Sánchez niega la opción de gobiernos en solitario: "Yo con Díaz o Feijóo con Abascal"

O PSOE y Sumar o PP y Vox. El presidente del Gobierno y candidato del PSOE a la reelección, Pedro Sánchez, ha querido negar la posibilidad de gobiernos en solitario tras el 23-J, como ha fantaseado el líder de los populares estos últimos días. Si Alberto Núñez Feijóo aspira a un Ejecutivo monocolor, para lo que está llamando al voto útil en el bloque progresista, el líder de los socialistas ha respondido este domingo desde Barcelona, en el mitin central del PSOE, que "esto va de un gobierno de Pedro Sánchez o de uno presidido por Feijóo con Abascal. Yo gobernaré con el partido de Díaz, lo digo sin ambages, un gobierno de coalición." En el otro lado, añadió, aunque no lo digan,"aunque se avergüencen, solo puede haber un gobierno de Feijóo con Abascal".

Sánchez aprovechó su presencia en la capital catalana para reivindicar la mejora de la convivencia tras los años del procés. En Cataluña, en 2017 y 2019 había discordia, lío, confrontación. Hoy, la Cataluña de 2023 es mucho mejor que la de 2017", se congratuló para dibujar la disyuntiva de que "o ganamos" o por contrario la alternativa se empeñaría "en destruir" lo logrado. Tanto es así que arrancó su mitin poniendo en valor el "pegamento" del PSC que en 2014 "querían dividir", en referencia a los independentistas. Fue entonces cuando agradeció el papel de Miquel Iceta levantando la ovación del Palau de Congressos, donde según la organización se ha reunido 3.000 simpatizantes y militantes, incluyendo los que tuvieron que seguir el mitin desde pantallas habilitadas fuera de la sala principal.

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De aquel PSC fragmentado y con corrientes que se desplazaron hacia el soberanismo, el partido hermano del PSOE ahora se ha hecho con la alcaldía de Barcelona, fue primera fuerza en las últimas autonómicas y en las encuestas del 23-J vuelve a situarse en primera plaza a varios diputados de ventaja. De las dificultades pasadas y superadas, Sánchez se lanzó a destacar la épica de sobreponerse, tras el bache del debate cara a cara, para levantar el ánimo a los suyos y defender que es posible voltear las encuestas.

Si este sábado en Valencia apeló a su biografía política marcada por victorias "contra todo pronóstico", en Barcelona este domingo recordó que de hablarse de la posokización del PSOE y su "hundimiento", así como del "sorpasso", "pero les ganamos". Igualmente, añadió apelando a la épica, puso en valor para señalar que todo es posible que "en 2018 hubo una moción por la cual nadie daba un duro y expulsamos a la corrupción y ganamos". Fuentes de la dirección del PSC insisten en la "remontada", en que están mejorando en las encuestas, y argumentan que igual que la campaña de 2016 solo escuchaban el fantasma del sorpasso de Podemos, que no se produjo, ahora sucederá lo mismo y lograrán sumar para seguir gobernando. En el comité electoral del PSOE niegan asimismo que sus tracking coincidan con las expectativas de Feijóo. "La mayoría está en 176 escaños, es imposible que la alcancen", sentencian estas mismas fuentes.

La clave de esta difícil victoria, según todas las encuestas, pasa según se desprende del discurso de Sánchez por la movilización del voto femenino y de los jóvenes. "A los jóvenes les digo que nos estamos jugando su futuro", por eso reiteró un llamamiento a salir a votar, al igual que las mujeres, "que quieren que os quedéis en casa". Pero sobre todo de los indecisos, en los que depositó la responsabilidad de evitar una alternativa de retroceso. "Pido un último esfuerzo y a aquellos que estén indecisos les digo que ir un día a votar son cuatro años de avances en derechos y libertades", resumió.

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La abstención es otra de las preocupaciones en esta campaña para los socialistas. Tanto que Sánchez ha equiparado que la papeleta del PP y la abstención "nos pueden llevar al retroceso en España". A la disyuntiva del avance frente al retroceso, el líder de los socialistas ha añadido la de la corrupción frente a la limpieza. "Hubo una moción de censura en 2108 y echamos a la corrupción", recordó Sánchez para comparar a un "presidente del Gobierno que daba aliento a un tesorero corrupto del PP, que cobraba sobresueldos en la sede donde se sienta hoy Feijóo" frente a un "Gobierno autónomo, libre y limpio", en referencia a su Ejecutivo.

El presidente del Gobierno estuvo acompañado por la cabeza de lista por la circunscripción de Barcelona, Meritxell Batet, el líder del PSC, Salvador Illa, y el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni. En las primeras filas se encontraba también el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. Los teloneros de Sánchez insistieron en llamar al voto útil, a concentrar los apoyos progresistas en la papeleta del puño y la letra. "Todo al rojo", repitieron.

El PSOE centró la precampaña y el arranque de la campaña en apuntar al "retroceso" que supondría la formación de un gobierno con Abascal

Tanto Illa como Batet acusaron a Feijóo de "poner en duda el sistema electoral", elevando el tono por su desprecio, coincidieron, a las instituciones. "Sembrar insidia en una de las cosas más sagradas como es el sistema electoral", alertó Illa, mientras que Batet reprochó que "un candidato que pone en duda nuestro sistema democrático, nuestro sistema electoral, no está capacitado para ser presidente del Gobierno de España”. En clave territorial, la presidenta del Congreso ironizó con que "Feijóo duerma tranquilo porque seguiremos gobernando y la convivencia con nosotros está garantizada". Por el contrario, aseguró que el dirigente gallego "representa al partido de la fractura social y de la fractura territorial".

El líder del PSC, como vienen haciendo otros barones y el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, siguió forzando el giro de estrategia para señalar que "el problema no es Vox, el problema es el PP y es Feijóo". La estrategia socialista de alentar el miedo a Vox no funcionó en las últimas elecciones andaluzas. Más bien al contrario. Fomentó el voto útil al PP de Juanma Moreno para que no dependiese de los de Santiago Abascal. Pese a ello, el PSOE centró la precampaña y el arranque de la campaña en apuntar al "retroceso" que supondría la formación de un gobierno con Abascal de vicepresidente.

El ya expresident de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, insistía en marcar esta línea en el mitin de campaña con Pedro Sánchez este sábado en la ciudad del Turia. "Nuestro problema no es ya Vox, es el PP como lo es de España". Se sumaba así a la misma reflexión del expresidente Zapatero, que se está echando el peso de la campaña a sus espaldas, quien afirmaba el día antes que "lo que debe preocupar es que el PP esté en el gobierno, no Vox". El mismo análisis que hacen en otras federaciones.