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La leche se calienta: cada vez quedan menos ganaderos, ahora la industria pelea por sus vacas
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El precio de pago en origen está disparado

La leche se calienta: cada vez quedan menos ganaderos, ahora la industria pelea por sus vacas

La guerra de Ucrania fue la puntilla para muchas pequeñas explotaciones de vacuno dedicado a la leche. Pero los que resistieron han dado la vuelta a la sartén gracias a la falta de oferta y la ley de la cadena alimentaria

Foto: Explotación ganadera en Huesca. (EFE/Toni Galán)
Explotación ganadera en Huesca. (EFE/Toni Galán)

Jesús Méndez es asturiano y tiene una pequeña explotación de vacas lecheras en el Occidente del principado. Menos de 100 animales en régimen ecológico tras dejar de lado el modelo tradicional. Su caso ya es algo particular, porque habiendo heredado el negocio de su familia, evitó echar el cierre y apostó por una reconversión. Una decisión rara en un sector, el lechero, en el que cada vez quedan menos productores, arrastrados por la poca rentabilidad. Pero algo ha cambiado en los últimos meses que puede ayudar a dar la vuelta a esta tendencia. Su leche, y la de muchas otras granjas españolas y europeas, ha pasado de venderse a precio de coste a vivir una escalada de precios que ya rompe récords históricos.

"Muchos tuvieron que cerrar a principios de año porque los costes se multiplicaban y no salía rentable. La gente a la que le quedaba poco antes de retirarse y que no tenía relevo generacional, que es un mal que llega a todo el sector, aceleró el final", comenta Méndez. "Pero sí es verdad que en los últimos tiempos hemos visto que algo ha cambiado. De repente parece que la industria se ha acordado de que estábamos aquí", añade. Este asturiano vive en primera persona la montaña rusa de un sector que ha pasado en pocos meses de sacrificar a sus vacas para vender la carne a que ahora la industria se pelee por cada res que queda.

Foto: Vacas pastando en Galicia.

España vive un terremoto en su sector lácteo y solo hace falta mirar los últimos datos publicados por el propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para comprobarlo. Tras varios años de gran producción lechera, este 2022 todas las cifras han saltado por los aires. Desde marzo, la producción ha caído en picado y en el último mes registrado, octubre, la diferencia con el mismo periodo de 2021 es de un 4% menos. Lo curioso es que mientras el número de litros entregados por los ganaderos no para de caer, su precio se ha disparado. De un año para otro, el precio pagado por litro en origen prácticamente se ha duplicado, rondando los 60 céntimos (siendo aún más alta esa cifra en el caso de las ganaderías ecológicas).

El sector de la leche es ahora mismo un gran ejemplo para ver los efectos de la crisis de la guerra de Ucrania en el sector primario. Su impacto lo ha trastocado todo. A principios de año, explican ganaderos como Méndez, muchas explotaciones se vieron obligadas a cerrar (hay un 7% menos de explotaciones que en 2021) y matar a sus reses ante la dificultad de poder pagar las materias primas necesarias para mantener al ganado. Pero los que han aguantado, según comentan fuentes internas de la industria, se están beneficiando de una subida de precios que hace que cobren incluso más que los productores de otros gigantes europeos como Francia. De ahí, aseguran, que empiece a crecer la importación género desde el país vecino. Con una entrega cada vez más baja y concentrada, y un mercado ávido de materia prima, están quedando a la vista las grandes debilidades del sistema.

Como explican estas mismas fuentes del sector, la falta de materia prima en nuestro país no es nueva. España es deficitaria en leche desde la entrada en la Unión Europea y la llegada de las polémicas cuotas de producción. Hasta la abolición de este sistema, en 2016, el país fue perdiendo pequeñas explotaciones que o cerraron o se fueron concentrando en la búsqueda de mayor competitividad y mejoras técnicas. El fin de esas cuotas provocó un crecimiento en las cifras, pero situaciones como la actual muestran que algo no funciona. "Es verdad que ahora están pagando más, pero los costes siguen siendo muy altos y se necesita de grandes inversiones para poder mantener una explotación de este tipo. A este paso solo va a quedar hueco para grandes inversores y se va a concentrar aún más el mercado", añade Méndez.

Pelea por las vacas

El punto de las inversiones, cuentan fuentes conocedoras de este mercado, es algo clave. La profesionalización y tecnificación hacen que la leche sea más cara de producir que, por ejemplo, el ganado de carne. Esto ha hecho que muchas pequeñas explotaciones, de pocas cabezas de ganado, las típicas en el noroeste peninsular, hayan ido desapareciendo poco a poco. Se ha fomentado la profesionalización, pero también ha llevado a la concentración. "Que España pierda ganaderos es lo habitual desde hace décadas. El problema es que te puedes pasar de rosca y que esté subiendo el precio de esta forma puede ser un síntoma de que has apretado demasiado", comenta una de estas fuentes.

placeholder Explotación láctea de Villacorona en la localidad de Sangrañén, en Huesca. (EFE)
Explotación láctea de Villacorona en la localidad de Sangrañén, en Huesca. (EFE)

La reconversión de este sector desde la entrada en la Unión Europea se coloca como un ejemplo de éxito, pero hay muchas voces como la de Méndez que avisan sobre ello. "Se ha ido profesionalizando el sector, pero claro, si solo dependes de unos pocos es un gran peligro también para ti como industria. Porque dependes de lo que te quiera vender ese fabricante. Antes es verdad que había mucha pequeña explotación que era casi de subsistencia y había menos controles. Pero es que ya también se está acabando con los pequeños profesionales", añade el ganadero.

