Madrid tantea el gran negocio cofrade: su Semana Santa ahora tendrá Carrera Oficial

Durante la Semana Santa de 2024 la Puerta del Sol de Madrid volverá a estar congestionada por el tráfico. No será en este caso por la llegada de vehículos rodados, prohibidos desde hace años en la plaza capitalina, sino por pasos procesionales y todos los cofrades que acudan con ellos. Uno detrás de otro. En una apuesta inédita, trece hermandades del centro de la ciudad tendrán que ajustar su recorrido para pasar al menos una vez por el kilómetro cero. Un experimento sin pretensiones, o eso aseguran, pero que abre la puerta, y muestra el tirón, del gran negocio de estos días en muchas ciudades del sur de España: la carrera oficial.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, anunciaba esta apuesta el pasado 1 de marzo. En la presentación de la Semana Santa madrileña, explicó que este 2024 la ciudad contaría con una "suerte de carrera oficial" que permitirá ver todas procesiones que pasan por el centro solo con apostarse en la Puerta del Sol, y esperar. La idea, aseguraba Almeida, es un experimento, que busca "realzar el valor" de las procesiones en la ciudad de Madrid. Pero su coincidencia con el boom de las carreras oficiales en muchas de las ciudades del sur del país hace difícil que solo se vea como un pequeño gesto. En Sevilla, la ciudad con la carrera oficial más conocida, este espacio generó en 2023, y de forma directa, 3,7 millones de euros a repartir entre las hermandades.

"Es una apuesta que se ha acordado entre todas las partes, Ayuntamiento, Archidiócesis y hermandades. Obviamente, es el primer año, ha sido todo muy apresurado y por ello hay que esperar a ver qué pasa, pero obviamente, de asentarse, hay muchos puntos a tratar aquí", explica Mariano Rivera Vázquez, rector de la Academia para la investigación de la Semana Santa de Madrid y miembro activo en la Semana Santa madrileña. "De demostrarse, como no tengo duda que va a pasar, que esto atrae a muchos locales, turistas y genera actividad a la zona, creo que sería más que lógico revisar la relación del Ayuntamiento con las hermandades. Estas subsisten con lo justo, sin apoyo del consistorio, y mantienen las tallas. Así que, entiendo, si con su actividad se promueve el turismo, deberán beneficiarse también de ello", señala Rivera.

En ciudades como la capital hispalense, Córdoba o Málaga, se denomina como carrera oficial a una serie de calles acotadas por las que durante la Semana Santa se mueven todos los pasos y que suele acabar en la iglesia mayor de la población a la cual acuden las hermandades como parte de su estación de penitencia. Esta zona se cierra y se llena de sillas y palcos que cada uno puede adquirir para ver las procesiones. Todo esto lo suelen organizar los consejos o asociaciones de hermandades a los que se les cede el lugar y la explotación a cambio de que el dinero generado suponga una vía de financiación para las agrupaciones. Y es, a día de hoy, una de las vías principales de financiación de estos grupos.

Su explotación puede dejar desde los tres millones de Sevilla, donde la fiebre por conseguir un hueco llega a multiplicar los precios, generar reventas y hasta choques con turoperadores, a los cientos de miles de euros que se declaran en las otras capitales. Tan popular se ha vuelto esta opción que en los últimos años se han cambiado recorridos, como en Almería o Córdoba, se han ampliado las carreras e incluso, como en el caso de Málaga, se han generado polémicas por la ocupación exagerada del espacio público.

Expertos como Rivera ven en esa tendencia en el sur (la carrera oficial no existe de esta manera en otras zonas del país con arraigo de Semana Santa) la explicación para la apuesta en Madrid. La Semana Santa de la capital, que siempre ha tenido una mezcla de estilos, lleva años sosteniéndose en una tendencia cada vez más de corte andaluz, con tallas y hermandades que se apoyan directamente en otras con los mismos nombres, o parecidos, con sede en el sur. Además, la corriente capillita vive en los últimos años un impulso muy importante en todo el país, con un sentimiento cofrade en auge que también se nota en la capital. Por eso, en la ciudad esperan que estas apuestas sean un acicate para las hermandades, pero ven con recelo lo que se ha organizado por ahora.

De momento, el consistorio madrileño asegura que no se ha planteado nada de lo que se suele ver en el sur para este año. La carrera oficial no llevará a la catedral, ni habrá sillas, ni se cobrará por el espacio. Simplemente, se ha llegado a un acuerdo sencillo. Pero para ello ya se han tenido que adaptar multitud de recorridos, horarios y contratos, de ahí que las hermandades expongan sus dudas sobre el futuro y se planteen exigir más.

"Al final es un coste extra para la mayoría. Cambio de recorrido, seguramente más tiempo en la calle y ajustes en los horarios. Eso conduce a más gastos en unas arcas que ya de por sí están bastante vacías", comenta Rivera. "Las hermandades en Madrid no gozan del músculo financiero que se tiene en otras ciudades y eso hay que valorarlo. Yo conozco hermandades que incluso tienen que guardar sus pasos en garajes de un año para otro".

Turismo de eventos

La mayoría del mundo cofrade madrileño muestra un sentimiento similar al de Rivera. Ven aquí una oportunidad, pero son escépticas. La región se encuentra inmersa en una estrategia por ensalzar su sentimiento religioso y aprovechar esa baza turística, por lo que ahí encaja este nuevo giro, como también lo es la apuesta por la retransmisión por televisión o el mayor protagonismo de la Semana Santa entre los eventos que se promocionan. Incluso se han iniciado los trámites para declarar la Semana Santa de la ciudad como 'Fiesta de Interés Turístico Regional'. Pero no ven que eso se transforme, por ahora, en beneficios directos para las cofradías.

"Yo entiendo el objetivo turístico y de intentar dar importancia a las procesiones, pero hay que poner todo en su contexto. En Madrid, con procesiones pequeñas, se valora mucho la calle estrecha, llena de gente, el rincón donde ver de cerca el paso contonearse y cruzar. En avenidas o espacios muy grandes eso se pierde y la gente no lo valora tanto. Si quieres arraigo tienes que intentar respetar los espacios y los puntos mágicos, que el que acude los haga suyos", añade el experto. "Además, queda la duda de qué pasará con las hermandades de los barrios o qué pasa con los gastos extra que suponga pasar por Sol y estar más tiempo en la calle. No somos hermandades a las que les sobre el dinero, ni mucho menos", añade.

De momento, Madrid acogerá este experimento en los próximos días y valorará su tirón. Un nuevo ejemplo de la apuesta de la capital por los eventos y la pelea que hay entre ciudades a nivel global por aglutinar más y más de estos momentos. En la turistificación de las localidades, la capacidad de poder generar momentos únicos o llamativos que atraigan a los consumidores gana cada vez más peso.

Solo en la capital española, en los últimos tiempos se ha cerrado la llegada de la Fórmula 1, se ha probado la llegada de las Fallas, se ha aumentado la apuesta por el Año Nuevo chino e incluso se ha llenado la Gran Vía para celebrar San Patricio. "Yo con lo de San Patricio aluciné, había cientos de gaiteros por toda la Gran Vía cortada con un despliegue y una inversión brutal. Estoy seguro de que en Semana Santa atraeremos a más gente, así que a ver qué pasa cuando eso suceda", cierra Rivera.