómo la traslación del beneficio fiscal ha sido generalizada y completa en todos los bienes afectados. Esta traslación no ha sido homogénea, ya que en algunos productos la rebaja tardó un día en hacerse efectiva, pero una semana después de la entrada en vigor del nuevo IVA, la práctica totalidad de los productos recoge el cambio del impuesto.

Foto: Fotografía de la emisión de billetes de 100, 200 y 500 euros. (Reuters/Antonio Bronic)

El análisis de una cuarentena de productos afectados y no afectados por el beneficio fiscal revela que, en esta ocasión, la gran distribución está cumpliendo. Los datos se obtienen del dataset que proporciona la consultora DataMarket, que recopila cada día el precio de todo el catálogo de productos que aparecen en la página web de cada uno de los tres supermercados.

El primer hito clave fue el momento en que el Gobierno anunció la rebaja del impuesto, en el Consejo de Ministros del 27 de diciembre. En los días posteriores, apenas se producen variaciones del precio de los alimentos afectados por la medida. Y los saltos que se produjeron fueron superiores a la variación del impuesto, por lo que responden al proceso inflacionista que vive el país. Esto descarta que las empresas anticiparan la bajada del IVA para subir precios y quedarse así con parte del beneficio fiscal.

La segunda fecha clave es el 1 de enero, con la entrada en vigor del beneficio fiscal. La distribución ha repercutido, de forma general y completa, el IVA a sus productos. Esta bajada no fue homogénea ni inmediata: en algunos casos se aplicó de forma íntegra desde el primer día, mientras que en otros ha sido un poco superior o inferior a ese 4%, y en otros su aplicación se retrasó hasta el 2 de enero. En algunos casos, es posible que las empresas hayan tenido dificultades para comprender qué productos concretos tenían que beneficiarse de la rebaja fiscal. Por ejemplo, una de las polémicas se generó en torno al pan con semillas, ya que este no entraba en la bajada del IVA al "pan común" por su composición con semillas. Pero, finalmente, una semana después de la entrada en vigor de la medida, la repercusión al cliente ha sido generalizada.

Si se observan los datos por productos, se percibe que la traslación del IVA no es exacta del 4%, porque el redondeo de los céntimos influye en el porcentaje de bajada. Esto explica que la variación de los precios se sitúe cerca del 4% (del 4,5% en el caso del aceite y la pasta), pero con algunas oscilaciones. Por ejemplo, en el caso de los huevos grandes (L) de marca blanca de Mercadona, la bajada aplicada es del 3,91%, pasando de 2,30 a 2,21 euros. Si la bajada hubiese sido de un céntimo más, hasta 2,20 euros, el porcentaje de caída habría sido del 4,34%. Esto es, el redondeo del céntimo marca la bajada del precio en porcentaje. Lo mismo, pero al contrario, ocurre con la leche entera de marca blanca. El precio de la leche bajó de 95 céntimos a 91 céntimos, una rebaja de cuatro céntimos, que supone un descenso del 4,2%. Ha sido un ahorro algo superior a la rebaja del IVA, pero si se hubiese bajado en tres céntimos, el ahorro habría sido de solo el 3,16%.

En el caso de Mercadona ha repercutido la bajada del IVA íntegramente en todos los productos analizados, desde la leche hasta los aceites, pasando por el queso. Carrefour también ha aplicado una rebaja general, aunque algunos precios han caído más intensamente que la rebaja del IVA, lo que anticiparía un cierto descuento por parte de la empresa. No ocurre lo mismo con Dia, que ha aplicado una rebaja inferior en dos productos: la barra de pan y el kilo de harina, con un descuento inferior al 3% en ambos casos.

Foto: Fábrica de Ford en Almussafes. (EFE/Kai Forsterling)

También se ha analizado la evolución del precio de otros alimentos no afectados por la rebaja del IVA a modo de contrafactual para comparar si se trata o no de un movimiento generalizado. La respuesta es que no lo es. Por ejemplo, las bandejas de pollo de marca blanca en los tres supermercados han mantenido su precio estable durante todo este periodo. De hecho, la exclusión de la carne de la bajada del IVA ha sido una de las principales protestas de los consumidores, ya que se trata igualmente de alimentos de primera necesidad.

En cualquier caso, la ayuda fiscal tiene un efecto limitado sobre el precio final que pagan los hogares, puesto que la inflación soportada hasta la fecha ha sido muy superior. Por ejemplo, el litro de leche de marca blanca costaba al inicio de 2022 unos 66 céntimos y a finales del año estaba ya en 95 céntimos. Aunque la rebaja del IVA permita un ahorro del 4%, es imposible que compense el alza del 44% registrada en los últimos 12 meses.

La bajada aplicada ha sido similar en las marcas y en las marcas blancas. Esto indica que la traslación del beneficio fiscal ha sido satisfactoria en el grueso de los productos sin que se haya producido un efecto anticipación en los días previos. La distribución ha renunciado a apropiarse de una parte de esta ayuda pública. Es comprensible que haya sido así, ya que la gran distribución está sometida a un gran control de sus precios por parte de la sociedad gracias a las técnicas para scrapear (recopilar) todas sus tarifas colgadas en internet. De esta forma, no es la competencia la que incentiva la traslación íntegra del beneficio fiscal, sino la función de vigilante de los medios de comunicación y redes sociales en general.

Además, el diseño de la medida desincentiva que las empresas quieran apropiarse de una parte de la rebaja del impuesto. El motivo es que se trata de una política temporal, que se termina el 30 de junio (o antes, si la inflación subyacente cae del 5,5%). Esto significa que si ahora las empresas se quedan con parte de la ayuda, tendrán que elegir en unos meses entre devolverla o consolidar un incremento de márgenes que podría generar titulares negativos en prensa.

La dificultad para vigilar la evolución del precio llega ahora. El análisis del precio en los 14 días que han pasado desde el anuncio de la rebaja del IVA es sencillo, porque los costes intermedios que soportan los supermercados son prácticamente los mismos. Esto es, si han variado el precio, es por el IVA. Pero en los próximos meses seguirán operando las fuerzas inflacionistas, de modo que tendrán que volver a subir los precios. Determinar qué parte de esa alza esté explicada por el incremento de los costes y cuál por un incremento de los márgenes será muy difícil. O directamente imposible, por mucho que el Gobierno asegure que va a hacer una vigilancia estrecha.

La inflación disparada de los alimentos forzó al Gobierno a adoptar una medida que había rechazado sistemáticamente: una bajada del IVA a algunos de los productos de primera necesidad. Inmediatamente, surgió la gran preocupación propia de las bajadas del IVA: ¿repercutirán las empresas a sus clientes este beneficio fiscal? Ya ha pasado más de una semana desde que la medida entró en vigor y es posible analizar qué ha ocurrido. Para un correcto estudio, es necesario tener en cuenta que hay dos fechas clave: el anuncio de la bajada del impuesto y su entrada en vigor. Esto es importante, porque en ocasiones las empresas anticipan el cambio del tipo impositivo subiendo sus precios con el anuncio de la medida. Así, cuando entra en vigor el nuevo IVA, el precio final para el cliente vuelve a bajar hasta el nivel inicial, pero por el camino las empresas capturan el beneficio fiscal.

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