Ximo Puig frena el primer golpe de Bielsa, el alcalde del PSOE que aspira a sucederle

Primer conato de rebelión interna contra el presidente en funciones de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig. El barón socialista valenciano se ha visto forzado a dar un golpe en la mesa para corregir la propuesta de lista al Congreso y al Senado recibida desde la ejecutiva provincial de Valencia controlada por el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, considerado el principal aspirante a la sucesión en el liderazgo de la federación valenciana. Bielsa configuró el miércoles una candidatura con personas no consensuadas con Puig, en lo que se ha interpretado por las distintas familias como una primera demostración de intenciones. Ha sido un desafío y una provocación, según la opinión del 'ximismo', un error de cálculo en un momento complejo para los socialistas, a la puerta de la campaña de las generales. Para los afines a Bielsa, sin embargo, el aspirante ha lanzado un mensaje velado de que la autoridad del 'president' ya no es la misma y que sus planes de sostenerse como líder de la oposición tras haber perdido el poder en las urnas el pasado 28 de mayo no cuentan con la unanimidad del partido.

La dirección autonómica del partido ha elevado a Ferraz un dictamen con modificaciones en la candidatura de Bielsa. No había discrepancias en la cabeza de lista ni el número dos a la Cámara Baja, reservados para la ministra de Ciencia, Diana Morant, y el exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Pero sí en puestos sucesivos y en la elección de los candidatos al Senado. Mientras Puig estaba dejando trabajar inicialmente en agrupaciones para situar al actual presidente del Puerto de Valencia, Joan Calabuig, la ejecutiva provincial de Bielsa optó por colocar el nombre del alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, que acaba de revalidar el cargo con mayoría absoluta.

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Finalmente no han sido ni Calabuig ni Sagredo los elegidos por Puig, sino Alfred Boix, uno de sus colaboradores más estrechos del de Morella en Presidencia de la Generalitat, secretario autonómico de Promoción Institucional, Comunicación y Prospectiva, y exsecretario de Organización del PSPV. No ha sido el único en entrar sustituyendo uno de los nombres propuestos por Bielsa. Carmen Martínez, exalcaldesa de Quart Poblet, ocupará el tercer puesto por Valencia al Congreso en lugar de Pilar Sarrión. Vicent Sarrià, también afin a Puig, permanecerá en cuarta posición, con opciones de repetir. Marta Trenzano, alcaldesa de Algemesí, ocupará el quinto puesto en sustitución de María José Mira, que se ha visto inmersa sin querer en la lista inicial y en la guerra cruzada.

La correción supone una desautorización clara a los planes de Bielsa, al que el 'ximismo' reprocha no haber cumplido los acuerdos y haber buscado el choque con la autoridad de Puig. ¿Error de cálculo o gesto de rebelión premeditada? El alcalde de Mislata, principal candidato además para ocupar la presidencia de la Diputación de Valencia si cierra un acuerdo con el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez (Ens Uneix), se está postulando como alternativa a Ximo Puig cada vez de forma menos disimulada.

Pese a disfrutar de buena relación con Gabriela Bravo, pareja del 'president' y con mucha influencia en la toma de decisiones, Bielsa no ha dudado en posicionarse contra los intereses del 'ximismo', con el fin de aglutinar a las familias y sectores que esperan un cambio en el liderazgo para encarar los cuatro años en la oposición. Cuenta con el respaldo de alcaldes jóvenes del partido que han ganado las elecciones y han revalidado sus puestos pese a la derrota en la Generalitat, principalmente en el área metropolitana de Valencia, como el propio Sagredo. La inclusión de Martínez por parte de Puig en el Congreso busca ganar apoyos en esa comarca de L'Horta para compensar el movimiento que se está produciendo en torno a Bielsa. También del alcalde de Sagunto, Darío Moreno, antiguo jefe de gabinete de Bravo, apoya al de Mislata.

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Agencias

En Alicante, los sectores críticos se concentran en torno a la figura de Alejandro Soler, secretario provincial, que no puede presumir de un gran resultado electoral (es de Elche, donde el PSOE va a perder la alcaldía por un pacto PP-Vox), pero que está lanzando gestos de confluencia de intereses con Bielsa. De todas formas habrá que ver qué posición adopta finalmente Soler en el caso de enfrentamiento directo en clave interna. Hay quien lo ve moviendo hilos para terminar promoviendo a un tercero, un tapado, el alcalde de Elda, Rubén Alfaro. Puig también ha enmendado la propuesta de listas de Soler, sacando a Ángel Franco del Senado para incorporar a Antonia Moreno y Toñi Serna, aunque es probable que los socialistas solamente logren un acta de las cuatro en juego.

La clave en el futuro a medio plazo en el liderazgo del PSPV, la segunda federación en número de militantes tras Andalucía, está en el resultado de las elecciones generales del 23 de julio. Si Pedro Sánchez es derrotado y desbancado de la Moncloa por el popular Alberto Núñez Feijóo, con o sin Vox, es muy probable que se abra un intenso debate interno en el PSOE sobre la continuidad del actual presidente del Gobierno. El escenario de un congreso federal extraordinario en otoño no es para nada descartable. La cuestión es si ese congreso vendrá sucedido de una cascada de congresos autonómicos para renovar los liderazgos territoriales.

En el entorno de Ximo Puig hay quien contempla la opción de evitar esa convocatoria extraordinaria y celebrar congreso ordinario en 2025, manteniendo al actual barón valenciano como principal referencia de la oposición al popular Carlos Mazón. El movimiento de Bielsa, al que Puig ha parado el primer golpe desautorizando sus listas, busca evidenciar que no todo el partido piensa lo mismo. El pulso interno no ha hecho más que empezar y las familias han comenzado a tantearse. En 1995, cuando Joan Lerma perdió la Generalitat ante Eduardo Zaplana, los socialistas valencianos tardaron casi dos décadas en recuperar cierta estabilidad y resolver la conflictividad interna. No han pasado ni diez días desde la derrota del pasado 28 de mayo y vuelve el belicismo orgánico. Winter is coming.