Algunos de los expertos consultados hablan incluso de que se ha dado la vuelta a la tortilla. Antes la industria elegía con qué ganaderos trabajar, ahora se pelean por ellos. A la concentración hay que sumar los problemas de los distribuidores para poder adquirir este producto fuera de nuestras fronteras. Aunque se hace, debido a las características del producto y los controles sanitarios, no te puedes ir muy lejos. De ahí que las grandes compañías se abran a negociar precios más altos.

Un ejemplo es lo ocurrido con Quesos Entrepinares, fabricante de quesos de Mercadona, entre otros. Este subió el precio que pagaría a los ganaderos por su leche en octubre, llegando por primera vez a rondar los 60 céntimos. Tras ellos ya son otras muchas marcas las que se han sumado a la tendencia. Y varios productores avisan de que la cifra seguirá aumentando ante la falta de leche.

Desde la parte industrial se defienden asegurando que a ellos tampoco les interesa que cierren más fabricantes y por eso han decidido subir precios. Además, hablan de la nueva ley de la cadena alimentaria, que prohíbe comprar a perdidas al productor. "Obviamente, los ganaderos han sido víctimas de un problema de mercado y estrategia de ventas desde hace años. La leche siempre se ha usado como elemento base para saber si un súper había subido precios, aunque solo fuese en la mente del consumidor, por eso ajustaban tanto. Pero eso ya está cambiando, toda la industria se está moviendo", añaden.

Tanto está virando el foco que el siguiente eslabón de la cadena empieza a avisar de su mala situación. Según el último comunicado de la propia patronal de la industria láctea, Fenil (Federación Nacional de Industrias Lácteas), el alza del coste de las materias primas para los ganaderos se está trasladando al precio de la leche en origen. Este ha aumentado ya un 45% en lo que va de año, y se espera que acabe el año en un valor significativamente superior. Sin embargo, el precio de venta al público de la leche líquida ha registrado un incremento de tan solo un 25%. Luis Calabozo, director general de Fenil, ahondaba en ese mal uso de la leche como atractivo de bajo precio, pidiendo que se proteja a la industria transformadora. "Para ello, es necesario que la leche deje de usarse como producto de atracción de consumidores por parte de ciertas cadenas de distribución".

Del brick al queso

Para explicar ese cambio sectorial, desde la industria, miran a los quesos. Según explican, los productos más elaborados cada vez tienen más peso en las ventas. Eso supone un giro estratégico en un sector tradicionalmente centrado en la leche líquida, algo que estas fuentes denominan como "el dominio del brick". Esa podría ser una de las razones por las que algunas compañías estarían buscando proveedores fuera de nuestras fronteras, ya que en lugares como Francia hay más fabricantes centrados en sólidos, alejados de la leche tradicional. "Si un productor me ofrece más porcentaje de sólido, que es lo que yo necesito, en comparación con otro, me da un poco igual tener que pagar algo más porque le sacaré más rentabilidad", añaden.

placeholder Los derivados lácteos cada vez ganan más peso en la cesta de la compra. (EFE)
Los derivados lácteos cada vez ganan más peso en la cesta de la compra. (EFE)

Aunque la leche sigue siendo el principal producto de esta industria, cada vez el sector del queso o del yogur es más importante en nuestro país. "Antes en el lineal veías 5 o 6 quesos a lo sumo, ahora ves muchísimos más. Es un cambio muy relevante, pero hay que ver cómo afronta esta crisis esa parte del sector. Al final, el fabricante de queso que veía cómo crecía sus ventas se tiene que enfrentar a una situación en la que seguramente suban el precio de su alimento y es muy probable que el consumidor reduzca su compra. Con la leche eso no va a pasar", detallan fuentes conocedoras del mercado.

Es algo de lo que avisa Fenil en uno de sus últimos comunicados. Cuando habla de proteger a la industria transformadora, asegura que más del 99% de la industria láctea nacional está compuesta por pequeñas y medianas empresas, que ahora ven amenazada su supervivencia. Por su parte, Méndez cree que la situación entre los ganaderos seguirá como hasta ahora, aunque el precio en origen crezca. "Ahora mismo o heredas una explotación o es casi imposible que decidas montar una. Es un trabajo sacrificado y que necesita de mucha inversión con un retorno bajo. Quedaremos los que queramos heredar, que somos pocos, y quizá los fondos de inversión, que esos puede que sepan como rentabilizar esto, aunque acabes con todo lo bueno del ganado tradicional", termina.

Jesús Méndez es asturiano y tiene una pequeña explotación de vacas lecheras en el Occidente del principado. Menos de 100 animales en régimen ecológico tras dejar de lado el modelo tradicional. Su caso ya es algo particular, porque habiendo heredado el negocio de su familia, evitó echar el cierre y apostó por una reconversión. Una decisión rara en un sector, el lechero, en el que cada vez quedan menos productores, arrastrados por la poca rentabilidad. Pero algo ha cambiado en los últimos meses que puede ayudar a dar la vuelta a esta tendencia. Su leche, y la de muchas otras granjas españolas y europeas, ha pasado de venderse a precio de coste a vivir una escalada de precios que ya rompe récords históricos.

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