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Zapatero se echa sobre sus hombros la campaña del PSOE y cuadruplica los mítines de Sánchez
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ELECCIONES GENERALES 23-J

Zapatero se echa sobre sus hombros la campaña del PSOE y cuadruplica los mítines de Sánchez

Según la lectura de Ferraz, el expresidente "suma", es un "gran activo" y en esta campaña "está que se sale". Un chute de energía entre las filas socialistas, que viralizan cortes de sus intervenciones en redes sociales

Foto: El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero durante un acto del PSOE con motivo del día internacional de la mujer en marzo. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero durante un acto del PSOE con motivo del día internacional de la mujer en marzo. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
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"Sí a todo". Esta fue la respuesta de Ferraz a la consulta del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero sobre si la dirección estaba de acuerdo en que asistiera a las entrevistas de campaña o los actos organizados por diferentes federaciones socialistas para el 23-J a las que estaba siendo invitado. El protagonismo de Zapatero en la campaña del PSOE, como punta de lanza en la defensa del Gobierno de coalición y de su presidente, Pedro Sánchez, es una decisión personal pero coordinada con la cúpula del partido. Según la lectura de Ferraz, el expresidente "suma", es un "gran activo" y en esta campaña "está que se sale". Tanto es así que la caravana B que encabeza acumulará el triple de mítines que los de Sánchez en lo que resta de campaña.

El candidato socialista se limitará a dos actos fuera de Madrid, el del próximo sábado en Valencia y el del día siguiente en Barcelona. El cierre de campaña será en Madrid, previsiblemente en uno de sus bastiones en el sur de la comunidad. Por el contrario, Zapatero acumulará al menos una docena de mítines por diferentes territorios. Entre ellos se incluyen el acto central en Valladolid, que celebrará la federación castellanoleonesa con sus cabeza de lista y el secretario general, Luis Tudanca, y el cierre de campaña en Sevilla de la federación andaluza, informa Carlos Rocha.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, y el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un acto de Igualdad el pasado miércoles. (EFE/Zipi)

Sin complejos, Zapatero compagina la reivindicación de su legado, ya completamente rehabilitado por la izquierda, con la estrategia de pinchar lo que se ha denominado la "burbuja sanchista". Esto es, según sus palabras, negándose a "tolerar más infamias" contra "un presidente honesto y limpio" y dando la batalla para que "la verdad histórica prevalezca". Sin corsé institucional, Zapatero ha irrumpido en el momento de mayor pesimismo en las filas socialistas, tras la debacle del 28-M, para insuflar ánimos y arengar a los suyos desde el patriotismo de las siglas.

Un chute de energía entre las filas socialistas, que viralizan cortes de sus intervenciones en redes sociales, y la pauta que posteriormente ha ido siguiendo el propio Sánchez. En ocasiones, hasta tomando prestadas algunas de las expresiones utilizadas previamente por Zapatero. Aunque los expresidentes tienen fama de decir lo que quieren y no dejar sus discursos a la supervisión de las estructuras orgánicas de turno, en esta ocasión la coordinación con Ferraz es reconocida y patente. De hecho, no solo está protagonizando entrevistas y mítines, sino también actos organizados por el partido, como la jornada Orgullosa Familia Socialista.

Un encuentro que se encargó de clausurar en Ferraz y con el PSOE conmemoró la celebración del Orgullo LGTBI. Entonces, como punta de lanza de la campaña, lanzó uno de los mensajes que ahora centran el argumentario de los socialistas: votar el 23-J para no "volver atrás en la discriminación y el odio".

El presidente evita más sus reflexiones biográficas u opiniones personales para priorizar los mensajes de campaña del PSOE. Un expresidente del Gobierno convertido en una suerte de portavoz de campaña, con una implicación que hasta ahora no había asumido ninguno de sus homólogos ni en el PSOE ni en el PP.

Foto: El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se fotografía con militantes del PSOE. (EFE/Kai Försterling)

Zapatero ya contribuyó con su partido en la pasada campaña de las elecciones municipales y autonómicas, incluso dejándose ver por Ferraz coincidiendo con la celebración de algún comité electoral, pero de cara a las generales ha dado un salto cualitativo. El motivo es que considera que dentro de doce días se celebran "las elecciones más decisivas en 20 años", según argumentaba este domingo en su última entrevista, concedida a Infolibre. A ello añadía como un "deber cívico absoluto comparecer, hacer alegatos y explicar lo que se juega España el 23 de julio".

El legado de sus políticas en derechos civiles ha logrado imponerse en la memoria a su abandono precipitado de la presidencia, que se produjo tras poner en marcha, en plena crisis económica, una serie de reformas consideradas antisociales por la izquierda y que empujaron el surgimiento del movimiento de los indignados. Su pacto con el PP de Rajoy para reformar el artículo 135 de la Constitución y consolidar así las políticas de austeridad, cuando la prima de riesgo sobrepasó por primera vez los 400 puntos, lo puso luego en la diana de Podemos. Un elemento, como reflejo de viejo bipartidismo y la sumisión del PSOE a los poderes económicos, que los morados utilizaron para mostrarse antagónicos a los socialdemócratas. No tardaron en indultarlo y ahora la relación del expresidente con sus dirigentes, así como con el exvicepresidente Pablo Iglesias, es cercana y de reconocimiento mutuo. El día del Orgullo LGTBI recibió uno de los premios otorgados por el ministerio de Igualdad.

La otra pata de la caravana B del PSOE la cubre Nadia Calviño, buscando apelar a un voto más moderado. Como apelaba la vicepresidenta primera el pasado viernes durante la presentación del programa, con un "proyecto progresista, centrado, claro y coherente que permitirá seguir con el crecimiento económico, lograr el pleno empleo y la estabilidad fiscal y financiera". La estrategia de Sánchez pretende frenar el trasvase de votos del PSOE al PP, y de ahí que en el mismo acto, su última aparición pública antes de encerrarse a preparar el debate cara a cara de este lunes, pidiese el voto "a quienes votaron al PP y se sienten avergonzados de los pactos de Feijóo con Abascal".

Desde el entorno de Calviño ya destacaron de cara al 23-J su "implicación con el proyecto", pese a no tener carné socialista ni concurrir en las listas, y lo está demostrando con creces. La vicepresidenta primera viene ejerciendo desde hace meses como escudera económica de Pedro Sánchez, situándose en la primera línea del frente político del PSOE para proteger al presidente y en la campaña del 28-M intensificó su participación en actos de partido. Su papel se centra principalmente en confrontar con el PP en economía. En mostrar solvencia y confianza, además de insistir en los buenos datos macroeconómicos, frente a la supuesta falta de alternativa.

"Sí a todo". Esta fue la respuesta de Ferraz a la consulta del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero sobre si la dirección estaba de acuerdo en que asistiera a las entrevistas de campaña o los actos organizados por diferentes federaciones socialistas para el 23-J a las que estaba siendo invitado. El protagonismo de Zapatero en la campaña del PSOE, como punta de lanza en la defensa del Gobierno de coalición y de su presidente, Pedro Sánchez, es una decisión personal pero coordinada con la cúpula del partido. Según la lectura de Ferraz, el expresidente "suma", es un "gran activo" y en esta campaña "está que se sale". Tanto es así que la caravana B que encabeza acumulará el triple de mítines que los de Sánchez en lo que resta de campaña.

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