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Todo lo que el precio de tu barra de pan te cuenta sobre el futuro de la inflación
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Subida de precios o 'shrinkflation'

Todo lo que el precio de tu barra de pan te cuenta sobre el futuro de la inflación

El precio del pan —un producto sensible a los 'shocks' en las materias primas, la energía y la mano de obra— es un gran sensor de la inflación para las familias. Y las panaderías ya están trasladando la subida de precios al consumidor

Foto: Una panadería en Valladolid. (EFE/R. García)
Una panadería en Valladolid. (EFE/R. García)
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Varios clientes fueron la semana pasada a hacer la compra al supermercado BM de la calle Melilla en Madrid y se encontraron con una mala noticia: la barra de pan que vendía esta tienda en Arganzuela había pasado de 40 a 70 céntimos. Una situación parecida a la que vivió un hombre hace unos días cuando se dio cuenta de que Bimbo había subido sus precios. "Les escribo desde Madrid", les dijo en Twitter el pasado dos de enero. "Solía comprar un paquete de pan de molde, cuyo precio era 1€. Hoy su precio es 1,25€, un 25% de una sola vez. Sé que la inflación está subiendo en España en el 6%, pero esto es un abuso".

Tras meses de avisos, las profecías de los economistas se están cumpliendo: la subida de precios en las materias primas ya están afectando al consumidor y muchas empresas aprovechan para ajustar precios al alza. Pese a que ya ha sucedido en infinidad de alimentos en los últimos meses, está siendo el pan, un producto diario con un precio sencillo de recordar, el detonante para que mucha gente se dé cuenta de que la inflación, al menos por ahora, ha llegado para quedarse.

"Los precios se están trasladando al consumidor final después de que la industria haya soportado en sus márgenes el incremento de los costes tanto de la materia prima como de los consumos intermedios en los últimos meses", explica el economista Javier Santacruz. En diciembre, el Índice de Precios al Consumo (IPC) alcanzó en nuestro país una cifra récord del 6,7%, lo que dejó una media anual en 2021 del 3,1%.

Foto: Foto: EFE

Durante casi una década, la inflación en Europa había permanecido estancada y el problema era el contrario: los técnicos de los bancos centrales se estrujaban la cabeza tratando de encontrar una forma de alejarse de la deflación y estimular el crecimiento económico. Pero ahora los altos precios de la energía, la falta de trabajadores en algunas regiones, los cuellos de botella y los elevados precios de las materias primas, unido a una alta demanda de los consumidores tras dos años de pandemia, han provocado que muchos economistas se empiecen a preocupar por la inflación.

Los expertos consultados no se atreven a realizar previsiones tajantes, pero echando un vistazo a los motivos por los que el precio del pan ha subido se pueden vislumbrar algunas pistas de la futura evolución de los alimentos en los próximos meses. Porque la próxima vez que vaya a la panadería de al lado de su casa recuerde que las barras de pan son uno de los productos más cercanos a una refinería: si la energía, las materias primas o la mano de obra se ven afectadas por algún 'shock' externo, también lo estará este alimento, uno de los mejores indicadores para las familias junto con la gasolina de que los precios están subiendo de forma irremediable.

El futuro del pan

"El tema del pan es muy complejo, hay algunos factores puramente contingentes que desaparecerán y otros que se van a quedar con nosotros", explica un panadero que vende al por mayor a restaurantes de Madrid y también tiene una pequeña panadería en el centro. Él mismo confía en un futuro más estable donde la gran mayoría de los 'shocks' de los últimos dos años desaparezcan, pero es consciente de que el trigo se ha convertido en una 'commodity' más inestable. Él mismo ha subido el precio del pan entre un 5 y un 10% en todos sus productos y no cree que, al menos a medio plazo, se vuelvan a bajar.

