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La recuperación económica ya ha llegado a EEUU... y no se parece en nada a las de antes
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no venimos de una recesión económica usual

La recuperación económica ya ha llegado a EEUU... y no se parece en nada a las de antes

Los hogares ahorraron y los bancos acumularon capital, pero están surgiendo déficits de suministro y algunas empresas no encuentran trabajadores

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La recuperación económica de EEUU no tiene precedentes en la historia reciente, impulsada por consumidores con billones en ahorros adicionales, negocios ansiosos por contratar y una amplia política de ayudas. Las empresas y trabajadores están listos para emerger de la crisis con un daño mucho menos permanente que en las últimas recesiones, sobre todo la crisis de 2007-2009.

Están apareciendo nuevas empresas a un ritmo jamás registrado. El índice de dimisión de los trabajadores —indicador de confianza en el mercado laboral— coincide con su máximo, que se remonta, al menos, hasta el 2000. Las cargas del servicio de la deuda de los hogares estadounidenses, como porcentaje de la renta después de impuestos, se sitúan cerca de sus niveles más bajos desde 1980, cuando se iniciaron los registros. El Dow Jones Industrial Average ha aumentado casi un 18% desde su pico prepandemia en febrero de 2020. Los precios de la vivienda han crecido cerca de un 14% desde entonces.

El ritmo de la recuperación también está provocando inestabilidad. Los déficits de productos, materias primas y mano de obra que suelen surgir hacia el final de una expansión están presentándose mucho antes. Muchos economistas, junto con la Reserva Federal, esperan que el salto de la inflación sea temporal, pero a otros les preocupa que pueda persistir una vez se haya completado la reapertura. "Nunca hemos tenido nada parecido —un colapso y luego un repunte como de auge—", declara Allen Sinai, economista y estratega jefe en Decision Economics. "Carece de parangón histórico".

Foto: El presidente electo de EEUU, Joe Biden. (Reuters)

Cuando las restricciones por la pandemia del covid-19 dejaron a la economía de EEUU en caída libre la primavera pasada, los economistas y legisladores se preocupaban porque los trabajadores y las empresas tardasen años en recuperarse. Ahora esperan que el tamaño de la economía supere los niveles prepandemia este trimestre. Los analistas prevén que a finales de año el producto interior bruto se situará en el camino que se esperaba que siguiera si la pandemia no hubiera existido, y después lo superará, al menos de forma temporal.

Las recuperaciones de las crisis de 1990/1991 y 2007/2009 fueron de 'desempleados': la débil demanda redujo la necesidad de mano de obra de los empleadores, manteniendo un desempleo obstinadamente alto durante años. Esta vez, sin embargo, el mercado laboral parece cada vez más ajustado. El índice de costes laborales aumentó en el primer trimestre un 0,9% desde el trimestre anterior, el aumento más pronunciado desde 2007. Y eso se produce incluso cuando la tasa de desempleo, al 6,1%, se mantiene mucho más elevada que antes de la pandemia.

No se garantiza una recuperación constante, tal y como sugiere la ralentización de la mejora de muchos indicadores en abril

El giro del destino ha sido vertiginoso par muchos negocios. En el restaurante 'de la granja a la mesa' de Atlanta Miller Union, el chef ejecutivo y copropietario, Steven Satterfield, no es capaz de contratar lo suficientemente rápido como para mantener la repentina sacudida del negocio tras meses de lucha debido a los confinamientos provocados por la pandemia. "Es un poco desconcertante porque simplemente aumentó muy repentinamente en las últimas semanas", afirma.

No se garantiza una recuperación constante, tal y como sugiere la ralentización de la mejora de muchos indicadores económicos en abril. Y un resurgimiento del covid-19 en EEUU podría desestabilizarla por completo. No obstante, los economistas señalan hacia cuatro formas clave en las que la recuperación actual difiere de sus predecesoras:

Catástrofe natural vs. financiera

Las recesiones pasadas normalmente resultaban de un aumento en los tipos de interés o una caída del valor de los activos que afectaba a la producción, a los ingresos y al empleo, a veces durante más de un año, según Gail Fosler, economista y presidente de The GailFosler Group. El golpe a la economía de los hogares y las instituciones financieras tras el desastre hipotecario de 2007 condujo a una pérdida de demanda que pesó sobre la economía durante años.

En cambio, la crisis del covid-19 no fue producto de factores financieros, sino de una perturbación similar a una catástrofe natural. "La pandemia generó un impacto que aplasta el propio concepto de ciclo económico", declara Fosler.

