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El último delirio de Torra: reclama que la frontera entre Cataluña y Aragón sea el río Cinca
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El último delirio de Torra: reclama que la frontera entre Cataluña y Aragón sea el río Cinca

La teoría revisionista de Torra es similar a la de los teóricos historiadores del Institut Nova História, que abonan teorías tan extravagantes como que Castilla realizó una gigantesca manipulación histórica

Foto: El expresidente de la Generalitat, Quim Torra. (EFE/Andreu Dalmau)
El expresidente de la Generalitat, Quim Torra. (EFE/Andreu Dalmau)

No hace falta ser historiador para hacer historia. Quim Torra, aparte de expresidente de Òmnium Cultural y de la Generalitat de Cataluña, es también uno de los independentistas radicales que rinde culto a los extremismos. No tuvo empacho en admitir que uno de sus referentes históricos es Miquel Badia, exjefe de la Seguridad de la Generalitat conocido por sus represalias (incluyendo torturas en la actual sede de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña) contra los trabajadores durante la República, que murió acribillado por un comando de la FAI en pleno centro de Barcelona. Otro de sus referentes es Daniel Cardona, un extremista líder del grupo Nosaltres Sols al que se ha llegado a asociar al nacionalsocialismo.

Pero Torra cultiva también la faceta memorística: en su cuenta de Twitter recordaba este jueves que "el 24 de octubre de 1149 fue el día que Lleida, Fraga y Mequinenza se incorporaron a los dominios del conde de Barcelona Ramon Berenguer IV". En su tuit, Torra añade: "Le hemos pedido a Francesc Ricart si somos lo suficientemente conscientes de la historia de la Franja de Ponent". Lo que viene a proponer en su blog, haciéndose eco de una publicación de Ricart, es que la historia de la zona fronteriza entre Cataluña y Aragón fue falsificada por motivos ideológicos (siempre anticatalanistas).

Foto: El expresidente de la Generalitat Quim Torra. (EFE/David Borrat)

En un momento en que ya (casi) nadie se acuerda del expresident que tuvo que dejar su sillón por haber sido inhabilitado por la Justicia, Torra, vuelve al primer plano por sus mensajes cargados de intención y, esencialmente, antiespañoles. El mandatario catalán cobra una pensión vitalicia del erario español correspondiente al 65% del sueldo del presidente de la Generalitat. Hasta finales de 2021, su salario fue de unos 122.400 euros, el 80% del sueldo que se había puesto como president, de más de 153.000 euros anuales, el político mejor pagado de España. En la actualidad, su salario es de casi 85.000 euros (porque Pere Aragonès redujo su salario de 153.000 euros que se había puesto Torra a los poco más de 130.000 euros actuales).

El mensaje no tiene desperdicio. En su blog personal, Torra publicaba ese día un artículo en el que hacía una pregunta, ¿Somos conscientes de la historia de la Franja? y hacía que la respondiera Francesc Ricart, licenciado en Historia, profesor de catalán y coordinador del Casal Jaume I de La Franja. Para los neófitos, La Franja es una zona entre Aragón y Cataluña (a la que, entre otras poblaciones, pertenecen Fraga y Mequinenza) que es reivindicada por Cataluña como territorio propio, dentro el concepto de una Gran Cataluña como cabeza visible de los Països Catalans. Es decir, un concepto imperialista que reclama como "territorios propios" las regiones sureñas de Francia, Andorra, Valencia, Baleares, parte de Cerdeña e incluso una zona de Murcia.

La teoría conspiranoica

La teoría revisionista de Torra es similar a la de los teóricos historiadores del Institut Nova História (INH), que abonan teorías tan extravagantes como que Castilla realizó una gigantesca manipulación histórica durante más de 500 años falsificando documentos para robar a los catalanes la gloria de las conquistas hispanas y la autoría de las mejores obras literarias del Siglo de Oro o a científicos como Miguel Servet. Reclaman que personajes como Erasmo de Róterdam o Leonardo da Vinci eran catalanes, aunque no explican con detalle cómo Castilla pudo falsificar las verdaderas identidades de esos dos personajes y no llevárselos a Madrid o a sus alrededores, como denuncian que hizo con Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Francisco Pizarro o Garcilaso de la Vega, por poner algunos ejemplos, que tuvieron que cambiar de nombre y ponerse uno castellano por las represalias de Castilla.

Ahora, Torra se abona a las teorías de los historiadores ful para reclamar un territorio que, según él, era del Conde de Barcelona. En el artículo que publica en su blog, se afirma que "ni en Fraga ni en ninguno de los pueblos de las comarcas de La Franja hay mucha consciencia de su historia. También hay que decir que la Historia ha sido un componente que se ha hecho servir desde Aragón para vaciar de catalanidad nuestras comarcas a base de engordarlas de un aragonesismo a menudo folclórico y siempre anticatalanista".

