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Guía secreta para novatos en la Semana Santa de Málaga
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Guía secreta para novatos en la Semana Santa de Málaga

Ruta con 'Paquito' Jiménez Valverde, el pregonero de este año, por sus rincones favoritos de la ciudad cofrade

Foto: Francisco Jiménez Valverde, más conocido como Paquito Jiménez Valverde. (Toñi Guerrero)
Francisco Jiménez Valverde, más conocido como Paquito Jiménez Valverde. (Toñi Guerrero)

Son las 12:04 y Francisco Jiménez Valverde, más conocido como Paquito Jiménez Valverde (malagueño de 1973), llega algo apresurado, con sus gafas de vista, cabeza afeitada y risa particular y expresiva, por el pequeño retraso. Estamos en la puerta del Teatro Cervantes, donde hace menos de 48 horas salió a hombros al grito de “¡torero, torero!”.

La Málaga cofrade, que abarrotó el Cervantes, que se queda pequeño para actos así, sentenció: fue uno los mejores pregones de la historia de la Semana Santa. Un despliegue colosal de metáforas, de repeticiones y una oratoria veloz, bien dicha y emocionante para los que viven las cofradías cada día del año.

Foto: Inmaculada, Adela, Adeli y Sole, en el salón de tronos de la Congregación de Mena de Málaga.

Es tremendo, tremendo, tremendo. He tardado unos minutos más porque me han parado un par de veces por el camino. Ayer no podía andar en los traslados. Estoy desbordado de tanto cariño de la gente, de la ilusión y de lo que yo pretendía conseguir: crear esa chispa que entusiasme. La gente está con unas ganas tremendas de Semana Santa y de compartir y de salir a la calle. El pregón ha creado un granito de arena para ese empuje”.

El alcalde Francisco de la Torre se tuvo que ir del teatro antes de que acabara el pregón porque tenía otro compromiso y dijo a alguien que tenía cerca, quizá a su mujer, Rosa Francia: “La está liando, la está liando. Merece la pena que le saquen a hombros”. De la Torre se fue a otro acto y volvió para la cena, que se celebró en los salones del Seminario Diocesano. “Ya lo dije que te merecías salir a hombros”.

Jiménez Valverde estudió en el histórico Instituto Gaona, el primero que hubo en la ciudad, donde estudiaron Picasso, Ortega y Gasset o Severo Ochoa, y al lado de la Iglesia de San Felipe Neri, donde tiene la sede canónica la Hermandad de la Salutación. En esta cofradía fue albacea general. Y fue en Andrés Pérez, una calle estrecha que arranca en la Plaza de los Mártires, donde el niño Paquito empezó a ver la vida.

placeholder Francisco Jiménez Valverde. (Toñi Guerrero)
Francisco Jiménez Valverde. (Toñi Guerrero)

En la parte de la izquierda está el edificio de su niñez, de sus correrías. El patio donde jugaba y deseaba que llegara la Semana Santa para ver a sus imágenes, las Vírgenes y sus Cristos. Su casa estaba justo al lado de la Iglesia de la Aurora y de la Divina Providencia, la sede canónica de la Hermandad de Viñeros, su cofradía de siempre.

Entra el pregonero en el templo y al fondo se encuentran. las imágenes del nazareno y de la Virgen. No puede evitar las lágrimas. Una mujer de unos 50 años, que acaba de visitar la capilla de la Virgen de la Paloma, hermanada con la ciudad de Madrid, le para a Paquito y le dice que ya ha visto dos veces el pregón. Una en directo, por la televisión local, y otra con su marido que al principio no mostraba mucho interés y luego se enganchó.

El itinerario

¿Y si alguien llegara por primera vez a Málaga a ver la Semana Santa? ¿Qué haría? ¿Cómo elegiría qué tronos e imágenes ver?

“Me imagino una sensación de inmensidad y de estar perdido. Si no supiera nada, le diría que se dejara llevar y descubriera en cada esquina el trono que pasa sin saber cómo y por qué. Que se inmiscuya y sepa los sonidos, que sepa que por ahí viene una procesión y poco a poco va a ir entendiendo que vienen los nazarenos y luego hay ciriales que te van a marcar la llegada del trono y que pregunte y que aprenda, pero sobre todo que se deje llevar.