Los desastres naturales interrumpen temporalmente la actividad económica a la vez que dejan intacta la demanda subyacente y la oferta de bienes y servicios. Cuando termina la catástrofe, la economía se recupera más rápido que con una crisis corriente. Un estudio de 2018 sobre la declaración fiscal individual de los residentes de Nueva Orleans descubrió que, tras un gran golpe inicial del huracán Katrina, los ingresos de las víctimas se recuperaron en unos años e incluso superaron a los de los asalariados no afectados.

Foto: (Reuters)

En las recesiones, los consumidores que temen perder su trabajo o ingreso a menudo reducen el gasto, aumentando la caída. Esta vez, el gasto del consumidor en sectores no afectados por los confinamientos como los automóviles apenas disminuyó, y en la medida en que algunos consumidores se reprimieron, fue más por el miedo al virus que por miedo a perder sus trabajos, según indica una encuesta del Censo de EEUU realizada durante la pandemia.

La vacunación generalizada está conteniendo la catástrofe natural permitiendo que los consumidores gasten más y que los negocios reabran. En los últimos meses, el gasto en restauración de personas vacunadas ha aumentado más rápidamente que el de los no vacunados, según la firma de análisis de mercado Cardify.ai. A medida que más gente se vacuna, la contratación está recuperándose. Un análisis de datos censales de Aaron Sojourner, economista laboral en la Carlson School of Management de la Universidad de Minnesota, descubrió que, de cada 100 personas vacunadas en edad de trabajar, 12 están siendo contratadas de media. Sojourner declara que las tasas de empleo estaban creciendo más rápidamente en los grupos de población con un mayor crecimiento en la tasa de vacunación.

En Miller Union, el restaurante de Atlanta, las ventas cayeron un 90% la primavera pasada respecto a los niveles prepandemia, declara Satterfield. "Hubo muchas veces en las que pensamos… 'Tal vez ya está, tal vez simplemente tenemos que darlo por terminado'", dice. El restaurante recibió un crédito federal del Programa de Protección de Cheques de Pago el verano pasado que lo mantuvo a flote. Pero no fue hasta esta primavera cuando cambió la marea, a medida que un tiempo más cálido y una mayor tasa de vacunación impulsaron más actividad. Algunos clientes han llegado luciendo su justificante de vacunación y diciendo que su visita a Miller Union es su primera salida en más de un año. "Ahora hay una confianza y valentía, posvacunación, que no existía antes, desde luego", declara Satterfield. Las ventas ya se sitúan en niveles prepandemia.

Foto: Foto: Reuters.

Normalmente en los meses o años posteriores a una recesión, el mercado laboral se mantiene flojo a medida que los demandantes de empleo superan considerablemente a los puestos de trabajo. Un elevado desempleo y un crecimiento salarial débil impiden el gasto del consumidor e impiden que los negocios se expandan. Cuanto más tarde en recuperarse el gasto, mayor es el riesgo de que los negocios echen el cierre y los trabajadores salgan de la fuerza laboral, llevándose con ellos el capital humano y organizativo necesario para restablecer el crecimiento.

Parece que la economía está evitando ese círculo vicioso. "El hecho de que se haya recuperado tan rápido ha limitado el alcance de muchas cicatrices en relación con, digamos, la Gran Recesión", declara Stephanie Aaronson, economista en la Institución Brookings.

Política fiscal y monetaria

El coronavirus provocó una respuesta monetaria y fiscal más rápida y amplia que en cualquier otra crisis, limitando las consecuencias para el sistema económico y creando las condiciones para una recuperación más rápida.

La Reserva Federal redujo los tipos, emprendió compras de bonos a gran escala y esbozó un nuevo compromiso para mantener los tipos de interés cerca de cero hasta que volviera el pleno empleo y la inflación se situara por encima de su objetivo del 2%. Las autoridades dicen que puede que los tipos no aumenten hasta 2024. El balance de la Fed aumentó de 4,2 billones de dólares a principios de marzo de 2020 a casi 7,1 billones de dólares a finales de mayo; el aumento fue menor a 1,3 billones de dólares durante la crisis anterior.

Foto: Joe Biden. (Reuters)

El Congreso actuó más rápido que en recesiones anteriores. Sostuvo los balances de empresas y hogares a través de múltiples rondas de pagos de estímulos, amplió los beneficios por desempleo y el Programa de Protección de Cheques de Pago. La respuesta fiscal del Congreso a la pandemia del covid-19 ascenderá a 5,1 billones de dólares, o el 4,4% del producto interior bruto, en 2024, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable. En cambio, la legislación de estímulo aprobada tras la crisis de 2007-2009 supuso 1,8 billones de dólares, o el 2,4% del PIB, entre 2008 y 2012.