Preguntado por la subida de precios, CEOPPAN, la Confederación Española de Panadería, Pastelería, Bollería y Afines ha preferido guardar silencio. "No podemos hablar de precios ya que lo prohíbe la ley y la Comisión Nacional de Mercados y Competencia", destacan. Sin embargo, en varias panaderías de Madrid y de otras partes de España consultadas por El Confidencial reconocen que el incremento en las últimas semanas es un hecho. Entre otras cosas, han tenido que subir alrededor de un 10% —incluso 15%— el precio de las barras de pan. "Muchos clientes protestan… y yo les digo: '¿qué quieres que haga? También te lo han subido en todos los productos del supermercado y no dices nada'", se justifica una panadera del barrio madrileño de Hispanoamérica cuya barra de pan ha pasado de costar 1 euro a 1,15.

Muchos clientes protestan… y yo les digo: "¿qué quieres que haga? También te lo han subido en todos los productos del supermercado"

El precio del pan, como la mayoría de los productos alimentarios, se ha visto perjudicado por el 'shock' energético y el incremento en la factura de la luz, especialmente para aquellos panaderos que usan congeladores. Otro factor decisivo ha sido la ruptura de las cadenas de suministro globales, sobre todo de bienes industriales intermedios, que ha provocado que el precio del flete se disparara, lo que ha acabado afectando al precio de las materias primas. Y la propia pandemia también ha hecho estallar uno de los negocios más lucrativos en España: el turismo. "Cada año venían 100 millones de personas a España… y ellas comían mucho pan en restaurantes y bares", afirma otro panadero que también vende al por mayor.

Pero esos factores en su mayoría han estado condicionados por sucesos puntuales. Otros podrían quedarse con nosotros o provocar que los precios del trigo sigan subiendo porque la oferta no consiga cumplir con una demanda mundial cada vez más pujante. El cambio climático y las olas de calor que vivieron Estados Unidos y Canadá en verano de 2021 han afectado al precio de la harina y el trigo en el mercado de Chicago, referencia del sector. "La producción en EEUU, por ejemplo, cada vez va subiendo de latitud buscando terrenos más propicios para el trigo ante las sequías", afirma otro experto del sector. Además, las cosechas de grano en Ucrania y Bulgaria tampoco han sido buenas, mientras que la demanda asiática ha alcanzado récords históricos.

"La influencia de China en la compra masiva de cereales influye mucho en el precio de las harinas, tanto para alimentación humana, como para alimentación animal (piensos compuestos)", destaca Fernando Villalta, representante de una empresa de harinas. Otro factor a tener en cuenta en los próximos meses es el de las tensiones geopolíticas. Más allá de la crisis energética, una invasión rusa a Ucrania podría provocar que el precio del grano se disparara, ya que Kyiv es uno de los principales exportadores de trigo para Europa.

Foto: El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. (EFE/David Borrat)

"El mundo del cereal se ha vuelto loco", explica por su parte José Manuel Álvarez, Secretario General de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España. "La tarta que tenemos es la que es y cada vez hay que partirla en más trozos porque más gente demanda trigo, lo que también hace que el precio de los cereales suba", afirma. Para Álvarez, la subida del precio del pan distorsiona la realidad, porque lo que realmente han subido más como se puede observar en el gráfico son las pastas que están hechas de trigo duro, cuyo precio se ha multiplicado por dos en apenas un año. Y, ante esta situación, los panaderos tienen dos opciones.

"O bajas la calidad y el tamaño o subes los costes", asegura por su parte el panadero del centro de Madrid. "Y si tu pan sigue costando lo mismo que hace dos años es que han bajado la calidad. Nosotros hemos aguantado todo lo que hemos podido en subir los precios, hemos asumido costes. También hay otras panaderías con precios por los suelos que aprovechan estas subidas para poner el contador a cero", afirma, en referencia a la anécdota del supermercado que había aprovechado para subir un 75% el precio de la barra.

