Los Motards resucitan como fuerza de choque del independentismo radical en Cataluña

Los Motards están de nuevo en la carretera. El grupo de motoristas independentistas, comando de apoyo a Quim Torra que intentó boicotear el traslado de los presos del 1-O, se ha reorganizado y regresa con toda su fuerza. El colectivo será el protagonista de una marcha el próximo 1 de octubre, que culminará en la cárcel Modelo de Barcelona, donde se preparan diversos actos durante toda la jornada para conmemorar el referéndum ilegal.

Los moteros saldrán de Sitges a las ocho y media de la mañana y se dirigirán a Barcelona. Se harán notar en la plaza Urquinaona, en una concentración convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) a las 11, para conmemorar lo que llaman la batalla de Urquinaona. En realidad, es solo un canto a los violentos acontecimientos que tuvieron lugar en esta plaza durante el otoño de 2019, cuando jóvenes organizados en comandos (dirigidos por veteranos que siempre operaban en segunda fila) se enfrentaron con inusitada violencia a la Policía en protesta por la sentencia del 1-O.

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Tras rendir homenaje a los participantes de esas algaradas en el acto de la ANC, se dirigirán al edificio de la antigua cárcel Modelo, donde los comités de defensa de la república (CDR) han previsto una jornada repleta de actos reivindicativos, apoyados por la plataforma Desobediencia Civil, la Plataforma Antirepressiva de Barcelona y la Plataforma Antirepressiva de Ponent, además de la sectorial de supuestos "represaliados" de la ANC. Entre ellos, a las 12, un acto de apoyo al comando desarticulado por la Guardia Civil en septiembre de 2019, cuando sus componentes estaban preparando atentados con explosivos caseros.

En una de las charlas por la operación Judas (la desarticulación del comando) participarán algunos de los detenidos y Jordi Pesarrodona, vicepresidente de la ANC que dimitió de su cargo en desacuerdo con la presidenta, Dolors Feliu. En otra, participarán el exvicepresidente del Parlament Josep Costa, el activista Albano Dante Fachin y Txell Partal.

La seguridad de la Diada

El objetivo es realizar una marcha lenta de coches desde Sant Cugat del Vallès hasta la Modelo, así como tres columnas en manifestación desde Badalona, Montcada i Reixac y Sant Feliu de Llobregat, con el objetivo de que converjan en el emblemático lugar. Los independentistas ofrecen también una “comida antirrepresiva”: 15 euros por una butifarra con judías, pan con tomate, fruta, agua y vino. A las seis de la tarde está programada una manifestación por el centro de la ciudad que salga, precisamente, de ese lugar.

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Los Motards, que hace años se encargaron de los servicios de seguridad de la ANC, que a su vez estaban bajo el control del exterrorista Fredi Bentanachs, ya reaparecieron en la manifestación de la pasada Diada, pese a que su presencia y labor apenas fueron notadas por nadie. De hecho, fueron los responsables de la seguridad y la vigilancia de la marcha.

El pasado 23 de agosto, Bentanachs escribió en un artículo en el digital L’Unilateral: “Pedir la amnistía es reconocer la autoridad del Estado invasor y su rey y, al mismo tiempo, reconocer que el 1 de octubre fue un error”. Afirmaba que “España es nuestro contrario” y que “todas las naciones del mundo se liberaron del yugo opresor plantando cara y no bajando los brazos como señal de rendición. Desde el 27 de octubre de 2017 somos una república independiente, ocupada ilegalmente por la monarquía española”. Termina conminando a Carles Puigdemont a no pactar ninguna investidura y a “volver a la Generalitat, anular todos los comicios posteriores al 1 de octubre por ilegales e imponer la declaración unilateral de independencia (…) Nada de pactar con el Estado español, solo el reparto de bienes y arriar la bandera española”.

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Los moteros funcionan en redes sociales bajo la denominación Escamots Catalans Motards (Comandos Catalanes Moteros). Ahora vuelven por todo lo alto y con las pilas cargadas. “Esta puta, cansina y fascista España que nos machaca, nos encarcela, nos persigue, nos roba el presente y extermina nuestro futuro. ¿Y nosotros? ¿Qué hemos de hacer? ¿Sentarnos y dejarnos morir? ¿O luchamos y defendemos nuestra supervivencia?”, clamaban en un mensaje por las redes sociales este verano. Y advertían, parafraseando a la ANC y a sus mensajes de reproche: “El problema no son los partidos, sino los inútiles, los mentirosos, poltronistas y aprovechados que dirigen los partidos. Parece que aún no han entendido que están en extinción. Que dimitan o acabarán como Ciudadanos”.

Un núcleo histórico bien conectado

Su núcleo histórico está formado por la asociación Motards Independentistes, una plataforma en la que los socios pagan 25 euros al año de cuota y cuya sede está en Mataró. Esta asociación, presidida por Ramon Graells, también ha distribuido un comunicado entre sus integrantes para asistir a la marcha desde Sitges hasta Barcelona y participar luego en los actos de la ANC y de los CDR. El pasado 11 de septiembre, ya realizó una concentración de motos en Vic, en cuya plaza mayor reunió a más de medio millar de motos, que posteriormente realizaron una marcha hasta Barcelona para sumarse a la manifestación de la Diada.

En septiembre de 2019, poco antes de pasar al ostracismo, los Motards se alineaban con los movimientos más extremistas del soberanismo. “Preparaos, porque esta vez no habrá suficientes piolines para frenar un tsunami democrático que os pasará por encima”, avisaban, cuando Tsunami Democràtic todavía no era una plataforma conocida para el ciudadano de a pie. Los núcleos duros de los Motards, sin embargo, estaban en la vanguardia de las movilizaciones: en aquel momento, sus activistas eran los comandos de choque más activos que había, no ya solo por su capacidad de desplazamiento, sino por los métodos empleados y por la formación y disciplina de sus miembros.

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Su presencia y radio de operación se daban, preferentemente, en las comarcas del interior de Barcelona y en Girona, donde tenían una inusitada fuerza en determinadas poblaciones. También desplazaba a sus activistas a poblaciones donde hubiese que enfrentarse a grupos de militantes antiindependentistas que, por ejemplo, arrancaban lazos amarillos, actuando como grupos de presión para infundir miedo a los rivales.

Las salidas y manifestaciones de los moteros son muy disciplinadas. Han de circular en formación de zigzag o de sierra y no permiten que ningún vehículo extraño se cuele en medio de ellos. Además, cuentan con determinadas empresas que hacen descuentos a los activistas de los Motards, como la red de gasolineras Petrolis Independents, Silversub, Canvi de Piles o la joyería Sant Pau.