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Vox se desinfla y pierde toda su fuerza en los grandes feudos
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Vox se desinfla y pierde toda su fuerza en los grandes feudos

La formación de Santiago Abascal, con 33 diputados al 99% del escrutinio, pierde 19 escaños respecto a 2019 y queda desplazada en feudos como Murcia o Ceuta. En Castilla y León, donde gobierna, pierde cinco asientos

Foto: Santiago Abascal comparece ante los medios en la sede de Vox en Madrid. (Europa Press/A. Pérez Meca)
Santiago Abascal comparece ante los medios en la sede de Vox en Madrid. (Europa Press/A. Pérez Meca)

Vox ha pinchado este 23-J y con ello ha lastrado las opciones de Alberto Núñez Feijóo de llegar a la Moncloa. La formación liderada por Santiago Abascal, con 33 diputados al 99% del escrutinio, ha quedado muy lejos de lo esperado y ha perdido buena parte de los 52 escaños que obtuvo en 2019 y su capacidad de influencia en 10 comunidades, especialmente en sus grandes feudos. Así, las expectativas de la derecha para echar a Pedro Sánchez quedan reducidas a la nada y con la gobernabilidad de España en el aire, pese al crecimiento del PP, que sube hasta los 136 representantes. El bloque no pasa de los 169 asientos en el Congreso.

Los peores presagios de las encuestas se han cumplido. El ambiente en la sede nacional era de funeral, pese al mensaje lanzado a última hora. Abascal dio la cara junto a su equipo —con rostro serio— para asegurar que están "preparados para hacer oposición o para una repetición electoral" y culpó al PP de hacer fracasar la "mayoría alternativa". La formación ultraconservadora, no obstante, no ha sido capaz de movilizar a su electorado en ninguna de las circunscripciones señaladas. Ni en la Región de Murcia, ni en Ceuta, donde fue la fuerza más votada en los últimos comicios, ni en regiones como Castilla y León, donde gobierna desde hace más de un año.

Foto: Pedro Sánchez se dirige a los votantes del PSOE concentrados en la sede de Ferraz, Madrid. (Reuters/Nacho Doce)

La formación ultraconservadora obtuvo en 2019 un total de 52 diputados y el 15,2% de los votos, con poco más de 3,6 millones de sufragios. Este domingo, el pinchazo ha sido notable y no ha llegado al 12,5% del electorado. En las generales de hace tres años y medio, Vox fue la primera fuerza en la Región de Murcia y Ceuta y tuvo una presencia importante en Castilla y León, Andalucía y la Comunidad de Madrid. El escenario ahora es muy distinto, aunque continúa como tercera formación en la Cámara, con tres millones de apoyos, y mantiene el tipo en Cantabria, Cataluña, Asturias y Aragón.

Vox se ha desplomado en todos sus feudos, desplazado por el PP y el PSOE. Ni en Murcia, ni en Ceuta, entre otros, ha calado el mensaje contra la inmigración ilegal y la seguridad, que sí tuvo éxito en el anterior precedente. En el primer caso, la formación ha perdido un diputado, pasando de dos a tres y del 28% al 22% de los votos en detrimento de los populares; mientras que en la ciudad autónoma ha hecho lo propio frente al PSOE, cediendo el único escaño que reparte esta circunscripción. Los de Abascal han pasado en Ceuta del 35,5% al 23% de los votos.

"Estamos preparados para hacer oposición o para una repetición electoral"

Santiago Abascal calificó de "muy mala noticia para los españoles" que Sánchez, "aun perdiendo las elecciones", tenga opciones de "bloquear o ser investido" presidente "con el apoyo" de los socios que han sostenido el Gobierno durante la última legislatura. El socialista, dice Abascal, estará sometido a "más capacidad de chantaje" de las fuerzas independentistas. La primera reacción a los resultados ha llegado pasadas las 12 de la noche. Antes, la cúpula nacional hizo acto de presencia para respaldar al candidato a la presidencia del Gobierno. "Hemos estado alertando de unas encuestas totalmente manipuladas", aseveró. El líder del partido, muy crítico con el PP, culpó a los sondeos electorales de la "desmovilización de una parte del electorado de la alternativa".

