El cotidiano drama de la frontera sur: 16.898 migrantes muertos o desaparecidos en 35 años

"Aquellas muertes pesaban sobre la conciencia de una sociedad que era capaz de contemplar con espanto el drama (...) Sin embargo, en 2023, no existe el mismo grado de consternación social". Esta es una de las conclusiones que se extraen del Balance Migratorio realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) y en el que se destaca que el pasado año "se han batido todos los récords de fallecimientos y desapariciones en nuestra frontera sur con 2.789 casos. Una tragedia que se ha cobrado la vida de 16.898 personas en los últimos 45 años.

El estudio, con una extensión de más de 40 páginas, saca los colores al "Gobierno en teoría más progresista de la historia de nuestro país" porque más del 50% de esas víctimas (9.118) se ha cuantificado en los últimos cinco años. Solo en 2023, se documentaron 473 muertes y 2.316 desaparecidos, siendo agosto (687) y noviembre (762) los meses más dramáticos.

Los expertos remarcan que la ruta Canaria, con ocho de cada 10 óbitos o desapariciones, es la "más mortífera", aunque la vía argelina —481 víctimas— sigue incrementado sus cifras negras tantos en los trayectos por el mar de Alborán o hacia la costa levantina.

"Dejar morir cada año a miles de personas en el Mediterráneo o en el Atlántico se ha convertido en la primera estrategia supuestamente disuasoria de las políticas migratorias implementadas por la Unión Europea (UE)". "Políticas que pretenden invisibilizar a los migrantes, a los que se priva de libertad si no han acabado muertos en el fondo de nuestros mares y océanos", se reprocha en el informe, en el que se destaca que, "a pesar de la implementación de nuevas medidas de seguridad, y de los acuerdos suscritos con terceros países, las llegadas de estas personas aumentaron en 2023".

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Este crecimiento es tanto a nivel europeo, como en el conjunto de la nación. En el continente se registraron el pasado año 279.147 llegadas, 100.000 más que en 2022 —176.445—; mientras que en el país pasaron de 34.537 a 58.267. Con estos datos, España es el segundo Estado de la frontera sur con más volumen migratorio, por detrás de Italia —muy destacada, con 157.652— y por delante de Grecia y Bulgaria —46.635 y 18.008, respectivamente—.

La marítima, con 57.033 personas, es la forma más utilizada para acceder a territorio español, donde la terrestre, por Ceuta y Melilla, suma 1.234 casos.

Los números de 2023 confirman la tendencia alcista que se inició en 2019 —con 26.916 llegadas— y se alejan muchísimo de los 8.048 casos registrados en 2016, lo que pone de relieve que la cuestión migratoria, lejos de atajarse, se agrava.

El 90% de los migrantes que llegan a las costas son hombres. En Canarias, los subsaharianos; en otras zonas del país, los magrebíes

El 89,75% de las personas que llegan a las costas españolas son hombres, frente a un 5,30% de mujeres y un 4,95 de menores. El 78,68% de los que alcanzan el destino de Canarias son de origen subsahariano, y el 14,35%, magrebí. Un porcentaje que se invierte en la península, las Islas Baleares y las ciudades autónomas, donde los procedentes de los países del Magreb acaparan el 86,32% de los casos.

El contador de la muerte

El estudio, en este contexto, señala que "las políticas de seguridad y de las fronteras europeas no solo no están deteniendo o reduciendo el flujo migratorio, sino que solo están sirviendo para aumentar el riesgo y la peligrosidad de los trayectos y rutas que las personas migrantes se ven obligadas a tomar".

El histórico de muertes y desapariciones que recoge la asociación sostiene esta argumentación. Si en 1988 se tuvieron noticias de 19 casos, el pasado año fueron 2.789. La primera vez que se superó la barrera de las 100 víctimas en ruta fue en 1997 —149—, y la de las 1.000, en 2006 —1.167—. En 2023 no solo se rebasaron las 2.000, sino que se aproximaron a las 3.000.

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El 80,75% de los fallecidos eran de origen subsahariano y el 16,62% provenía del Magreb. Y al igual que ocurre con las llegadas, la inmensa mayoría —el 88,50%— eran hombres, frente a un 7,40% de mujeres.

La Apdha observa una sociedad más insensible ante esta tragedia recurrente y con el paso del tiempo la digiere como algo normal. "En 1988 apenas se contabilizaba la muerte o desaparición de 19 personas. Un año más tarde, la cifra ascendía ya hasta las 36. En 1990 y 1991, se elevaba hasta 63 y 82, respectivamente.

Aquellas muertes "pesaban sobre la conciencia de una sociedad" que observaba las consecuencias de "la falta de vías de migración legales y seguras para esas personas que abandonaban su tierra en busca de un futuro mejor". En 2023, según los autores del estudio, el grado de conmoción social ha disminuido, "aun cuando se han batido todos los récords de fallecimientos y desapariciones en nuestra frontera sur" de España.