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Sánchez busca la remontada con un esprint final en ocho provincias donde el escaño vale el doble
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Planta una comparecencia en la UE

Sánchez busca la remontada con un esprint final en ocho provincias donde el escaño vale el doble

El PSOE ha cambiado el paso de su campaña. En la última semana, se han improvisado mítines y dirigido la publicidad en redes a los electores de circunscripciones donde se juegan, por pocos votos, arañar diputados al bloque de la derecha

Foto: El presidente del Gobierno y candidato a la reelección por el PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de campaña en San Sebastián. (EFE/Juan Herrero)
El presidente del Gobierno y candidato a la reelección por el PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de campaña en San Sebastián. (EFE/Juan Herrero)
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En el PSOE, quieren transmitir que hay partido. Un margen para la remontada a cinco días de las elecciones generales del 23-J que no solo alimentan apelando a la épica, la de un Sánchez que siempre ha vencido "contra todo pronóstico", sino cambiando su estrategia en la recta final de campaña para enfocarse en ocho circunscripciones concretas. Aquellas en las que, según sus encuestas, pueden arañar diputados al bloque de la derecha al depender de un puñado de votos. Un escaño que vale doble al cambiar de manos, pues se resta a la derecha y se suma a la izquierda. Mientras que los socialistas confían "absolutamente" en que pueden dar la vuelta a los bloques si se hacen con entre siete y ocho escaños de la derecha en estos territorios que tienen "localizados", Alberto Núñez Feijóo alertaba este martes en una entrevista en Antena 3 de que si no se concentra el voto conservador en el PP, "hay riesgo de que no se sume y que volvamos al sanchismo".

El pasado domingo por la noche, la dirección de campaña del PSOE giró la estrategia focalizada casi únicamente en los platós, sin actos de partidos, y apostó por improvisar mítines de su candidato en Huesca y San Sebastián. Por ir a pelear esos escaños en juego desplazándose al territorio. Palmo a palmo. El jueves será el turno de Lugo y se deja en el aire añadir otra cita más al cierre de campaña en Getafe (Madrid) para hacer doblete con un acto esa mañana. Todo ello, a costa de amputar la agenda internacional de Pedro Sánchez, así como de un "sobreesfuerzo". Así fue como calificó el propio jefe del Ejecutivo la decisión que lo llevó a viajar de Bruselas a Huesca, en avión privado, para participar durante escasos 20 minutos en un mitin y regresar de nuevo nada más acabar su intervención con el objetivo de participar al día siguiente en la segunda jornada de la cumbre UE-Celac.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto en Alicante. (EFE/Morell)

El presidente del Gobierno y candidato del PSOE a la reelección sacrificó el lunes la cena de gala con los jefes de Estado y de Gobierno ofrecida por el presidente del Consejo Europeo. Este martes, para acudir al mitin de San Sebastián. Se perdió la rueda de prensa conjunta posterior a la cumbre. Estaba previsto que compareciese junto a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo, Charles Michel; el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas y presidente rotatorio de la Celac, Ralph Gonsalves. Ambos compromisos los anuló en el último momento.

Todo ello, con España ostentando la presidencia de turno de la UE y con Sánchez habiéndose implicado personalmente en la preparación de esta cumbre, al tratarse de la primera y la cita más importante del semestre europeo. La presencia de los presidentes de Brasil y Colombia, que mantuvieron en el aire su asistencia, se debió en buena medida a sus gestiones, evitando que la cita quedase ensombrecida. Desde el PP, reaccionaron calificando sus ausencias como "una irresponsabilidad que compromete el papel y la imagen española en la UE y en el mundo" y criticando que anteponga "sus urgencias electorales a sus obligaciones".

El mimo con el que Sánchez preparó el semestre europeo y esta cita, así como su trabajado perfil internacional durante los últimos cinco años, quedó en su segundo plano por un mitin en Huesca y otro en San Sebastián. Unas prioridades que dan cuenta de cómo los socialistas buscan echar el resto y confían en que sus opciones para la remontada tienen que ver con el escaño doble de un total de ocho circunscripciones pequeñas y medianas. Alguna más, según explican en Ferraz, si amplían el perímetro desde unas pocas decenas de votos a las que está en juego un diputado con el PP ya por algunos cientos de papeletas.

Los diputados que están "muy cerca" de conseguir, según las mismas fuentes, y los que califican como posibles. Según la cuarta y última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, los socialistas también se disputan escaños con la derecha en Burgos, León, Soria, Pontevedra, A Coruña y La Rioja. Además de en grandes circunscripciones como Madrid y Barcelona.