El resultado es que los ingresos de los hogares han crecido notablemente desde los niveles prepandemia, sobre todo para las familias con rentas más bajas, según James Knightley, jefe economista internacional en ING. Los beneficiarios del subsidio por desempleo ahora reciben 300 dólares más que las prestaciones habituales, en comparación con lo recibido en la crisis de 2007-2009. Un estudio de la Universidad de Chicago descubrió que el 42% de los beneficiarios han recibido más ingresos que en sus trabajos previos. "Esto es muy diferente a cualquier recesión anterior", afirma Knightley. "Por consiguiente, tenemos un contexto en el que los balances de los hogares son muy sólidos y esto puede alimentar la confianza y el gasto durante algún tiempo".

Muchos legisladores se opusieron al paquete de estímulos de 1,9 billones de dólares de Biden en marzo por el déficit

La magnitud de los programas de ayudas tiene sus críticos. Muchos legisladores republicanos se opusieron al paquete de estímulos de 1,9 billones de dólares de Biden en marzo, argumentando que ampliaba el déficit innecesariamente, dada la solidez de la recuperación y la escala del anterior paquete de rescate. El Gobierno de EEUU registró un déficit de 1,9 billones de dólares entre octubre y abril, un récord en el periodo de siete meses, según el Departamento del Tesoro.

Los republicanos y algunos economistas también alegan que el remate del desempleo de 300 dólares está disuadiendo a los trabajadores de que busquen nuevos trabajos. Un número creciente de Estados republicanos planean reducir las prestaciones adicionales antes de que terminen en septiembre. La Administración Biden ha defendido las prestaciones de desempleo ampliadas, alegando que otros factores están desalentando la búsqueda de empleo, como la falta de cuidado infantil a tiempo completo y el miedo a la pandemia. Las medidas fiscales han roto el vínculo habitual entre empleo por un lado e ingresos y gasto por el otro.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (EFE)

Cuando Lauree Sheppard, mujer de 44 años de Charlotte, Carolina del Norte, fue despedida como asistente dental a finales de 2019, empezó a buscar una nueva profesión. Terminó las clases para conducir camiones en enero de 2020 y empezó a enviar su currículum a posibles empleadores. Pero ninguno estaba contratando. Recibió un seguro de paro ampliado, cupones para alimentos y las tres rondas de cheques de estímulo. La ayuda ayudó a llevar comida a la mesa mientras su marido —que también perdió su trabajo— cogía trabajos de repartidor de comida. "Si no hubiera tenido la ayuda de los cupones de alimentos o las prestaciones por desempleo, habríamos terminado viviendo en la calle", añade.

En cambio, pudo hacer un curso de certificación de seguridad en la construcción por las tardes y siguió buscando trabajo hasta que aceptó un puesto de transportista en el Aeropuerto Internacional de Charlotte-Douglas en septiembre. Desde entonces, ha cambiado de trabajo y ahora tiene suficiente dinero para pagar la deuda de su tarjeta de crédito. "Por fin estoy libre de deudas", dice. "Me he quitado un peso de encima".

Hogares y negocios más sanos

"A menudo las crisis se producen por algún tipo de desequilibrio —tenemos demasiada vivienda o demasiada deuda o demasiada inflación—”, declara Karen Dynan, profesora de Economía en la Universidad de Harvard. Cuando esos desequilibrios empiezan a revertirse, el impacto sobre la economía puede construirse sobre sí mismo, explica. Los hogares y empresas controlan el gasto, que a su vez debilita otros ingresos y conduce a mayores recortes.

Pero había pocos desequilibrios similares cuando golpeó la pandemia, y el apoyo fiscal y monetario evitó un mayor impacto. Los hogares, bancos y negocios están saliendo en mucha mejor forma que tras recesiones anteriores, según Dynan.

El ahorro a menudo aumenta cuando las crisis golpean, ya que los hogares temerosos renuncian a compras y se aferran al efectivo, pero nunca tanto como ahora. Los estadounidenses estaban ahorrando a una tasa anualizada de 2,8 billones de dólares en abril —hasta el doble que antes de la crisis— lo que les permitiría gastar generosamente cuando la economía reabriera. Eso contrasta con una tasa de 734.000 millones de dólares en junio de 2009, o cerca de 909.000 millones de dólares en el dólar de 2021.

Foto: (EC)

Si bien la ayuda federal contribuyó a parte del auge, también lo hicieron las restricciones en negocios que impidieron el gasto en muchos servicios. Los estadounidenses con salarios más elevados, que estuvieron protegidos del golpe de la pandemia al mercado laboral porque son más propensos a teletrabajar, fueron capaces de acumular ahorros.

