Crisis en los hombres de trono de Málaga: “No somos valientes para afrontar la verdad”

La Semana Santa de Málaga, con 41 cofradías y casi 90 tronos —algunos de cinco toneladas— que pasan por el recorrido oficial, es un fenómeno de éxito, de alcance nacional, aunque no exento de algunos problemas. Uno de los más evidentes este 2022, que ya existía antes, pero estaba medio oculto, es la falta de hombres de trono, los encargados de portar a las imágenes de los Cristos y Vírgenes.

Los dos años sin procesiones por la pandemia, el desembolso económico que puede ser de más de 100 euros si se incluye túnica, cuota de salida procesional y de hermano, y el desinterés de parte de los jóvenes, cantera cofrade, que resulta clave si ha habido una estrecha vinculación familiar desde niño, han sido las causas de la petición de portadores en algunas hermandades. Es el caso de la Cofradía de los Dolores del Puente, que procesionó el Lunes Santo, que hizo un llamamiento público, incluso con carteles en algunos comercios de la ciudad. “Siéntete nazareno o portador de trono con Dolores del Puente. ¡Súmate y participa en nuestra procesión”.

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Juan Antonio García Torres, añada del 80, el fundador y presidente de la Asociación Cultural Daffari Hombres de Trono, lo dice sin tapujos: “No somos valientes para afrontar la verdad. Otros años se comentaba que faltaban 20 hombres de trono y al final eran 40, pero no se decía”, cuenta a El Confidencial desde la sacristía de la Basílica de la Archicofradía del Paso y la Esperanza.

“Una bola más gorda”

Santa Cruz o Monte Calvario han sido otras de las hermandades que han reconocido la ausencia de hombres de trono. En el caso de Monte Calvario lo hicieron público en esta Cuaresma a través de los medios de comunicación. “Al final tapar tus problemas es hacer una bola más gorda y va en detrimento de toda la Semana Santa”, admite García.

Hay mucha gente joven que no ha vivido desde pequeño ni el ambiente cofrade ni las procesiones. En ciertos ambientes existe un gran desapego al Centro de la ciudad al que se añade el propio crecimiento de Málaga, con gran parte de la población foránea; el aumento de la oferta de ocio y la secularización son otros de los aspectos que explican esta crisis, en cualquier caso localizada, todavía no general.

“La incorporación de la mujer en los tronos hay que tomarla con toda la naturalidad. No hay que distinguir entre hombre y mujer”

En Málaga hay tronos con abundante lista de espera, con más de medio centenar de personas, para poder llevarlo sobre sus hombros. Es el caso de Esperanza, Mena, Cautivo o Estudiantes. La mayoría de las hermandades no tienen problemas para llenar los tronos, aunque crecen más las cofradías que pasado el periodo de inscripción, que suele acabar unas tres semanas antes de Semana Santa, amplían el plazo para poder captar a más hombres… y cada vez más mujeres, que llevan dos décadas incorporadas a los varales.

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“La incorporación de la mujer hay que tomarla con toda la naturalidad. No hay que distinguir entre hombre y mujer, sino entre la gente que trabaja debajo del varal”. Y explica que para que un trono vaya bien el portador tiene que ir “fatal”. “Aquí no hemos venido a estar cómodos”, explica el presidente de la asociación, que señala cómo ha aumentado la preparación. “La gente cada vez se cuida más y se prepara concienzudamente”. Llevar un trono no es solo tener en cuenta lo que sufre el hombro, sino las piernas y los riñones.

La frontera del medio siglo

En algunas cofradías se había puesto la barrera de los 50 años como edad límite para llevar un trono. Esa frontera no está ya tan definida y se está siendo más flexible para aprovechar el conocimiento de hombres de trono prematuramente jubilados y que tenían suficiente fuerza y experiencia para poder seguir trabajando debajo del varal.

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¿Se llevan mejor ahora los tronos que hace décadas? El aligeramiento de los materiales fue decisivo. Los varales eran de madera, luego de aluminio y la Virgen Dolores Coronada de la Archicofradía de la Expiración ha estrenado una estructura de mesa del trono de fibra de carbono que podría convertirse en tendencia. Hasta los años ochenta quienes portaban los tronos eran hombres pagados. La mayoría eran estibadores del Puerto de Málaga. A finales de los años setenta se generalizó la presencia debajo de los varales de hermanos de la propia cofradía.

Los ensayos de los hombres de trono tampoco han sido nunca comunes. Desde hace una década, varias hermandades lo hacen con acompañamiento musical incluido, como Las Penas o Lágrimas y Favores, aunque todavía son una minoría las hermandades que se deciden por esta opción. “No hay que dejar todo a la improvisación. El ensayo te hace conocer al hombre de trono y confraternizas”, dice el presidente de la asociación.

También la talla es vital porque igual que no todo el mundo vale para ser capataz o mayordomo, los que miden menos de 1,36 de hombro o más de 1,70 de hombro no deberían sacar nunca un trono porque no podrán ir bien. Porque es fe y tradición y un trabajo de seis, ocho o nueve horas. E insiste en la frase “si el trono va bien es que tú vas fatal”. Y enseña la bola que se le ha formado en su hombro izquierdo hinchado, rojo, que demuestra el sufrimiento debajo del varal.