Foto: Cara a cara entre Sánchez y Feijóo. (Atresmedia)

La irrupción de los mítines en una campaña diseñada en un principio solo con platós se complementa con la cuidada y económicamente costosa estrategia en redes sociales. A través de publicidad segmentada a los electores de estas circunscripciones. Varias de ellas en Andalucía, pero también de Castilla y León y Galicia. El software llamado Tesela, en el que el PSOE ha invertido 600.000 euros, le permite identificar a potenciales votantes y bombardearlos con propaganda específica para tratar de movilizarlos. Una herramienta digital clave en su planificación publicitaria para el 23-J.

El margen de recuperación de los socialistas se centra principalmente en el voto útil. Al crecer a costa de Sumar, por tanto, difícilmente cambiarán de forma sustancial los equilibrios entre ambos bloques. Las últimas encuestas publicadas hasta la fecha permitida por la ley electoral coinciden en concluir que apenas hay movimientos entre bloques. Sin embargo, en el PSOE creen posible recortar distancias con el PP y, al mismo tiempo, que el partido de Díaz asegure la tercera plaza frente a Vox.

La irrupción de los mítines en una campaña diseñada solo con platós se complementa con una costosa estrategia en redes

Cada formación cumple su papel y PSOE y Sumar han decidido trazar una estrategia complementaria. De tándem electoral entre Sánchez y Díaz, que niega la opción de gobiernos monocolor. O esta coalición progresista o la conservadora entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. En los territorios, la mayoría de barones pone en duda el tándem con la vicepresidenta, al considerarlo contraproducente, precisamente, porque entienden que sus opciones de crecer son por el espacio de su izquierda. Primero, concentrar el voto progresista en sus siglas y, después del 23-J, ya se verán los números para una hipotética investidura.

La máxima en la sala de máquinas del PSOE pasa por frenar el trasvase al PP de electores que los apoyaron en 2019. Unos 700.000, según la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, que vienen siendo rocosos en toda la serie demoscópica. Si no se frena, desde el PSOE aspirarán al menos a un empate en forma de repetición electoral, si la suma de PP y Vox no supera a la de PSOE y Sumar junto al bloque nacionalista.

Debate a tres, sin Feijóo

En Ferraz, conciben casi como un trámite el debate electoral de esta noche en RTVE entre los candidatos de los cuatro grandes partidos, que será a tres por la ausencia de Alberto Núñez Feijóo. Un espacio audiovisual más, como las entrevistas televisivas en las que centraron el diseño de esta atípica campaña, para fijar su mensaje ante "la máxima audiencia". Con la única diferencia de que podrán confrontar su proyecto directamente con "el modelo de la ultraderecha". Con Santiago Abascal, el "vicepresidente de facto" de Feijóo, que asumiría la representación del bloque de la derecha.

Foto: Mitin de Yolanda Diaz en Palma de Mallorca. (EFE/Cati Cladera)

En el equipo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también rebajan las expectativas del debate. Evitan depositar grandes esperanzas en este, sin atribuirle la posibilidad de convertirse en el esperado golpe de efecto durante la recta final de campaña para voltear las encuestas. Eso sí, dicen no restarle importancia y señalan que el presidente del Gobierno y el candidato del PSOE a la reelección "se lo preparará bien". La gestión de las expectativas en el debate cara a cara les jugó una mala pasada, que ahora quieren evitar con el debate a tres.

El planteamiento pasa por atacar a Feijóo, aun a través de Abascal, al enmarcarlo como su socio necesario. Los socialistas niegan la opción de gobiernos monocolor tras el 23-J, y asumen que el líder de Vox hablará tanto por él como por Feijóo. Al mismo tiempo, Sánchez buscará mostrar cohesión con Yolanda Díaz, la líder de Sumar, con quien los socialistas aspiran a reeditar una coalición progresista. Sintonía, desde la evidencia de que son dos partidos diferentes, pero con la convicción de que gobernarían con menos ruido y más facilidades que con Unidas Podemos liderando este espacio. El debate de esta noche se aprovechará como una oportunidad más para "contrastar modelos" y dirigirse a "grandes audiencias", pero la batalla de los socialistas ha virado hacia una batalla final palmo a palmo en circunscripciones identificadas como estratégicas.

En el PSOE, quieren transmitir que hay partido. Un margen para la remontada a cinco días de las elecciones generales del 23-J que no solo alimentan apelando a la épica, la de un Sánchez que siempre ha vencido "contra todo pronóstico", sino cambiando su estrategia en la recta final de campaña para enfocarse en ocho circunscripciones concretas. Aquellas en las que, según sus encuestas, pueden arañar diputados al bloque de la derecha al depender de un puñado de votos. Un escaño que vale doble al cambiar de manos, pues se resta a la derecha y se suma a la izquierda. Mientras que los socialistas confían "absolutamente" en que pueden dar la vuelta a los bloques si se hacen con entre siete y ocho escaños de la derecha en estos territorios que tienen "localizados", Alberto Núñez Feijóo alertaba este martes en una entrevista en Antena 3 de que si no se concentra el voto conservador en el PP, "hay riesgo de que no se sume y que volvamos al sanchismo".

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