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Sánchez solivianta a su partido al situar a Nadia Calviño en el centro de la campaña
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La estrategia socialista

Sánchez solivianta a su partido al situar a Nadia Calviño en el centro de la campaña

Malestar en el PSOE por el protagonismo de la vicepresidenta pese a que rechazó ir en las listas. Ven un error volver a fiar todo a la economía después del "fracaso" de los anuncios del 28-M: "Esa bandera es del PP"

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con su vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/Chema Moya)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con su vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/Chema Moya)
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“Nosotros tenemos a Nadia, ellos no tienen a nadie”. Con este eslogan irrumpía ayer la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la campaña del PSOE. Para sorpresa de las filas socialistas, la dos de Pedro Sánchez daba una rueda de prensa desde la calle Ferraz. El desconcierto, según fuentes del partido, fue mayúsculo, dado que Calviño, además de no ser militante, no va en las listas. Desde el socialismo, interpretan que si ella hubiera querido encabezar junto con Sánchez la candidatura por Madrid lo hubiera hecho y, por eso, su baja se lee en clave de “deserción”. “Nos ha dejado tirados”, lamentan desde los territorios, donde no se entiende el protagonismo “desmesurado” para una “tecnócrata sin carné”. Sánchez ya colocó a Calviño en el Comité Federal. La vicepresidenta estará hoy en El intermedio, un formato nada habitual.

Los hay que tiran de ironía para cuestionar una decisión que atribuyen directamente al presidente. “Nadia es nadie”, destacan en un juego de palabras que circuló como la pólvora en los chats de los más críticos con el sanchismo. Sánchez ha vuelto a dar un giro de guion a la estrategia. Si hace apenas una semana el mensaje era frenar la “ola reaccionaria” que el 28-M ha dejado el poder territorial en manos del PP, ahora la consigna es centrarse en la economía. El presidente ha asumido en primera persona la planificación y los mensajes de cara al 23-J. El varapalo del 28-M le ha llevado a desconfiar de su equipo más cercano. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y su jefe de gabinete, Óscar López, se limitan a asentir, según confirman desde la Moncloa.

Foto: Pedro Sánchez conversa con Félix Bolaños. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

No hay un contrapeso al presidente y desde Ferraz lamentan que se caiga en los mismos errores de los comicios de mayo. Alertan de que el discurso económico y la gestión fueron “inocuos” para movilizar al electorado. En la campaña, recuerdan, hubo promesas para todos los colectivos, desde los jubilados a los jóvenes y las mujeres. También aprobó el Consejo de Ministros ayudas para los agricultores. “No funcionó”, sentencian barones socialistas, que lo atribuyen a que el PP es el que tiene fama de “buen gestor”. Las mismas fuentes explican que Alberto Núñez Feijóo no necesita presentar un gurú económico para que los ciudadanos confíen en su marca como sinónimo de estabilidad.

“No tienen que debatir con nadie”, aseguran en alusión al órdago que la vicepresidenta ha lanzado al PP para que “alguien” protagonice un cara a cara económico con ella, como el de Pedro Solbes y Manuel Pizarro. En el PP, descartan mover ficha en este sentido. Coinciden con el PSOE en lo “ridículo” de que pida un debate quien ni siquiera se presenta para que los españoles juzguen su trabajo en los últimos años. Los cuadros socialistas tienen su propia teoría sobre el plan de Calviño para después del 23-J. Los sondeos son poco halagüeños y, salvo remontada de última hora, parece complicado que Sánchez repita. En este escenario, apuntan que la vicepresidenta primera tendría la intención de volver a Bruselas como comisaria por la cuota socialdemócrata.

Foto: La vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Nadia Calviño. (EFE/Fernando Alvarado)

Calviño ha sido una pieza fundamental para labrar la imagen positiva que en Europa tienen de Sánchez. Su pasado como directora general del Presupuesto de la UE ha abierto muchas puertas al presidente y ha sido la perfecta correa de trasmisión para la llegada de los fondos a España. De hecho, su equipo en aquella etapa es el que hoy acompaña a Valdis Dombrovskis, responsable de la financiación. Tras el 23-J, si no hay gobierno socialista, pedirá que se le devuelvan los favores aprovechando que Sánchez es el actual presidente de la Internacional Socialista.

La relación de ambos se ha ido afianzando durante estos años. La vicepresidenta ha tenido sonados enfrentamientos con los ministros de Podemos. La salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo supuso un respiro para ella, aunque mantuvo el pulso con José Luis Escrivá y Yolanda Díaz. Con la última, ha ido limando asperezas y ambas se convirtieron en las “imprescindibles” del presidente en el Consejo de Ministros. Aunque ayer mismo desdeñó el papel de Díaz y de Podemos en la obra económica del Gobierno de coalición. "No ha tenido prácticamente influencia", dijo desde la sala de prensa de Ferraz.

En el partido, no despierta simpatías, menos en un momento en que los ánimos están bajos. Pese a que Calviño ha ido forjándose un perfil político y ha defendido desde la bancada azul la posición con más entusiasmo que muchos compañeros militantes, se la observa con recelo, según reconocen cargos socialistas que están en modo sálvese quien pueda. En los territorios, se mira con distancia a la Moncloa. No se espera una gran movilización de los cuadros en la campaña. Sánchez es consciente y manejará bien los espacios y tiempos de sus mítines. De momento, se hace selfis con los coordinadores del programa electoral: Cristina Narbona, María Jesús Montero, Idoia Mendia, Félix Bolaños, Teresa Ribera, José Luis Escrivá y la propia Calviño. “Los enterradores”, les renombraron en los chats internos.

“Nosotros tenemos a Nadia, ellos no tienen a nadie”. Con este eslogan irrumpía ayer la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la campaña del PSOE. Para sorpresa de las filas socialistas, la dos de Pedro Sánchez daba una rueda de prensa desde la calle Ferraz. El desconcierto, según fuentes del partido, fue mayúsculo, dado que Calviño, además de no ser militante, no va en las listas. Desde el socialismo, interpretan que si ella hubiera querido encabezar junto con Sánchez la candidatura por Madrid lo hubiera hecho y, por eso, su baja se lee en clave de “deserción”. “Nos ha dejado tirados”, lamentan desde los territorios, donde no se entiende el protagonismo “desmesurado” para una “tecnócrata sin carné”. Sánchez ya colocó a Calviño en el Comité Federal. La vicepresidenta estará hoy en El intermedio, un formato nada habitual.

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