Es noticia
España busca oportunidades de negocio en Marruecos tras la reconciliación
  1. España
GARAMENDI Y BONET, EN RABAT

España busca oportunidades de negocio en Marruecos tras la reconciliación

La Moncloa concederá 800 millones en créditos al país magrebí para financiar proyectos de empresas españolas y explora nuevos acuerdos energéticos en la cumbre de este jueves

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en un acto en Rabat en 2019. (EFE/Juanjo Martín)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en un acto en Rabat en 2019. (EFE/Juanjo Martín)

El giro de la posición española sobre el estatus del Sáhara Occidental se debió a la urgencia de frenar la inmigración irregular, pero puede acabar beneficiando los intereses de algunas empresas. Desde la reconciliación de hace un año con Marruecos, el Gobierno prioriza las buenas relaciones con un vecino incómodo a cualquier otra consideración, como la defensa de los derechos humanos o el cumplimiento de las resoluciones de la ONU sobre la antigua colonia. La Moncloa presume de que las llegadas a las costas españolas se han reducido un 30%, mientras aumentan en el resto de la frontera sur de Europa. Pero el utilitarismo del Ejecutivo no solo sirve para contener, sino también para desplegar: España quiere aprovechar el nuevo clima de distensión entre ambos países para encontrar oportunidades de negocio en Marruecos.

La reunión de alto nivel (RAN) que se celebrará el jueves en Rabat tendrá un alto contenido económico. El Gobierno se esmera en preparar el terreno para nuevas inversiones en un mercado emergente: España es el primer socio comercial de Marruecos, en una relación bilateral que mueve 17.000 millones de euros al año. La Moncloa enviará a la capital magrebí a 12 ministros, entre ellos, todos los del área económica, con la notable excepción de la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, que, al igual que los demás representantes de Unidas Podemos, se ausentará en protesta por la nueva política hacia el Sáhara. Pero el evento económico más relevante tendrá lugar el día anterior: los empresarios de ambos países se reunirán en un hotel de la capital para explorar negocios en ámbitos como el textil, la automoción, la economía circular y, sobre todo, las energías renovables.

Foto: Vista general del hemiciclo del Parlamento Europeo. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

El poder de convocatoria del foro, organizado por la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM), es de primer nivel. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, cerrarán la jornada, que contará con la presencia del líder de la CEOE, Antonio Garamendi, el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, o la ministra de Industria, Reyes Maroto, encargada del discurso inaugural. Sin embargo, fuentes de la patronal aclaran que el evento no forma parte del contenido oficial de la cumbre. Durante la última reunión de alto nivel entre ambos países, que tuvo lugar en Madrid hace siete años, ya se produjo un encuentro económico paralelo, pero esto no ocurre siempre, según recuerdan desde la CEOE.

El Gobierno califica de "histórica" la cita de esta semana, y se ha esforzado en transmitir que supondrá un antes y un después en las relaciones bilaterales. Pese a todo, fuentes de la Moncloa descartan que la declaración conjunta que salga de la RAN arroje grandes novedades políticas respecto a la que ya se pactó hace un año tras la reunión entre Pedro Sánchez y Mohamed VI, en la que España reconocía la propuesta autonomista de Marruecos como la mejor solución para el Sáhara a cambio de un "nuevo partenariado" basado en "el espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados". Esta vez, el interés está en los aspectos concretos, que se materializarán en la firma de una veintena de memorandos de entendimiento sobre diferentes cuestiones. Y ahí la economía ocupará un papel central.

El Gobierno quiere aprovechar el despliegue en infraestructuras de Marruecos para que las empresas españolas se lleven su parte

La principal novedad será un nuevo protocolo financiero para los próximos cinco años por valor 800 millones de euros, el doble que el anterior, que databa de 2008 y ya estaba caducado, tras beneficiar a siete proyectos. Se trata de una línea de financiación concedida por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a través del Fondo de Internacionalización de las Empresas que favorecerá a las compañías nacionales, pymes incluidas. El funcionamiento es el siguiente: España prestará dinero a las instituciones o negocios marroquíes en unas condiciones muy ventajosas para que se conviertan en clientes de las empresas españolas en el país vecino. Así, estas últimas podrán participar en los concursos sin necesidad de endeudarse, e irán recibiendo el dinero que Madrid dejó a Rabat a medida que vayan cumpliendo los hitos del contrato comercial.

