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Frontera marítima, inmigración y petróleo: los temas ausentes de la visita canaria a Marruecos
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Frontera marítima, inmigración y petróleo: los temas ausentes de la visita canaria a Marruecos

La delegación, liderada por el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, evitará los asuntos espinosos y se limitará a las relaciones comerciales

Foto: El presidente canario, Ángel Víctor Torres. (EFE)
El presidente canario, Ángel Víctor Torres. (EFE)

La buena vecindad con Marruecos es necesaria, según el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Y como también es un socio estratégico, "si hay que tragar sapos, se tragan", como afirma el eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar. Frases para el manual de cómo resolver los conflictos pendientes que afectan a Canarias y que, al menos oficialmente, seguirán sin aclararse en la próxima visita al país del presidente regional, Ángel Víctor Torres. Ni las fronteras, ni la inmigración, ni las cuestiones relativas al petróleo se abordarán durante el encuentro, previsto para el miércoles y el jueves.

Es tradición que todos los jefes del Ejecutivo de las islas viajen a Marruecos. Cortesía y relaciones comerciales. Lo demás excede de las competencias autonómicas, son asuntos de Estado —y espinosos—, aunque sean vitales para el archipiélago, condicionado por los 100 kilómetros que separan las costas de ambos territorios.

Foto: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (3-i), y Mohamed VI de Marruecos (2-d). (EFE/Presidencia del Gobierno)

Un puerta con puerta que genera desencuentros de calado y que provoca preocupación en Canarias: la intención marroquí de ampliar su espacio marítimo; la búsqueda de petróleo cerca de las islas; las decisiones sobre el Sáhara, o la inmigración irregular. La cumbre entre España y Marruecos del pasado mes no contribuyó al optimismo. De las 12 páginas que contiene la declaración final conjunta, ni una sola línea se dedicó a los asuntos canarios pendientes.

Ni al optimismo ni a contrarrestar la antipatía que despierta en gran parte de la sociedad isleña el giro de Sánchez sobre el Sáhara, cuya causa independentista tiene un fuerte apoyo popular en el archipiélago. Los lazos con los saharauis vienen de lejos. Un gran número de canarios se asentaron en ese territorio cuando era español y, tras la Marcha Verde por la que Marruecos lo ocupó, las islas recibieron a los que huyeron.

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en un acto en Rabat en 2019. (EFE/Juanjo Martín)

Esa animadversión se visualizó en la soledad del presidente Torres y de su grupo socialista cuando el Gobierno central apoyó la postura de Marruecos por la que el Sáhara se convertiría en una autonomía. Así se lo hizo ver el resto de partidos que sustentan el pacto de gobierno en el archipiélago, que transitaron desde "esto es una traición" a "estamos ante una indecencia histórica".

Disputa por el monte Tropic y el petróleo

Una de las disputas clásicas entre vecinos tiene como eje el límite de sus propiedades, y así sucede en el caso de Canarias y Marruecos. El país africano declaró unilateralmente en 2019 la ampliación de su espacio marítimo hasta llegar a solaparlo con la zona económica exclusiva de las islas, aunque esa intención tendrá que negociarla con España bajo el auspicio de la ONU.

Desde el Gobierno autonómico, contundencia: "Canarias no cederá ni un solo milímetro de sus aguas a Marruecos", al tiempo que se asegura su participación en el proceso negociador con España para defender los intereses de las islas en la delimitación de la frontera marítima.

Foto: Atardecer en la costa canaria. (EFE/Carlos de Saá)

Detrás del interés marroquí hay un objeto de deseo al que también aspira nuestro país: el monte Tropic, situado a más de 400 kilómetros al sur de El Hierro, con minerales muy cotizados y necesarios para la fabricación de productos tecnológicos y energías renovables. Dada su profundidad, aún no existe la técnica adecuada para extraerlos, pero ambos países codician su explotación.

A este asunto se une la preocupación por las prospecciones petrolíferas que Marruecos realizará en sus aguas, aunque muy cerca de Lanzarote y Fuerteventura, alertando del posible impacto medioambiental. El ministro Albares intenta transmitir tranquilidad, asegurando que están vigilantes para que no se provoque ningún daño.

Una tranquilidad que no termina de llegar a las islas, especialmente sensibles con las exploraciones de hidrocarburos después del encarnizado enfrentamiento en la pasada década entre el Gobierno autonómico y el central por las autorizaciones que concedió a Repsol en aguas canarias. Finalmente, la compañía abandonó su intento, no sin antes registrarse manifestaciones multitudinarias en contra y hasta una petición de referéndum por el entonces presidente regional, Paulino Rivero.

Foto: El primer ministro de Marruecos, Aziz Akhannouch (d), y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)

Con ese recuerdo, el hallazgo de petróleo y gas por parte de Marruecos a tan solo 100 kilómetros del archipiélago provoca un amplio rechazo en sectores de la sociedad canaria, temerosos de posibles consecuencias en el turismo.

El 'abre y cierra' del grifo de la inmigración

También están muy presentes en la memoria de los canarios imágenes como las del "muelle de la vergüenza" de 2020 en la localidad grancanaria de Arguineguín, donde llegaron a hacinarse hasta 2.600 personas. Fue el año en que el grifo se abrió: de los 2.700 inmigrantes irregulares que arribaron en 2019, se pasó a 23.000.

En 2021, continuó esa llegada masiva, con más de 22.000, y fue el año pasado cuando al grifo se le dio una vuelta: las cifras disminuyen notablemente, un 29,7% y 15.682 llegadas, coincidiendo con el giro de Sánchez sobre el Sáhara avalando la tesis marroquí.

placeholder Un grupo de personas que llegaron a Arguineguín. (EFE/Ángel Medina G)
Un grupo de personas que llegaron a Arguineguín. (EFE/Ángel Medina G)

Con la insolidaridad generalizada en el resto de España y de Europa en la distribución de inmigrantes como telón de fondo, el motivo del descenso se explica en las islas en el regreso a la buena vecindad con Marruecos como valor a conservar.

Ni la inmigración ni otros temas de Estado se abordarán oficialmente en la visita que el presidente canario tiene prevista para el 15 y 16 de marzo, lo que no implica que sean invisibles. La delegación autonómica, a la que se sumarán representantes empresariales, tendrá prudencia, pero se cuidará mucho de no volver con las manos vacías.

Foto: Migrantes rescatados en Canarias. (Reuters/Borja Suárez)

Al menos, no en los asuntos económicos, porque habrá que taponar de alguna manera la vía de agua que genera la lenta negociación de las materias que más afectan al archipiélago y, contrariamente, de las que se carece de capacidad de actuación.

Marruecos es ese vecino puerta con puerta con el que podrías tener más relación. Las islas, a pesar de la cercanía, tienen apenas medio centenar de empresas en ese país y escasos acuerdos comerciales, a diferencia de otras comunidades como Cataluña o Andalucía, así que lo que se espera es ampliar ese margen con la estela de la nueva vecindad.

La buena vecindad con Marruecos es necesaria, según el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Y como también es un socio estratégico, "si hay que tragar sapos, se tragan", como afirma el eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar. Frases para el manual de cómo resolver los conflictos pendientes que afectan a Canarias y que, al menos oficialmente, seguirán sin aclararse en la próxima visita al país del presidente regional, Ángel Víctor Torres. Ni las fronteras, ni la inmigración, ni las cuestiones relativas al petróleo se abordarán durante el encuentro, previsto para el miércoles y el jueves.

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