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La conversión definitiva de Susana Díaz al sanchismo: "Es el único que puede gobernar"
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La conversión definitiva de Susana Díaz al sanchismo: "Es el único que puede gobernar"

La expresidenta andaluza defiende la reedición de la mayoría con Sumar y los independentistas, la alianza que la llevó a liderar la rebelión de los barones que expulsó a Sánchez de Ferraz en octubre de 2016

Foto: Pedro Sánchez abraza a Susana Díaz. (Reuters)
Pedro Sánchez abraza a Susana Díaz. (Reuters)

En octubre de 2016, Susana Díaz patrocinó un golpe de mano que acabó con Pedro Sánchez expulsado de Ferraz para evitar que explorase un posible Gobierno de coalición con Podemos y fuerzas nacionalistas. El resto es historia. Díaz perdió las primarias por el control del PSOE, Sánchez se convirtió en presidente por una moción de censura apoyada por esas formaciones y, cinco meses después, la trianera perdió la Junta tras una alianza de PP y Ciudadanos apoyada por Vox. La política sevillana, ahora senadora por designación autonómica y habitual de las tertulias de televisión, ha pasado de liderar aquel golpe a asegurar que el presidente socialista es “el único que tiene opciones de gobernar” después de las elecciones generales de este domingo 23 de julio.

En una de sus intervenciones en Espejo Público, el programa que dirige Susanna Griso, la trianera defendió la necesidad de que el líder socialista forme un Gobierno “cuanto antes”. "Me parece que los españoles, con mucha claridad, dijeron que no quieren volver a etapas oscuras", lanzó Díaz, que considera que el resultado del 23-J es un rechazo a un Gobierno del PP de la mano de Vox. La expresidenta de la Junta no abundó especialmente en su opinión sobre los socios que Sánchez tendrá que buscar para reeditar su investidura. Ni tampoco abrió la puerta a pedir una abstención al PP o llegar a algún tipo de acuerdo con los populares para intentar una suerte de gran coalición.

Foto: Antonio Muñoz, exalcalde de Sevilla, junto a Juan Espadas y Javier Fernández de los Ríos. (EFE/Julio Muñoz)

Díaz culmina así su conversión definitiva al sanchismo después de ser la principal opositora del ahora secretario general del PSOE. Y eso a pesar de que fue ella quien bendijo el ascenso de Sánchez para presentarse en las primarias contra Eduardo Madina en 2014. “Este chico no vale, pero nos vale”. La frase se la atribuye a la trianera el periodista Jesús Maraña en ese contexto. Un año después, el líder socialista le devolvió el golpe. “Tú a San Telmo y yo a Moncloa”. Fue en la campaña de las andaluzas de 2015, cuando Pedro Sánchez lanzó esa consigna a Susana Díaz. Y lo que se suponía un piropo, un deseo bienintencionado, fue un dardo envenenado contra las aspiraciones nacionales de la trianera, que ya entonces empezaban a hacer un ruido sordo, pero constante.

En esas aspiraciones, después de muchas dudas, la apoyó la plana mayor del PSOE, con los barones territoriales y los históricos a la cabeza. En aquella campaña, Díaz recibió las bendiciones de Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba, Alfonso Guerra e incluso José Luis Rodríguez Zapatero, el apóstol de Sánchez y su talismán en la remontada del 23 de julio. Parte de la vieja guardia ha mantenido silencio, en el caso de González, o ha hecho un ruido que no ha sonado bien en ciertos sectores del PSOE, como ha ocurrido con Alfonso Guerra. Las palabras del histórico número dos de Felipe González generaron incluso una reacción entre veteranos del PSOE andaluz, que lanzaron un manifiesto en defensa del partido bajo el liderazgo de Sánchez, que tuvo su reflejo en otro similar con la firma de decenas de exministros de los gobiernos de González y Zapatero.

Susana Díaz planteó batallas soterradas a Pedro Sánchez hasta las elecciones de abril de 2019, en la conformación de las listas

Este miércoles, Nicolás Redondo Terreros protagoniza un acto que va encaminado por esas vías, en defensa de un entendimiento entre PSOE y PP. El argumento que utiliza el veterano exdirigente vasco pasa por la “excepción” que supone que en España los dos grandes partidos se hayan visto reforzados en detrimento de la ultraderecha. La caída de Vox contrasta con el éxito de partidos de su mismo corte en Hungría, Polonia e Italia o las buenas previsiones que tiene AfD en Alemania, segundo en las encuestas, por delante del SPD del canciller, Olaf Scholz.

Foto: Susana Díaz, en el Senado. (EFE/Zipi Aragón) Opinión
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Díaz está fuera de todo eso. En la campaña de las elecciones municipales se implicó y tuvo varias decenas de mítines en pueblos donde sus militantes la requerían después de notificarlos a las direcciones provincial y regional del partido. No ha ocurrido lo mismo en las elecciones generales, aunque es cierto que la mayor parte de esta campaña un tanto anómala se la han echado sobre los hombros los candidatos de las listas. Ha sido ahora cuando se ha pronunciado sobre una situación que recuerda mucho a aquel otoño de 2016.

Después de perder en las primarias, Díaz presentó cierta batalla e intentó enrocarse en Andalucía para volver a presentarse a unas elecciones. La derrota de 2018 casi acabó con cualquier opción de la trianera para resistir. Es cierto que no hubo choques públicos con Sánchez, pero sí pugnas soterradas, como ocurrió con la conformación de las listas de las elecciones generales de abril de 2019. La dirección de Sánchez acabó imponiéndose y, dos años después, promocionó a Juan Espadas para desalojar a Díaz de San Vicente y evitar que fuera la candidata a las elecciones autonómicas. Desde entonces, en público todo es calma. Pero no deja de llamar la atención esa defensa encendida de la conformación de un Gobierno con la izquierda y los independentistas. La sola posibilidad de esa alianza provocó hace siete años la mayor crisis interna que se recuerda en el PSOE y fue el principio del fin de la carrera política de Susana Díaz.

En octubre de 2016, Susana Díaz patrocinó un golpe de mano que acabó con Pedro Sánchez expulsado de Ferraz para evitar que explorase un posible Gobierno de coalición con Podemos y fuerzas nacionalistas. El resto es historia. Díaz perdió las primarias por el control del PSOE, Sánchez se convirtió en presidente por una moción de censura apoyada por esas formaciones y, cinco meses después, la trianera perdió la Junta tras una alianza de PP y Ciudadanos apoyada por Vox. La política sevillana, ahora senadora por designación autonómica y habitual de las tertulias de televisión, ha pasado de liderar aquel golpe a asegurar que el presidente socialista es “el único que tiene opciones de gobernar” después de las elecciones generales de este domingo 23 de julio.

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