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Los ricos también lloran: por qué esta crisis les puede golpear más que las anteriores
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Si la economía entra en recesión en 2023

Los ricos también lloran: por qué esta crisis les puede golpear más que las anteriores

Los estadounidenses acaudalados podrían salir más perjudicados de lo habitual en la próxima recesión

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Las recesiones económicas suelen ser horribles para los pobres, malas para la clase media y un inconveniente para los ricos. Pero si la economía entra en recesión en 2023, o incluso si consigue evitarla por los pelos, los ricos podrían sufrir un golpe más duro de lo habitual.

Llamémoslo una recesión de los ricos.

Salvo a un pequeño número de ascetas, a nadie le gusta ser pobre. Vivir sin nada, con tan pocos ahorros que contratiempos como la enfermedad o la pérdida del empleo pueden ser debilitantes, es una fuente constante de estrés. Pero para muchos pobres, los años transcurridos desde que estalló la crisis del covid han sido un poco más fáciles económicamente que los anteriores. Varias rondas de ayudas públicas les ayudaron a capear las primeras fases de la pandemia, y ahora un mercado laboral tenso les está proporcionando ganancias salariales que están reduciendo los efectos de la inflación. Las cifras de la Reserva Federal muestran que el patrimonio neto de los hogares en el quintil inferior por ingresos fue un 42% más alto en el tercer trimestre que a finales de 2019, y un 17% más alto que a finales de 2021. Un rastreador de salarios desarrollado por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta muestra que el promedio móvil de 12 meses de crecimiento salarial mensual anualizado para los trabajadores en el cuartil inferior por ingresos fue del 7,4% en noviembre.

Foto: EC.

Con la importante salvedad de que partían de bases mucho más elevadas, las ganancias porcentuales de los ricos han sido más moderadas. El patrimonio neto de los hogares de la quinta parte más rica era un 22% más alto en el tercer trimestre que antes de la pandemia, y había bajado un 7,1% desde finales de 2021, como consecuencia de la caída del mercado bursátil. Las nóminas tampoco han subido tanto: según la Fed de Atlanta, el crecimiento salarial medio mensual anualizado de los trabajadores del cuartil superior fue del 4,8%.

Los despidos recientes también han afectado desmesuradamente a los trabajadores con mayores ingresos. Muchas de las empresas tecnológicas que han aparecido en los titulares con anuncios de despidos pagan muy bien. Los archivos de valores muestran que el trabajador medio de Meta Platforms, matriz de Facebook, ganó 295.785 dólares en 2021, por ejemplo, mientras que el trabajador medio de Twitter ganó 232.626 dólares. Y los despidos en aquellos lugares donde el trabajador típico está peor pagado, como Amazon.com, han afectado en gran medida a los trabajadores de cuello blanco.

Foto: Una terraza, en Pamplona. (EFE/Jesús Diges)

El consuelo para los trabajadores con mayores ingresos que son despedidos es que debería ser relativamente más fácil para ellos encontrar un nuevo trabajo que para las personas más pobres que pierden su empleo. Esto se debe a que las habilidades profesionales de los trabajadores más cualificados suelen ser más transferibles que las de otros trabajadores. Sin embargo, les espera un periodo de ajustes y es posible que en su nuevo empleo no cobren lo mismo que en el anterior.

Mientras tanto, aunque los despidos en las grandes empresas han sido noticia, hasta ahora no han hecho mella en las estadísticas generales de empleo. Esto se debe en parte a que los sectores que no están tan bien representados en la bolsa, y que suelen emplear a más trabajadores de rentas bajas y medias, siguen esforzándose por contratar trabajadores. En noviembre, el sector del ocio y la hostelería necesitaba cubrir 980.000 puestos de trabajo para alcanzar su nivel de empleo de febrero de 2020. El empleo en sanidad y asistencia social no recuperó sus niveles prepandémicos hasta septiembre. Se trata de una categoría laboral que, en parte debido a las necesidades de una población que envejece, creció incluso cuando el desempleo general en EEUU se disparó tras la crisis financiera de 2008. Para volver a su tendencia de crecimiento durante la década anterior a la pandemia, necesitaría añadir alrededor de 1,1 millones de puestos de trabajo.

Foto: Sede del Banco de España en Madrid. (iStock)

Esa necesidad de trabajadores -especialmente a medida que aumenta el gasto de los estadounidenses en servicios como comer fuera- es parte de la razón por la que, incluso entre los economistas que prevén una recesión para el año que viene, son pocos los que creen que el mercado laboral vaya a sufrir un duro golpe. Esto hace que los estadounidenses más pobres estén mejor posicionados de lo habitual para hacer frente a una economía débil, no solo porque sus finanzas están en relativamente buenas condiciones, sino también porque es menos probable que sufran graves pérdidas de empleo.

De cara al nuevo año, las empresas que atienden a los más adinerados podrían sufrir una decepción, mientras que las que favorecen a los más pobres podrían tener mejores resultados. Y si se produce una recesión, la economía podría encontrarse en una situación mucho más igualitaria de lo que suele ser habitual.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Las recesiones económicas suelen ser horribles para los pobres, malas para la clase media y un inconveniente para los ricos. Pero si la economía entra en recesión en 2023, o incluso si consigue evitarla por los pelos, los ricos podrían sufrir un golpe más duro de lo habitual.

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