Foto: 'Corpus de Sang' retrata la revuelta de segadores de 1640. (Wikimedia Commons)

Asegura el artículo que "sin entrar a fondo en materia histórica y continuando con Fraga como referente, a favor de la catalanidad hay constancia documental del límite de Cataluña situado en el río Cinca y en el hecho permanente y relevante de la lengua catalana". En otras palabras, la frontera entre Aragón y Cataluña no estaría donde se sitúa hoy, sino que abarca un área mucho más amplia, que conforma casi media provincia de Huesca y un trozo de Zaragoza, aunque después de la desembocadura del Cinca se sigue reivindicando La Franja: en el sur de Aragón se quieren situar los límites no en el Ebro, sino en el Matarraña, por lo que se hurtaría una franja a la provincia de Teruel. En el norte, la frontera llegaría hasta Barbastro, que sería la primera población aragonesa.

Otra maniobra de España

Así, la nueva teoría critica que "los aragoneses se acogen al peso histórico de la adopción de los fueros de Aragón por parte de Fraga en la primera mitad del siglo XIV". Y tras constatar "la realidad de las relaciones socioeconómicas y religiosas" de esos territorios con Lleida (en la zona de Huesca y Zaragoza) y con Tortosa (en el caso de Teruel), denuncia que "contra tanta evidencia, nos encontramos con la realidad tozuda –y de lo más irracional– de unas tierras que viven de espaldas a Cataluña y abrazan el aragonesismo y el españolismo más primarios y excluyentes".

Denuncia, asimismo, que "la Historia, hasta llegar a los tiempos actuales, siempre ha ido contra la catalanidad de las comarcas de La Franja: la división provincial española de 1833 petrificó nuestras comarcas a las tres provincias aragonesas; más adelante, en 1995, tendrá lugar el proceso de segregación de las parroquias de las diócesis catalanas, que acabará con el episodio abominable del expolio de las obras de arte procedentes de las parroquias de La Franja en el monasterio de Sijena, dos meses después del referéndum del 1-O de 2017".

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El episodio al que alude es el pleito judicial que determinó que las obras de arte de pueblos de Aragón que habían sido trasladadas a Lérida por orden del Govern debían ser devueltas a sus legítimos dueños, los pueblos de las que fueron extraídas. Varios exconsejeros de la Generalitat tienen aún pleitos vivos por haber desobedecido las sentencias judiciales de devolución de las obras de arte expoliadas a Aragón. El hecho de asimilar el referéndum de 2017 al pleito es un elemento que distorsiona un procedimiento jurídico que llevaba años abierto y que el Gobierno catalán intentó alargar en el tiempo para no cumplir los fallos de la Justicia.

Abonado a los excesos

La manipulación de los argumentos, no obstante, llevan al articulista a asegurar que un síntoma de la catalanidad de La Franja que tras el referéndum ilegal hubo"“movimientos económicos en forma de desplazamientos de empresas catalanas hacia La Franja, como es el caso de las empresas instaladas en el polígono industrial de Fraga: otro frente socavado por la presión aragonesoespañola alienadora de la catalanidad". En resumen: la Historia, según las tesis revisionistas difundidas en el blog del expresident catalán es "una Historia bien adversa que hoy comporta laminación política, segregación parroquial secular y deslocalización económica".

La exageración argumental de los razonamientos no es sorprendente en el entorno de Quim Torra. Es quien calificó a los que hablan castellano en Cataluña de "bestias con forma humana". Y a España de ser "un país exportador de miseria, material y espiritualmente hablando". Cuando por un periodo de tiempo fue presidente de Òmnium, llegó a afirmar que "el fascismo de los españoles en Cataluña es infinitamente patético, repulsivo y borde".

Foto: Reunión en septiembre del presidente de la Generalitat con los líderes de Òmnium Cultural, la Asamblea Nacional Catalana y la Asociación de Municipios por la Independencia. (EFE/Marta Pérez)

Su teoría política se sustenta en una máxima que dejó escrita: "Evidentemente, vivimos ocupados por los españoles desde 1714". Y el 4 de abril de 2013 manifestaba ante sus camaradas: "Los de Òmnium vamos en coches particulares y nos lo pagamos todo, no hacemos como los españoles". Se refería a los desplazamientos a las concentraciones independentistas, pese a que tanto su organización como la ANC (de la que también fue miembro del consejo permanente) fletaban centenares de autocares para llevar a los activistas a las manifestaciones.

Sus inquebrantables convicciones independentistas le llevaron a decir también que "los españoles solo saben expoliar" y a asegurar que "vergüenza es una palabra que los españoles hace siglos que han eliminado de su diccionario". La reivindicación de las comarcas orientales de Aragón es solo una muesca más que añadir el listado de agravios que ha blandido históricamente contra España.

No hace falta ser historiador para hacer historia. Quim Torra, aparte de expresidente de Òmnium Cultural y de la Generalitat de Cataluña, es también uno de los independentistas radicales que rinde culto a los extremismos. No tuvo empacho en admitir que uno de sus referentes históricos es Miquel Badia, exjefe de la Seguridad de la Generalitat conocido por sus represalias (incluyendo torturas en la actual sede de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña) contra los trabajadores durante la República, que murió acribillado por un comando de la FAI en pleno centro de Barcelona. Otro de sus referentes es Daniel Cardona, un extremista líder del grupo Nosaltres Sols al que se ha llegado a asociar al nacionalsocialismo.

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