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Sánchez y Díaz intentan asimilar al PP con Vox en un debate desvirtuado por la ausencia de Feijóo
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DEBATE ELECTORAL A TRES EN RTVE

Sánchez y Díaz intentan asimilar al PP con Vox en un debate desvirtuado por la ausencia de Feijóo

Los socios de coalición hicieron tándem contra un ausente Feijóo, a quien Sánchez reprochó que "le da vergüenza aparecer junto a Abascal". Díaz asumió un rol más beligerante contra el líder de Vox, con quien se disputa la tercera plaza

Foto: Los candidatos a la presidencia del Gobierno (i-d) Santiago Abascal, Yolanda Diaz y Pedro Sánchez, antes del inicio del debate en RTVE. (EFE/Juanjo Martín)
Los candidatos a la presidencia del Gobierno (i-d) Santiago Abascal, Yolanda Diaz y Pedro Sánchez, antes del inicio del debate en RTVE. (EFE/Juanjo Martín)
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El debate a tres en RTVE siguió el guion previsto por los participantes. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, por un lado, mimetizaron sus discursos, se complementaron e hicieron tándem para atacar a dúo a Santiago Abascal, como "representante" de un ausente Alberto Núñez Feijóo. El líder de Vox, por su parte, elevó el tono contra el Gobierno, tratando de presentarse como una alternativa con más decibelios que la del PP. Durante más de una hora y media, tuvo la oportunidad de hacerse ante la audiencia con el monopolio de la representación del bloque conservador. El auténtico dique de contención ante el sanchismo.

Enfrente, Díaz y Sánchez asentían cuando hablaba el otro y defendieron la continuidad del Ejecutivo de coalición con la estrategia de alentar el miedo a un cambio de Gobierno "negacionista" con el cambio climático, que apoya a los "machistas" o que busca "destruir" los avances sociales. "Son ustedes un tándem y un dúo que atenta contra la estabilidad de España", alertaba el líder de los socialistas.

Foto: Santiago Abascal, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. (Reuters/Violeta Santos Moura)

La candidata de Sumar asumió el papel más beligerante frente a Abascal, que por momentos desdibujó al presidente. Díaz protagonizó los principales choques dialécticos, en su particular lucha por la tercera plaza. La otra gran batalla del 23-J donde se juega el peso de los dos bloques en disputa. "Nos matan porque somos mujeres, y ustedes, negando las violencias sobre las mujeres", reprochó la gallega en uno de los momentos más tensos. Abascal echó en cara el resultado de la ley del solo sí es sí, refiriéndose a las excarcelaciones de violadores: "Han puesto a 117 monstruos como ese en la calle, y han rebajado la condena a miles". La ley trans y "el borrado de las mujeres" fue otra de las normas polémicas que más explotó.

Sánchez fue un convidado de piedra en estos asaltos entre Díaz y Abascal, y se centró casi en exclusiva en defender la gestión del Ejecutivo y sus planes para la próxima legislatura si logra reeditarse al frente de la Moncloa. Todo ello, con un perfil más institucional y presidenciable, por lo que entró menos al cuerpo a cuerpo. Díaz fue a por el votante progresista, ahora en la abstención, que nunca apoyaría a los socialistas. De forma reiterada, casi a la desesperada, pidió el voto para su formación. Sánchez fue a por el votante más centrado, para intentar revertir el trasvase de votos del PSOE al PP.

"No me duelen prendas, si puedo, gobernaré con Díaz", contraponía Sánchez en el bloque sobre los pactos electorales, para concluir que PP y Vox, "donde pueden sumar, gobiernan juntos". En este punto, explicó la ausencia del debate de Feijóo porque "le da vergüenza comparecer con Abascal". "No se avergüenza de sus votos ni de gobernar con ellos, pero al señor Feijóo le da vergüenza comparecer junto al señor Abascal", reprochó.

El candidato de la formación de ultraderecha se desmarcó criticando que Feijóo propusiese que gobernase la lista más votada. Para remarcar la necesidad de que Vox ate en corto al PP, ante su tentación de irse al centro, propuso que "los partidos acepten que preguntemos a los españoles en su conjunto sobre cosas que preocupan a los españoles". Una forma indirecta de presentar a Vox como garantía de que Feijóo no aplique políticas tibias. "Solo Vox se atreve al cambio de rumbo necesario", insistió al final del debate, durante su alegato en el denominado minuto de oro.

Foto: Los candidatos de Vox, Sumar y PSOE en el debate a tres sin Feijóo (EFE/Juanjo Martín)

Abascal evitó entrar en el marco de Feijóo, pese a los intentos de Sánchez y Díaz por unirlos y presentarlo como "vicepresidente" de Feijóo si gana las elecciones. El líder de Vox quiso poner en valor su proyecto, monopolizar la representación del bloque conservador e ignorar a Feijóo, defendiendo además que "no voy a hablar de él porque no está aquí para defenderse".

