El auge migratorio acaba con la exaltación del Gobierno de la nueva relación con Rabat

El repunte migratorio hacia España ha dado al traste con el principal avance que esgrimía el Gobierno de Pedro Sánchez en la relación con Marruecos: la disminución de la inmigración irregular procedente del país vecino.

Entre la noche del martes y la mañana del miércoles llegaron a Lanzarote y a Fuerteventura 495 inmigrantes irregulares, en su mayoría subsaharianos, según Salvamento Marítimo. Habían zarpado de Tarfaya y Tan Tan, en el sur de Marruecos, según la ONG Caminando Fronteras. La mayoría de ellos (442) desembarcaron en Lanzarote a bordo de nueve pateras, mientras que el resto (53) puso pie en tierra en Fuerteventura. Medio centenar habría declarado ser menor de edad y entre ellos también figura un recién nacido.

El presidente Pedro Sánchez y su familia iniciaron el lunes pasado la segunda etapa de sus vacaciones en Lanzarote, una isla a la que hacía más de un mes que no llegaba ninguna patera. En 2022, la familia del presidente se instaló también en La Mareta, la residencia en Lanzarote de Patrimonio del Estado, el 3 de agosto. A partir de esa fecha se produjo una avalancha de pateras similar a la de estas últimas horas. Sánchez inició este año su descanso veraniego con su familia en Marruecos y solo después viajó a la isla acompañado por su esposa y sus dos hijas.

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Desde el Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote, aseguran que no se está batiendo un récord, sino que el fenómeno es achacable a la súbita mejoría de las condiciones meteorológicas y la calma de las mareas, según los medios de comunicación de la isla.

Antes incluso de que se produjera este repunte migratorio en Canarias, los datos que proporciona el Ministerio del Interior no eran satisfactorios para ese departamento. Durante los siete primeros meses de este año, la inmigración irregular que llegó a España por mar aumentó un 4% (15.603 llegadas). La que entra por tierra en Ceuta y Melilla, sobre todo saltando las vallas, experimentó, en cambio, una fuerte caída del 68,8% (571 entradas irregulares).

Tanto el presidente Sánchez como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han alardeado en múltiples ocasiones de la disminución de la inmigración, achacándola a la nueva relación establecida con Marruecos. El jefe del Gobierno la estableció alineándose, en una carta al rey Mohamed VI, el 14 de marzo de 2022, con la solución que propugna Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.

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“La relación entre España y Marruecos está arrojando en estos momentos aspectos muy beneficiosos para ambos países”, declaró, por ejemplo, Albares el 20 de junio en Córdoba, y citó en primer lugar la inmigración. Dos meses antes, el 19 de abril, Sánchez se expresó en los mismos términos en una comparecencia en el Congreso.

No es cierto que la ruta marítima migratoria llamada del Mediterráneo occidental (Magreb-España), y que incluye también Canarias, sea la única que experimenta un descenso esto año -sube un 4%- como alega el Gobierno, pero sí es la que menos aumenta en los siete primeros meses. La de Libia y Túnez a Italia se incrementó un 115% (87.026 inmigrantes) y la de Turquía a Grecia un 65% (7.205).

El fenómeno migratorio hacia España ha experimentado cambios estos últimos meses. Los senegaleses, y no los marroquíes, son los más numerosos en llegar a Canarias. Representan el 35,2% de los 8.818 sin papeles que pusieron pie en el archipiélago hasta el 6 de agosto, mientras que los marroquíes solo alcanzan el 25,3%, según un balance interno de Cruz Roja publicado por la agencia EFE. Los senegaleses que tocan tierra en El Hierro o en Tenerife suelen zarpar en cayucos desde las costas de su país, mientras que los que llegan a las islas más occidentales salen en lanchas neumáticas desde Marruecos y el Sáhara Occidental.

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El incremento de los senegaleses se explica, en buena medida, por la situación interna que vive el país. Ousmane Sonko, principal opositor al presidente Macky Sall, fue condenado en junio a dos años de cárcel y después su partido político fue disuelto, lo que provocó una oleada de protestas y disturbios.

Entre Marruecos y la Península, el flujo migratorio también se ha modificado. Han llegado más inmigrantes a Andalucía (5.282), sobre todo a Almería, hasta el 6 de agosto pasado, y casi los mismos a Murcia y Alicante (1.282). Pero, a diferencia de años anteriores, en el Levante español y en Almería los que desembarcan no zarparon de Argelia y además son en un 65% marroquíes. Zarparon de Marruecos, son originarios del Rif y muchos hicieron el viaje en lanchas del tipo phantom que también se utilizan para el narcotráfico.

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“Los medios utilizados antes para el transporte de droga están también siendo empleados ahora para el tráfico de personas”, señala la página de Facebook de la sección de Nador de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH). “Los traficantes están también tomando el control de la emigración”, afirma al teléfono Omar Naji, responsable de esta ONG en Nador.

Aunque desde el 2 de abril de 2022 no acepta repatriaciones de inmigrantes, Argelia mantiene a grandes rasgos el control de sus costas y se abstiene así de presionar a España por esa vía. Prueba de este control es que en lo que va de año llegaron a Baleares, donde todas las pateras que desembarcan tienen su origen en Argelia, solo 676 sin papeles, 155 menos que durante el mismo periodo de 2022.