Con este movimiento, el Gobierno quiere aprovechar el gran despliegue en infraestructuras que ha emprendido Marruecos durante los últimos años para que el capital nacional pueda llevarse su parte de la tarta, especialmente en el ámbito de la obra pública. A diferencia de lo que ocurre en otras naciones emergentes con las que tiene intensos lazos comerciales, como las latinoamericanas, España apenas ha sido capaz hasta ahora de entrar en el mercado marroquí de licitaciones. Las concesiones ferroviarias, donde ninguna compañía ha obtenido nada, constituyen el último fracaso. Sin embargo, Marruecos apostará fuerte por la media distancia durante los próximos años, lo que abrirá nuevas oportunidades en un país donde las empresas españolas invirtieron casi 2.000 millones de euros en 2021, solo por detrás de las francesas y las emiratíes.

Foto: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)

Rabat también está priorizando la energía, sobre todo tras el corte del suministro de gas argelino, que ha provocado problemas de desabastecimiento, además de perjudicar a España por el cierre del tubo Magreb-Europa, que pasa por territorio marroquí. Pese a no ser un gran productor de hidrocarburos, desde el estallido de la crisis inflacionista ha favorecido la entrada de empresas extranjeras para hacer nuevas prospecciones, al tiempo que va dando pasos hacia la concreción de una obra delirante: el gasoducto que uniría Nigeria con el Magreb, tras pasar por una decena de países.

Fuentes de la Moncloa recuerdan que la prioridad de España no se halla en estos proyectos, sino en el despliegue de las renovables, donde las empresas nacionales son punteras. De hecho, uno de los memorandos de entendimiento que se firmarán prevé nuevos mecanismos de cooperación para el desarrollo conjunto de tecnologías limpias. La monarquía del norte de África está llamada a jugar un papel central en el abastecimiento a Europa de energía solar o hidrógeno verde, y ya ha cerrado acuerdos con Alemania a tal efecto. Desde la CEOE reconocen que las mayores oportunidades se encuentran en este sector, en el que Marruecos prevé invertir más de 12.000 millones de euros durante los próximos años. También en ámbitos relacionados con los recursos hídricos, la agricultura, las desaladoras o el turismo.

Sin embargo, los intereses de Madrid van mucho más de las grandes inversiones. Según los datos facilitados por el Ejecutivo, actualmente existen 674 empresas españolas que generan 20.000 puestos de trabajo en territorio marroquí —muchas de ellas pymes—, 17.600 exportaron a ese país en 2021 y hasta 6.150 lo hacen regularmente. Mientras las importaciones de gas y las exportaciones de metales y productos elaborados a Argel se desploman por el giro político sobre el Sáhara, las ventas a Rabat suponen ya 9.500 millones al año, la mitad de todas las que van a territorio africano. El mercado marroquí crece, y España quiere aprovechar la oportunidad en los prolegómenos de una cumbre que, esta vez sí, tendrá un marcado carácter económico.

El giro de la posición española sobre el estatus del Sáhara Occidental se debió a la urgencia de frenar la inmigración irregular, pero puede acabar beneficiando los intereses de algunas empresas. Desde la reconciliación de hace un año con Marruecos, el Gobierno prioriza las buenas relaciones con un vecino incómodo a cualquier otra consideración, como la defensa de los derechos humanos o el cumplimiento de las resoluciones de la ONU sobre la antigua colonia. La Moncloa presume de que las llegadas a las costas españolas se han reducido un 30%, mientras aumentan en el resto de la frontera sur de Europa. Pero el utilitarismo del Ejecutivo no solo sirve para contener, sino también para desplegar: España quiere aprovechar el nuevo clima de distensión entre ambos países para encontrar oportunidades de negocio en Marruecos.

Macroeconomía Energía Rabat CEOE
El redactor recomienda