La decisión de Feijóo de no acudir el debate se defendió en Génova, precisamente, para evitar encuadrarse en el bloque de Vox, además de no caer en errores que revirtiesen los puntos ganados en el cara a cara. Los populares tenían claro ya antes del debate que su candidato se convertiría en el protagonista, pese a su ausencia, tanto a izquierda como a derecha. Su único riesgo, desinflar su llamada al voto útil en el bloque de la derecha. Tras el debate, en el PP se ratificaron en que su decisión de ausentarse fue la acertada.

Tanto Sánchez como Díaz se refirieron a Feijóo cada vez que se dirigían a Abascal para fijar el mensaje de que ambos irán de la mano y que no hay diferencias en sus políticas. "El señor Feijóo, representado hoy por Abacal"; "el modelo del PP y Vox"; "lo que plantean PP y Vox", o "las propuestas de PP y Vox" fueron algunas de las constantes en las intervenciones del líder socialista y de la candidata de Sumar. El nombre del ausente Feijóo fue mencionado hasta en 27 ocasiones. Solo dos de ellas por Abascal, para responder que no entraría a hablar por él, 10 por parte de Sánchez y 15 de Díaz, lo que da cuenta de la estrategia seguida por los socios de la coalición.

Foto: Los candidatos de Vox, Santiago Abascal; Sumar, Yolanda Díaz, y PSOE, Pedro Sánchez, en el debate. (Reuters)

El objetivo, confrontar proyectos con Vox, como una continuidad del modelo popular. De ahí que, ya en el bloque económico, Díaz girase la conversación al cambio climático, a propósito de las olas de calor, para defender una reindustrialización verde frente al negacionismo atribuido a Vox. Los tres candidatos se sintieron cómodos siguiendo el guion, casi repartiendo papeles.

Abascal ironizó con que "hablan del fin del mundo y no llegan a los españoles que no llegan a final de mes", para calificar la posición del Ejecutivo de coalición como "supremacista". "Quienes pagan el pato de las políticas verdes son los agricultores, los ganaderos y los españoles que no pueden entrar al centro de las ciudades porque no se pueden comprar un coche eléctrico", añadió, tras reprochar que en España se siguen las políticas de los "burócratas de Bruselas". Ahí fue donde Abascal asimiló a Feijóo con el pin de la Agenda 2030 que lucía Sánchez.

No hubo apenas discusión entre los candidatos del PSOE y de Sumar, más allá de que la vicepresidenta lanzó algunos mensajes para presentarse como garantía de que no se suba la edad de jubilación, de que se ataje el precio de la vivienda o para "sacar del cajón" la reforma fiscal. El presidente del Gobierno y candidato del PSOE ignoró, como viene haciendo durante los últimos días de campaña, la apelación al voto útil, enfocando sus esfuerzos en presentar a Feijóo y Abascal como un mismo proyecto. En frenar el trasvase de apoyos socialistas hacia el PP y movilizar a los indecisos. "Esto es lo que ha traído Vox a la política: odio, insultos y mentiras. Y por eso van a perder las elecciones, ustedes y el PP", remachó.

Mientras Díaz y Sánchez se tuteaban, llamándose por sus nombres de pila, se dirigían al líder de Vox como "señor Abascal". Ante la audiencia, dejaron bien delineado su tique electoral frente al "retroceso" que supone entrar en el "túnel tenebroso" de una coalición de derechas. Pidieron el voto para "evitar que el señor Abacal sea el vicepresidente de Feijóo".

Tras el debate, la lectura de Ferraz fue que Sánchez logró recuperar puntos tras el fallido cara a cara con Feijóo, "ante la clara opción de retroceso que significan Vox y Feijóo, que hoy ha optado por la espantada y no acudir al debate". Las encuestas ya no podrán dar cuenta de los efectos del debate, al celebrarse en los días que la ley electoral prohíbe su publicación. Sin embargo, la ausencia de Feijóo y el protagonismo del choque entre Díaz y Abascal anticipan que provocará más movimientos dentro de cada bloque que entre derecha e izquierda.

Fuentes de Génova replicaron que el de anoche fue un "debate de perdedores". "Lo que quieren los tres es impedir un Gobierno fuerte del PP", se limitaron a señalar, dando por zanjada la polémica de la ausencia de Feijóo.

El debate a tres en RTVE siguió el guion previsto por los participantes. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, por un lado, mimetizaron sus discursos, se complementaron e hicieron tándem para atacar a dúo a Santiago Abascal, como "representante" de un ausente Alberto Núñez Feijóo. El líder de Vox, por su parte, elevó el tono contra el Gobierno, tratando de presentarse como una alternativa con más decibelios que la del PP. Durante más de una hora y media, tuvo la oportunidad de hacerse ante la audiencia con el monopolio de la representación del bloque conservador. El auténtico dique de contención ante el sanchismo.

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