Desplazado en feudos

La pérdida de peso es notable. La formación ultraconservadora ha caído tres puntos porcentuales en términos generales, pero la sangría es mayor en la lectura por territorios. En Castilla y León, donde gobierna en coalición con el PP desde abril del año pasado, pasa del 16,8% al 13,6%, pasando de seis escaños a solo uno. En Extremadura y en Valencia, donde acaban de firmar un pacto de gobierno con los populares, ceden otros dos asientos en cada caso y pierden tres puntos.

La misma cifra que en Castilla-La Mancha, donde se desploma del 22 al 17%. En Andalucía, donde en las últimas elecciones generales llegó a los 12 representantes, este domingo no pasa de los nueve y cae del 20 al 15%. En la Comunidad de Madrid, también se deja dos asientos. La lista liderada por Abascal no pasa del 14% y queda relegada a cuarta opción, superada por Sumar. En Baleares, por su parte, el partido pierde un escaño.

Foto: Santiago abascal depositando su voto en Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La carta de presentación de Vox para las elecciones generales ha sido la misma que en ocasiones anteriores. El partido de Santiago Abascal apeló en todo momento a los puntos más reconocibles de su argumentario: familia, seguridad, soberanía energética y un discurso contra las "élites de Bruselas" y la Agenda 2030. Estos elementos han sido el hilo conductor durante toda la campaña, con una ofensiva total tanto en los mítines como en el único debate en el que participó el líder de la formación, la semana pasada, en RTVE frente a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Ni eso ni el polémico "Que te vote Txapote" han servido.

Los dos partidos de la derecha tienen imposible armar una coalición. La estrategia de Génova, centrada en que gobierne la lista más votada, alimentó el mensaje de Abascal para presentarse como la única garantía para expulsar a Sánchez. El líder de la formación ultraconservadora, aunque siempre mantuvo la mano tendida ante el PP, se afanó en criticar el plan de Feijóo, al que acusó de dejarles solos frente al sanchismo. "Han blanqueado al socialismo", espetó el presidente de Vox el viernes durante el mitin de cierre de campaña, en alusión a la oferta de los populares a los socialistas. Tampoco basta. Vox ha quedado completamente desdibujado.

Decepción en el electorado

La decepción por los resultados obtenidos se contagió fuera y dentro de la sede del partido. Vox preparó una fiesta que acabó siendo un simulacro. Menos de 200 personas se reunieron en el exterior del edificio de la calle Bambú 12, para seguir el recuento electoral. La preocupación de los presentes fue in crescendo a la par que el porcentaje del escrutinio. La dirección del partido evitó hacer excesivo ruido con la música y los electores. Consideraron que no era el momento adecuado. La imagen exterior mejoró ligeramente a última hora, coincidiendo con la intervención de Abascal desde la sede nacional. Varios dirigentes repartieron banderas de Vox a los últimos ciudadanos presentes para hacer del pinchazo un acto de unión.

Vox ha pinchado este 23-J y con ello ha lastrado las opciones de Alberto Núñez Feijóo de llegar a la Moncloa. La formación liderada por Santiago Abascal, con 33 diputados al 99% del escrutinio, ha quedado muy lejos de lo esperado y ha perdido buena parte de los 52 escaños que obtuvo en 2019 y su capacidad de influencia en 10 comunidades, especialmente en sus grandes feudos. Así, las expectativas de la derecha para echar a Pedro Sánchez quedan reducidas a la nada y con la gobernabilidad de España en el aire, pese al crecimiento del PP, que sube hasta los 136 representantes. El bloque no pasa de los 169 asientos en el Congreso.

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