El porcentaje moroso de la deuda pendiente cayó al 3,1% en el primer trimestre de 2021, el nivel más bajo desde que empezaron los registros en 1999, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York y Equifax. Ese porcentaje contrasta con el 5% a finales de la crisis de 2001 y el 11,1% en 2009. Esto se debe en parte a la indulgencia ofrecida a través de las ayudas federales del coronavirus y algunos bancos que protegen los historiales de crédito de los prestatarios de pagos atrasados o aplazados.

Un auge de 'startups' indica una creciente confianza entre las empresas, incluso en medio de una ola de cierres de pequeñas empresas

Un auge de 'startups' indica una creciente confianza entre las empresas —incluso en medio de una ola de cierres de pequeñas empresas—. Las solicitudes para empezar una nueva firma entre un subgrupo de propietarios que suelen emplear a otros trabajadores superaron las 830.000 hasta principios de mayo, un aumento del 21% respecto al mismo periodo en 2006, el siguiente año con un número más elevado.

El sector financiero también goza de buena salud. Los bancos y otros prestatarios se sobrecargaron con préstamos dudosos durante años tras la crisis de 2007-2009. Ahora, las instituciones financieras cuentan con un capital con capacidad para absorber pérdidas equivalente al 16,5% de los activos ponderados en función del riesgo, el mayor porcentaje desde que empezaron los registros en 1996, y muy superior al 12,3% en 2006, el año antes de que empezara la crisis financiera, según la Reserva Federal de Nueva York. Por tanto, están preparados para prestar.

Foto: Joe Biden, presidente de EEUU (Reuters)

Escasez, obstáculos, riesgo inflacionista

Un inconveniente de la rápida recuperación es que la demanda se está recuperando más rápido que lo que la oferta puede soportar, provocando atascos y presiones de salarios y precios que normalmente aparecen años después de la recuperación. "El poder de esta recuperación primaveral, como la denomino, ha pillado a la mayoría de empresas por sorpresa", declara Carl Tannenbaum, director Económico en Northern Trust.

La inflación suele caer en las crisis y al principio de las recuperaciones, luego se recupera lentamente a medida que avanza la expansión. Esta vez, está repuntando a medida que la economía reabre. Los precios al consumo, excluyendo los alimentos y la energía, repuntaron un 0,9% de marzo a abril, el aumento mensual más pronunciado desde 1982.

La inflación está apareciendo antes que en ciclos anteriores y un crecimiento salarial más sólido podría llevar a que se mantuviera elevada, provocando que la Reserva Federal aumentase los tipos de interés antes de lo que los mercados esperan, según Knightley. Eso podría provocar una liquidación de activos, dado que las vertiginosas valoraciones actuales se basan en parte en tipos a largo plazo extremadamente bajos. También podría ralentizar el crecimiento arrastrando a sectores sensibles a los tipos de interés como el inmobiliario. La Fed también vigilará de cerca el crecimiento del empleo, que fue mucho más lento de lo esperado en abril. Los economistas dicen que la falta de atención infantil, el miedo al virus y una prestación por desempleo adicional están manteniendo a muchos trabajadores fuera del mercado.

Foto: EC
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The Wall Street Journal Sebastián Herrera Heather Haddon

Las empresas que quieren contratar se enfrentan a una reserva relativamente pequeña de trabajadores disponibles. Entre abril del año pasado y marzo de este año, el número de demandantes de empleo por oferta de trabajo se ha desplomado desde 5 hasta 1,2, mucho más rápido que tras las dos crisis anteriores. El número de empleados del Miller Union en Atlanta ha caído hasta 30 desde 46 antes de la pandemia. Satterfield, copropietario, está buscando contratar en puestos como camarero, lavaplatos, ayudante de cocina y cocinero general. Parece que los candidatos se están yendo a otras partes, con muchos otros negocios abriendo al mismo tiempo, declara. Para atraer a trabajadores, Miller Union está ofreciendo bonificaciones al personal de cocina nuevo que se queda 90 días.

La compañía ya no anuncia menús familiares para llevar —que necesitan trabajadores para empaquetar y etiquetar paquetes de verduras, pollo asado y postre— porque necesita centrarse en los clientes que van al restaurante, dice Satterfield. Hace poco decidió cerrar los domingos porque no había personal suficiente para gestionar la demanda. El restaurante a veces pide a los clientes que sean pacientes porque el servicio de comidas es más lento. "Es como si fuéramos una máquina que todavía no está bien engrasada", dice. "Necesita mucho aceite en algunos sitios porque hemos perdido práctica".

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

La recuperación económica de EEUU no tiene precedentes en la historia reciente, impulsada por consumidores con billones en ahorros adicionales, negocios ansiosos por contratar y una amplia política de ayudas. Las empresas y trabajadores están listos para emerger de la crisis con un daño mucho menos permanente que en las últimas recesiones, sobre todo la crisis de 2007-2009.

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