El constitucionalista con 'pecado' de juventud que Vox ha elegido para la batalla de Valencia

La primera intervención política pública en la que fue protagonista Carlos Flores Juberías (Valencia, 1964), el candidato elegido por Vox para la presidencia de la Generalitat valenciana en las autonómicas del 28 de mayo, aparece recogida en un boletín informativo fechado el 11 de abril de 1981. Fuerza Nueva editó un pasquín especial de ocho páginas con las crónicas de una serie de actos conmemorativos de lo que la extinta formación ultraderechista liderada por Blas Piñar llamaba el Día de la Victoria, la jornada en que Francisco Franco dio por terminada la Guerra Civil el 1 de abril de 1939 con el conocido parte militar de “cautivo y desarmado el ejército rojo…”. En Valencia, en el ya desaparecido cine Paz, 5.000 personas, según la descripción de La Hoja del Lunes, celebraron el aniversario de la victoria franquista de la contienda fratricida. Allí intervino Flores en representación de Fuerza Joven, la facción juvenil del partido.

En el cierre del acto, el secretario general de Fuerza Nueva, Ricardo Alba, se refería así a la intentona golpista que Antonio Tejero había protagonizado unas semanas antes en el Congreso de los Diputados: “Se habla mucho de ese golpe, en cambio, nadie cita los golpes constantes que se vienen asestando a España y a los españoles durante cinco años de democracia liberal; los golpes a los asesinados, los golpes de hambre, los golpes a la familia y los golpes a España en su integridad territorial”. "Golpes a España", se titulaba la crónica del boletín.

A los pocos meses, ya afiliado al partido, Flores, con apenas 18 años, se presentó a las elecciones generales de 1982 como candidato por Valencia. El PSOE de Felipe González arrasó en las urnas y Fuerza Nueva apenas recogió 108.746 votos (0,52%) en toda España y ningún escaño. La formación se disolvió.

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Desde aquella primera y fugaz experiencia política, de la que el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia dice no arrepentirse ni avergonzarse ("hice lo que en aquella edad y aquellas circunstancias me parecía lo más razonable"), han pasado 40 años. El joven derechista fue mutando a golpe de codos y calificaciones excelentes en experto constitucionalista.

Licenciado y doctor en Derecho por la Universidad de Valencia, donde es profesor titular, con premio extraordinario en ambos casos, obtuvo también el diploma de Ciencias Políticas por la UNED. Entre 1993 y 1995 fue becario Fulbright y profesor visitante en la Universidad de California, y desde 2013 se halla acreditado como catedrático en la universidad valenciana, donde se ha especializado en los procesos constituyentes de los países de la Europa del Este tras la caída del bloque soviético. Es, además, cónsul de Macedonia en Valencia.

Publica sus opiniones con asiduidad en medios de comunicación y es requerido con frecuencia para interpretar normas o debates jurídicos relacionados con la Carta Magna española y las instituciones. Junto a un grupo de juristas, firmó una queja al Defensor del Pueblo contra el primer estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez cuando irrumpió la pandemia del covid en marzo de 2020. Según afirmaban, el decreto suspendía derechos fundamentales y era inconstitucional. Posteriormente, la medida del Ejecutivo fue anulada por el Tribunal Constitucional por considerar que las medidas de restricción incorporadas debían haberse encajado en un estado de excepción y no de alarma.

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La designación como candidato a la Generalitat, oficializada el pasado miércoles por el comité ejecutivo nacional del partido de Santiago Abascal, se venía fraguando desde antes del verano, cuando comenzaron las conversaciones, según fuentes internas. En octubre, Flores perdió su condición de independiente y se afilió a Vox, preparando ya el terreno de la que iba a ser su segunda aventura política, en este caso, con muchas más opciones de resultar electo.

La elección ha sido acogida con sorpresa en las filas del Partido Popular. Aunque nunca fue militante, la expresidenta regional del PP Isabel Bonig, antigua alumna suya de Derecho, lo propuso para el Consejo Valenciano de Trasparencia en 2015 y para la Junta Electoral valenciana.

Hay quien apunta al diputado de Vox por Valencia, Ignacio Gil Lázaro, antiguo integrante del PP, como una de las personas que ha empujado en la incorporación de Flores. Los dos participan asiduamente en la tertulia política El Faro, de la televisión autonómica La 8 Mediterráneo, participada por el Arzobispado de Valencia y el abogado valenciano José María Mas Millet. Flores también publica periódicamente una columna en el diario de línea conservadora de Valencia Las Provincias. Oficialmente, la decisión es de Abascal. Nadie se salta el guion vertical de Vox.

Contrario a la ley del aborto y a la de la eutanasia, que considera inconstitucionales, Flores también ha sido crítico con los indultos a los líderes independentistas y la reforma del Código Penal. Del mismo modo, se ha expresado contra los cambios propuestos por el Gobierno para elegir a los integrantes del Tribunal Constitucional por parte del Consejo General del Poder Judicial, sin poner en cuestión el bloqueo para la renovación de los órganos judiciales del PP de Alberto Núñez Feijóo.

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La cercanía a las filas populares es vista como una ventaja para el caso de que el bloque de la derecha logre superar en escaños a la mayoría del Consell del Botànic (PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos) en la cita de las autonómicas, prevista para el 28 de mayo. Aunque la decisión y el contenido de un acuerdo para una posible investidura o Gobierno en coalición con Carlos Mazón dependería de la dirección nacional, la elección de Flores facilitaría más que dificultaría unas posibles conversaciones. Vox obtuvo 10 de los 99 escaños en juego en las autonómicas de 2019 y las encuestas difieren sobre sus expectativas en mayo.

Es cierto que la formación derechista tampoco ha generado una gran estructura territorial y su presencia en el debate público autonómico es más bien discreta. Aun así, se perfila como una fuerza determinante que el PP necesitará para formar Gobierno en caso de cambio. Se prevé que para mediados de enero o febrero se hagan públicos los nombres de los candidatos a las capitales de provincia, incluidas las valencianas. Para Valencia, un agujero político para Vox por la escasísima presencia política de sus dos concejales (peleados entre ellos), se baraja el nombre de Ricardo Ferris, el inspector jefe de la Policía Nacional cesado por el Ministerio del Interior por equiparar inmigración y delincuencia, al que Flores ha respaldado.

Sus compañeros del Departamento de Constitucional en Valencia, un verdadero Babel ideológico (aquí nació la fundación CEPS, que está en el germen de Podemos), lo definen como buen orador y persona con buena formación. Ven en su nombramiento una apuesta de Vox por tratar de elevar el nivel de su cartel electoral, en un contexto de política nacional muy marcada por la batalla por el control de los órganos constitucionales, y auguran un pulso dialéctico en los debates televisivos y actos en campaña. Será la segunda campaña de Carlos Flores. La primera tras aquel fiasco de su pecado de juventud.