Es lo mismo que cuando uno va a Italia por primera vez y descubre la ciudad eterna, Roma. Y puedes ir sin saber nada y no tienes un itinerario marcado. Vas entrando en plazas y te encuentras la Fontana de Trevi o la Plaza Navona o la de España. Déjate llevar, sin Google Maps, ni nada de eso, y te vas a encontrar cada día algo diferente en una esquina o en la Alameda o en Carretería.

placeholder Francisco Jiménez Velarde en la Hermandad del Rocío. (Toñi Guerrero)
Francisco Jiménez Velarde en la Hermandad del Rocío. (Toñi Guerrero)

Y disfruta con los amigos, disfruta de Málaga, no solo de las procesiones, sino de la gastronomía; vívela y descubre la ciudad. Lo mejor es que no te pierdas el paso de las Penas por San Agustín [Martes Santo], Salutación en las monjas [Domingo de Ramos] o la Esperanza de vuelta [Jueves Santo], que es cuando dice “aquí estoy yo, tiro adelante y recojo el cariño de Málaga”, en el momento que acaba el recorrido oficial”.

En la Semana Santa de Málaga hay una tendencia de las cofradías a salir más temprano. Antes el pedigrí era que una hermandad tuviera horario nocturno y que se encerrara lo más tarde posible. Eso empezó a cambiar hace más de una década. “Ahora todo el mundo se está posicionando para salir a las tres o las cuatro de la tarde. Tampoco lo veo. Cada cofradía tiene su espacio. Algunos días a la 1 de la madrugada ya están todos los tronos encerrados”.

"Vuelves a casa con sol después de una jornada emocionante", rememoró Paquito

A Paquito le gustaría que la Esperanza, como ocurría hace ya demasiado tiempo y solo se acuerdan los más mayores, se encerrara cuando aparecieron los primeros rayos de sol. En su pregón lo recoge así: “Y tú vuelves a casa con el sol después de una jornada intensa y emocionante”. Está el miedo de no quedarte solo o no tener suficiente público a altas horas de la noche. “Somos unos pocos incondicionales los que queremos eso”, admite.

Está abierta la puerta de la Basílica de la Esperanza. Ya todo está preparado para el Jueves Santo, uno de los días grandes de la Semana Santa de Málaga porque no solo sale la Esperanza, sino la Congregación de Mena: su Cristo de la Buena Muerte es una de las imágenes más veneradas de la ciudad y conocida en toda España.

Foto: Un grupo de jóvenes portan el trono de Jesús Cautivo en Málaga. (EFE/Álvaro Cabrera)

Llegan dos amigos esperancistas. Uno de ellos es el periodista Juan Romera, que le va comentando cosas del pregón y el impacto en la Málaga cofrade. “Estoy abrumado. El domingo, de traslados, no podía andar por la calle. Había quedado para comer con unos amigos y no sabía cómo iba a salir”, narra Jiménez Valverde.

Otro de los amigos que está en la basílica es Juan Antonio García Torres, fundador de la Asociación Cultural Daffari Hombres de Trono. En esta asociación pronunció Paquito, que es amigo de Antonio Banderas y es el jefe de sala del Teatro del Soho-Caixabank, un pregón de la década de los noventa que aún se recuerda, sobre todo, por una frase: “Los ‘tangaos’ no entran en la puerta de los cielos”.

¿Quiénes son los ‘tangaos’? Los hombres de trono que no hincan el hombro en el varal y soportan menos peso que sus compañeros. Era tal la demanda de amigos y cofrades de que pronunciara de nuevo esa expresión que en su pregón de la semana pasada al final la volvió a decir, aunque reformulada: “Los tangaos siguen sin entrar por las puertas de los cielos”.

placeholder Francisco Jiménez Valverde, Paquito. (Toñi Guerrero)
Francisco Jiménez Valverde, Paquito. (Toñi Guerrero)

García Torres ya explicó el año pasado en este periódico que para que un trono vaya bien el portador tiene que ir “fatal”. “Aquí no hemos venido a estar cómodos”, explica el presidente de la asociación, que señala cómo ha aumentado la preparación. “La gente cada vez se cuida más y se prepara concienzudamente”. Llevar un trono no es solo tener en cuenta lo que sufre el hombro, sino las piernas y los riñones.

Vuelve Paquito a dar pistas para los que acuden por primera vez la Semana Santa:

Que visiten por las mañanas las casas hermandades y que se vayan inundando de lo que van a ver. Además, es muy bonito porque pueden ver los detalles. Es como un pregón. Lo escuchas al principio y no te quedas con todo hasta que no lo lees y lo analizas", aseguró. "Si vas a las cofradías, preguntas y sabes la historia, al final te impregnas de mucha más sensibilidad que cuando la ves solo pasar por la calle", añadió, concluyendo: "Conocer cómo se han hecho las cosas te crea un vínculo mucho mayor que solo descubrirlas".

