Sánchez logra una tregua y aplaza su sucesión: "Dejaré de ser presidente, pero no el 23-J"

La ausencia de los principales barones críticos en el Comité Federal del PSOE, Emiliano García-Page y Javier Lambán, ha despejado la amenaza de conflicto interno a las puertas de la campaña electoral por los cambios en las listas de varios territorios impuestos por Ferraz. El incendio que asomaba en el máximo órgano de decisión entre congresos celebrado este sábado quedó controlado. Al menos, hasta el 23-J. De los resultados de las generales dependerá que quede también sofocado. El día después está en mente de todos, y el pulso por las listas deja su poso. Según fuentes presenciales, se sucedieron las apelaciones a la necesidad de mantener unido al partido. Una arenga que ya lanzó Pedro Sánchez en su primera intervención en abierto. Ya a puerta cerrada, el presidente del Gobierno y líder de los socialistas exhortó a los suyos a alejar el ruido: "Las cosas se dicen aquí".

Un reproche directo a los barones que públicamente habían protestado no solo por las listas, sino también por el diseño de la campaña. En su mayoría responsabilizaron a Ferraz de los malos resultados por "nacionalizar" la campaña. El dictamen de las listas se votó a mano alzada y se aprobó por unanimidad. La cercanía de las elecciones y la asunción de que "todos somos conscientes de lo que hay y de que nos jugamos muchos" ha facilitado también la tregua en el partido. Más o menos afines con el secretario general, o más o menos críticos con la gestión de la campaña del 28-M, la mayoría de dirigentes socialistas comparte la necesidad de tener los mejores resultados posibles y aplazar otros debates internos.

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"Nos va a todos la vida en ello", explicaba uno de los alcaldes de grandes ciudades que han logrado mantener el bastón de mando a la salida de la reunión. "No vale que cada uno se intente salvar a sí mismo si no nos salvamos todos", añadía. El mensaje es claro y compartido. Las diferencias internas, por tanto, quedan aparcadas hasta el día después de las elecciones. Esta es la máxima con la que salieron los principales dirigentes que acudieron al cónclave.

La motivación en las filas socialistas deja mucho que desear tras la debacle de las elecciones municipales y autonómicas, pero se ha pedido pensar sobre todo en las siglas. "Venimos de lo que venimos, pero el partido tira mucho y hay que sacarlo adelante", argumentaba uno de los barones derrotados en las pasadas elecciones. Incluso los más afines a Sánchez reconocen que su líder no está en el mejor momento de ánimo, pero sí que se está pasando página para dar la batalla contra PP y Vox con la convicción de que "si alguien puede es él".

El propio Sánchez lanzó un mensaje con una doble lectura en su intervención final para replicar a los 21 turnos de palabra que se sucedieron en el comité. En clave motivacional y de sucesión. "Sé que algún día dejaré de ser presidente, pero no el 23-J", afirmó según varias fuentes presenciales. En esta línea aseguró que no veía visos de un cambio de ciclo y llamó la atención sobre "la nobleza y la verdad" de su discurso. Llamó a seguir este camino por lo "decisivo" de estas elecciones. El centro de la campaña será la gestión y el proyecto que proponen los socialistas para "la mejor España", aunque no por ello dijo que deberían "dejar de advertir a la ciudadanía lo que representan el PP y Vox".

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En la dirección socialista ponen énfasis en la aprobación de las listas por unanimidad y se apresuran a intentar pasar página por el conato de rebelión interna de algunos barones. Por el momento, al menos se ha querido dejar aparcado. La prioridad son las elecciones y se aplaza cualquier otro debate. Algunos hablan de las posibilidades de ganar bajo la premisa de apelar al "voto útil" y de que "Feijóo siga cometiendo errores". Otros, menos optimistas, se limitan a visualizar unos resultados competitivos que les den un grupo parlamentario fuerte.

Clave sucesoria

Ferraz impuso a última hora modificaciones en las listas que llegaron de los territorios, reculando en el caso de Castilla-La Mancha, pero revolucionándolas en el de Castilla y León, Aragón y Comunidad Valenciana. De los dos secretarios generales de las federaciones afectadas presentes, solo el castellanoleonés encendió el debate con sus protestas. Luis Tudanca, a pesar de ser uno de los barones más afines a Pedro Sánchez, se mostró dolido por su desautorización al cambiarse las listas de Valladolid y Ávila. Una decisión que no compartió, y que en público ya calificó de indignante y decepcionante. Con todo, acto seguido aseguró que acataba la decisión y, en línea con el resto de intervenciones, se sumó a la repetida petición de "unidad" para afrontar el 23-J. Miembros de la ejecutiva destacaban luego su intervención "respetuosa", pese al reproche, y valorando su honestidad y "ánimo de remar todos juntos".

El barón extremeño, Guillermo Fernández Vara, realizó una intervención en la línea de llamar a la "lealtad" y a la "unidad", que todos interpretaron dirigida a los ausentes Page y Lambán, en clave de patriotismo de partido. "En clave de siglas y de remar todos en la misma dirección", resumía otro barón. No es el momento de cuitas internas y así se expresaron también otras voces de autoridad como la del alcalde de Vigo, Abel Caballero. De hecho, uno de los presentes añade que Page y Lambán, de forma indirecta por su ausencia y crítica pública, "se llevaron algún que otro copón", aun sin mencionarlos directamente.

Si el debate más externo que interno en el PSOE sobre la hipotética sucesión lo despejó Sánchez de un plumazo —"algún día dejaré de ser presidente, pero no el 23-J"—, Ximo Puig hizo lo propio en clave autonómica. "Voy a seguir trabajando como he trabajado siempre", advirtió, incidiendo en que iba a "seguir" al frente de la federación valenciana tras perder la presidencia. "Un mensaje a navegantes", leyeron algunos de los miembros del Comité Federal de su federación, en clara alusión a los líderes provinciales de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, y Alicante, Alejandro Soler.

Los cambios del PSPV que fueron vetados por la dirección federal, posicionándose de lado de las ejecutivas provinciales y evitando a los afines que Puig había situado en las listas. Entre ellos, Alfred Boix, uno de los colaboradores más estrechos del de Morella en Presidencia de la Generalitat, secretario autonómico de Promoción Institucional, Comunicación y Prospectiva, y exsecretario de Organización del PSPV. Fuentes del entorno de Puig reconocen que esta decisión "lo deslegitima" en su territorio. El 23-J ha obligado a un paréntesis. El día siguiente, todo cambiará de nuevo en función de lo que suceda en las urnas, sobre todo en clave sucesoria.