Otra de las opciones que se han planteado estos meses los panaderos ha sido una vieja técnica en la industria: reducir el peso o la calidad del pan. Históricamente, los procesos de inflación que terminaban con fuertes subidas del precio del pan utilizaban un recurso que es la denominada 'shrinkflation': mantener el precio de la barra de pan, pero quitarle masa. "Por ejemplo, vender una unidad de pan pero en vez de 250 gramos que fueran 230 o 200, con una fisonomía aparentemente parecida", explica Santacruz.

Algunos, como Villata, creen que la opción de reducir la calidad del pan no es buena idea. "Los panaderos que quieran hacer las cosas bien no tienen más opción que subir el precio del pan", insiste. "Bajar la calidad es un parche a corto plazo y los clientes no quieren pan malo". "Se vive una situación un tanto extraña en el mundo del pan. Si bien la subida de precios crea un clima de cierto enfado, en los últimos dos años ha aumentado el número de panaderías. Eso hace que sea un sector en auge".

También se están dando otras técnicas para tratar de despistar al consumidor: congelar el precio de la barra de pan y subir el de otros productos. Los supermercados franceses de Leclerc, por ejemplo, congelaron el precio de la baguette de 250 gramos cuatro meses a 29 céntimos. Pero es una falsa muestra de seguridad porque lo que congelan por un lado lo suben por otro.

¿Más inflación?

"La escalada de costes externos —el origen del brote de inflación— irá amainando a medida que avanza el año", afirma Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, quien cree que los cuellos de botella se irán relajando en los próximos meses a la par que se reducirá la presión del lado de los costes de energía. "Sin embargo, van apareciendo efectos de segunda ronda en los precios internos: las empresas empiezan a trasladar la espiral de costes en sus tarifas de venta. En suma, la inflación debería reducirse, pero la media anual podría situarse por encima del 3% para el conjunto del 2022. La clave acerca de una mayor persistencia de la inflación, más allá del presente ejercicio, están en el comportamiento de los salarios (ese sería en efecto de tercera ronda, tras los precios internos)".

Foto: La dependienta de una pastelería-panadería muestra las galletas con mascarilla. (EFE)

Por su parte, Santacruz también prefiere mostrarse cauto a la hora de realizar previsiones sobre la inflación en 2022, donde el impacto podría seguir trasladándose a los precios finales. "Aquí es donde se genera el principal problema, porque aunque los costes puedan seguir subiendo aunque de forma más moderada o incluso se paralice, las expectativas que tenemos de subidas de precios (tanto los empresarios como los consumidores) van a sobre reaccionar al alza, con lo cual nosotros mismos creamos la 'bola de nieve'".

Al fin y al cabo, la inflación es un proceso "profundamente asimétrico" ya que tiene más impacto cuanto más cerca estás del dinero que se mueve. "En esta ocasión, la inflación proviene en su mayor parte de las materias primas, con lo cual productos como el pan son los que más cerca están del origen y, por tanto, un porcentaje importante de la sociedad que consume fundamentalmente bienes de primera necesidad (sobre todo las familias de renta baja) van a ser los que más van a sufrir". Para Torres, hay que mantener la inflación en el entorno del 2-3%. "Algunos precios, como los alimentos, tienen una repercusión más directa que otros en términos de percepción social. Pero el nivel general de inflación es lo más importante: algunos estudios muestran que los consumidores no están muy atentos a los precios cuando la inflación se sitúa en cotas bajas, en el entorno del 2-3%; la cosa cambia por encima de esos niveles".

Varios clientes fueron la semana pasada a hacer la compra al supermercado BM de la calle Melilla en Madrid y se encontraron con una mala noticia: la barra de pan que vendía esta tienda en Arganzuela había pasado de 40 a 70 céntimos. Una situación parecida a la que vivió un hombre hace unos días cuando se dio cuenta de que Bimbo había subido sus precios. "Les escribo desde Madrid", les dijo en Twitter el pasado dos de enero. "Solía comprar un paquete de pan de molde, cuyo precio era 1€. Hoy su precio es 1,25€, un 25% de una sola vez. Sé que la inflación está subiendo en España en el 6%, pero esto es un abuso".

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