Foto: Jóvenes de la Hermandad de El Cerro (Sevilla) lloran tras la suspensión de su estación de penitencia por la lluvia. (EFE/Raúl Caro)
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Guillermo Cid. Sevilla Gráficos: Marta Ley

"El conocimiento te da la sabiduría de las cosas, que se sepa que no es oro por relucir y por brillar, sino que es oro de trabajo, de esfuerzo, de siglos y de historia y que forma parte de las vidas de muchas personas”, explicó.

Quizá el pregonero es partidario de ver la Semana Santa de Málaga por etapas, como los peregrinos suelen hacer con el Camino de Santiago. Este año, en Málaga, el Domingo de Ramos y Lunes Santo; Martes y Miércoles Santo en Sevilla, por ejemplo; Jueves Santo en Jerez…

“Sí, se puede hacer. Yo iría a otras Semanas Santas si no coincidieran en el mismo tiempo. Me he escapado a Sevilla, Jerez o Cádiz hace 20 o 30 años. Y cuando te vinculas con la Semana Santa de una manera mucho más estrecha no puedes dejar de ver cofradías. Si yo no veo la Pollinica es como no abrir la Semana Santa de Málaga. Hay años para todo también”.

En el ‘Submarino’ del trono de la Virgen de la Esperanza, los que van debajo de la imagen, que es el lugar donde también más pesa el trono, recuerda, mientras va llevando la imagen, a antiguos compañeros de varal ya fallecidos o retirados por la edad. Y recita, con su memoria prodigiosa, trozos de pregones. De algunos suyos o de otros. Este año, ya con la cincuenta, se jubila de hombre de trono.

Foto:  Sander Klomp porta el Cristo de la Sangre de Málaga. Fotos: Agustín Rivera

El guardia de seguridad le llama la atención. “No puede ponerse ahí”. Paquito está entre los varales centrales del trono de la Esperanza posando para la fotografía de este periódico. El guardia no reconoce al pregonero y este no le dice nada. “Es normal. Hace su trabajo”. Sube al balcón del salón de tronos para ver más cerca a su Virgen. Recuerda tantos momentos pasados y los que quedan por llegar.

En la espalda de la Casa Natal de Picasso se encuentra el popular barrio de Lagunillas. Suena el teléfono y recibe una llamada. “Tienen que ser los de la COPE”, aclara. En efecto son los compañeros del magazine local. Atiende el teléfono mientras en el barrio tiene hay un guiso a punto de ser llevado a la mesa. En unos minutos llegamos al Jardín de los Monos, cruzamos el paso de cebra que está al lado del bar El Pedroso, que está a punto de desaparecer para dejar paso a un hotel.

Foto: La estatuta de Picasso preside la Plaza de la Merced de Málaga. Detrás se observa la Casa-Natal del artista, donde nació en octubre de 1881. (Agustín Rivera)
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La siguiente parada es la Casa Hermandad del Rocío. Está abierta una puerta trasera: la delantera se hará en la salida de los tronos del Martes Santo. Mira, ahí está el cartel de la exaltación ‘Un clavel para el Rocío’ que Paquito pronunció en 1997. También las de otros exaltadores como Paco Fadón, Pedro Luis Gómez o Carlos Herrera. La Virgen sigue en la capilla de San Lázaro, cerrada a estas horas. El traslado al trono será en los próximos días. En esta cofradía echó raíces y sigue involucrado.

Se toma algo con hermanos de la Cofradía del Rocío en El Jaral, en la esquina entre calle Amargura y el inicio de calle Ferrándiz. Y anuncia que no dará otros pregones. En todo caso quizá alguno extraordinario de alguna cofradía, algo que le motive mucho. “¿Que cómo hubiera dado el pregón hace 30 años? Lo hubiera dado de otra manera. Es la diferencia del ímpetu de la juventud a la tranquilidad que te da el medio siglo de vida”.

Paquito, el niño de Andrés Pérez; Paquito, el joven del instituto Gaona y el cofrade Viñeros, Salutación y Rocío, no olvida cuándo se hizo de la Esperanza. Era un Jueves Santo de hace casi 30 años. “Mira, mira, por ahí viene la Esperanza”. Y entonces vio a la Reina de Santo Domingo y se rindió. Quizá algún Jueves Santo de los que le quedan por vivir la vea encerrarse con los rayos de sol.

Son las 12:04 y Francisco Jiménez Valverde, más conocido como Paquito Jiménez Valverde (malagueño de 1973), llega algo apresurado, con sus gafas de vista, cabeza afeitada y risa particular y expresiva, por el pequeño retraso. Estamos en la puerta del Teatro Cervantes, donde hace menos de 48 horas salió a hombros al grito de “¡torero, torero!”.

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