El PSOE gira la diana de sus ataques hacia el PP a rebufo de Zapatero: "El problema no es Vox"

La estrategia socialista de alentar el miedo a Vox no funcionó en las últimas elecciones andaluzas. Más bien al contrario. Fomentó el voto útil al PP de Juanma Moreno para que no dependiese de los de Santiago Abascal. Los barones socialistas ya evitaron agitar el miedo a la ultraderecha en la campaña de las autonómicas y municipales, conscientes de que esta estrategia no funcionaba. Pese a ello, el PSOE ha centrado la precampaña en apuntar al "retroceso" que supondría la formación de un gobierno con Abascal de vicepresidente. Cuando apenas resta una semana de campaña, los socialistas comienzan a virar esta fallida estrategia, poniendo en la diana de sus ataques al PP. A rebufo del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ha marcado esta línea, igual que en los territorios, donde ya evitaron plegarse a la estrategia de Ferraz.

El ya expresident de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, insistía en marcar esta línea en el mitin de campaña con Pedro Sánchez este sábado en la ciudad del Turia. "Nuestro problema no es ya Vox, es el PP como lo es de España". Se sumaba así a la misma reflexión del expresidente, que se está echando el peso de la campaña a sus espaldas, quien afirmaba el día antes que "lo que debe preocupar es que el PP esté en el gobierno, no Vox". El mismo análisis que hacen en otras federaciones.

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"El PP nunca necesitó a nadie para hacer recortes y retroceder en derechos. Con mayoría absoluta lo hicieron con el aborto o con el pacto de Estado contra la violencia de género. Entonces gobernaban sin los ultras y nunca necesitaron a nadie para retroceder", apunta un dirigente de la federación asturiana. Por convicción o por estrategia, la sensación extendida en otros territorios y barones del PSOE es que alentar el miedo a Vox no es la solución para revertir las encuestas. Es más, hasta podría tener efectos contraproducentes, facilitando el voto útil a Feijóo.

En la sala de máquinas de Ferraz evitan hablar de cambio de estrategia. Sobre todo, tras el debate cara a cara para no asumir improvisaciones tras la derrota, aunque este giro comienza a visualizarse tanto en las intervenciones de Sánchez como en su posición a rebufo de Zapatero. Y es que, como aseguran en la cúpula de Ferraz, el expresidente "se está coordinando" con la dirección de campaña. "Lo que Zapatero ha dicho es una verdad que ya se estaba avisando desde el PSOE. El PP ha asumido las políticas de Vox para tratar de capitalizar sus votos. Por eso el PP es el problema, y Vox su muleta necesaria. Feijóo ha tirado su reputación por tierra en poco más de un año", apuntan desde el partido.

"Zapatero pone el dedo en la llaga", consideran en el PSOE sobre aviso de que "el problema no es Vox, es este PP". Con ello tratan de visualizar que la papeleta de los populares no es para electores que se consideren moderados, pero no tanto por su dependencia de Vox, sino por el mismo hecho de que "en España con Feijóo funcionan como correa de transmisión del trumpismo". Esto es, "un PP ultraderechizado". Según las mismas fuentes, que niegan un cambio al asegurar que Sánchez ya venía insistiendo en ello, remarcan que el PP "ha comprado el programa de Vox y su objetivo es volver a meter dentro del PP a los que hace cuatro días se salieron" porque Vox "es una escisión del PP".

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En esta línea ratifican que "claro que el problema es que un partido que se dice democristiano y liberal" luego aplique "medidas de censura, borre puntos de atención a mujeres maltratadas o niegue el mismo término de la violencia de género". El jefe del Ejecutivo y candidato del PSOE a la reelección deslizó este giro ya durante su intervención este sábado en Valencia.

"Tenemos que ir a votar", aseguró, elevando el tono más contra el PP que contra Vox, porque "tan responsables son los que proponen a esta gente", en referencia a cargos negacionistas de la violencia de género o del cambio climático, "como los que votan a esta gente para ocupar estos puestos de responsabilidad". "Se llama claudicación ante el machismo", añadió para subrayar que esta es la "gran diferencia" porque "nosotros pactamos para sacar adelante derechos y ellos pactan con Vox para retroceder en libertades".

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Sin mencionarlo directamente, Sánchez apeló al voto útil porque "el PSOE es la única garantía de que España avance cuatro años más". Frente a derogar, derogar y derogar, repitió, "nosotros a avanzar, avanzar y avanzar". Voto útil, sí, pero también llamada a la movilización del electorado progresista que se abstuvo el 28-M. "Una abstención es un retroceso, como lo es votar a PP y Vox". "Hay que ir a votar al PSOE, no se puede quedar ni un voto en casa", según concluyó.

El mitin de Valencia sirvió para ensayar este cambio de estrategia que otros barones han pedido directamente. "Hay que ir a por el PP", indica un secretario general del PSOE que el pasado 28-M perdió la presidencia de su comunidad autónoma. Viraje en el discurso y también en la apelación a las emociones. De ahí que Sánchez tirase de la épica de su Manual de resistencia para intentar virar el ánimo en las filas socialistas hacia la remontada.

Tras el golpe del debate cara a cara, el jefe del Ejecutivo y candidato a la reelección del PSOE, ha tratado de mostrar capacidad de sobreponerse ante los baches en su mitin en Valencia, recordando que siempre ha ganado contra todo pronóstico. "Nunca lo hemos tenido fácil", arrancó refiriéndose a la historia fundacional del PSOE, para luego añadir que, "en mi historia también, siempre he tenido que luchar con todo enfrente".