Sánchez anula mítines por platós: "Tienen más impacto y efecto arrastre"

El equipo Pedro Sánchez ha decidido intensificar su nueva estrategia electoral volcando todo el peso de la campaña en los medios de comunicación. Tanto es así, que se ha vaciado de mítines el primer fin de semana de campaña para centrarse en conceder dos nuevas entrevistas "audiovisuales" y preparar el debate cara a cara que acogerá Atresmedia el próximo lunes. Una campaña disruptiva en la que los clásicos mítines se sustituyen por los platós.

El resultado del road show televisivo de Pedro Sánchez es más positivo de lo esperado, según fuentes del entorno del presidente del Gobierno y candidato a la reelección, y por ello van a seguir en la misma línea hasta el 23-J. La gira mediática que ha llevado a Sánchez a los medios que considera no afines y que no pisó en toda la legislatura, comenzó en Onda Cero, con Carlos Alsina, siguió en espacios más amigables de La Sexta (El Intermedio y Lo de Évole), recaló en El Hormiguero (Antena 3) y este martes tuvo un punto de inflexión en El programa de Ana Rosa (Telecinco). El jueves volverá a la misma cadena para una entrevista en sus informativos y el fin de semana sumará otro espacio más audiovisual.

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El efecto de esta apuesta por los formatos audiovisuales, que incluirá también un pódcast de máxima audiencia entre el público juvenil (La Pija y la Quinqui), se mide en el equipo de Sánchez tanto a nivel del "aluvión de espectadores" que mueven como en el "impacto" que consideran más que positivo. Un "efecto arrastre", dicen, que asocian a una movilización de los suyos, pero también a una reversión del trasvase de votantes socialistas al PP. Su mensaje se está centrando en pinchar lo que han denominado la "burbuja del sanchismo".

"Se ve un efecto positivo en las entrevistas, puntuando en todas", aseguran estas mismas fuentes. Se trata ya no solo de responder a la "ola reaccionaria", sino de surfear el tsunami antisanchista. Una burbuja, según viene denunciando de forma reiterada, "alimentada con mentiras, manipulaciones y maldad". Focalizando así sus mensajes a un público menos militante que el que suelen reunir los mítines, y amplificando su eco en espectadores y minutos de pantalla.

En el PSOE, han pasado de diseñar una campaña clásica y monolítica el pasado 28-M, con un rumbo fijo que se mantuvo imperturbable pese a la aparición en campaña de elementos como la polémica por las listas de EH Bildu o los intentos de fraude en el voto por correo, a diseñar su agenda sobre la marcha. Hasta el lunes, no se cerró la agenda del candidato para el arranque y primer fin de semana de campaña. Se programó así un mitin para el sábado, en Plasencia (Cáceres), que solo 24 horas después de confirmarse se canceló. La misma suerte corrió un desayuno informativo con un medio de comunicación previsto para el jueves por la mañana. En su lugar, habrá un "acto de partido", aunque no en formato mitin.

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La decisión de cancelar el único mitin previsto durante el arranque de campaña, que se programó a principios de semana tras barajar Valladolid, se produjo después de que el todavía presidente en funciones de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, renunciase a su investidura por el acuerdo de PP y Vox, y también a liderar la oposición en la próxima legislatura. El paso a un lado del barón extremeño no estaría detrás de los motivos de esta decisión.

Fuentes del partido argumentan que Sánchez dedicará la mayor parte del fin de semana "a la preparación del debate" y a "avanzar compromisos pendientes con medios de comunicación". Los debates, de hecho, son la otra gran apuesta de la campaña electoral de los socialistas. Principalmente, el cara a cara con Feijóo.

Los mítines previstos, entre campaña y precampaña, se reducirán al mínimo hasta el 23-J. Ahora mismo, solo está sobre la mesa un acto en Valencia en el ecuador de la campaña. El resto de la agenda se distribuirá entre entrevistas, la asistencia a los debates a cuatro organizados por Prisa el próximo 14 de julio y RTVE el 19 de julio, y sus compromisos internacionales con la cumbre de la OTAN en Vilna (Lituania) los días 11 y 12 de julio, y con la cumbre de la UE-Celac los días 17 y 18 de julio.

La fatiga en las federaciones socialistas tras la debacle del 28-M ya dibujaba serias dificultades para lograr una intensa movilización

El jueves, Sánchez sí protagonizará un acto de partido, horas antes de que se inicie oficialmente la campaña, por la tarde, en Madrid, para presentar a sus cabezas de lista para las elecciones del 23-J. Posteriormente, volverá a los focos. En esta ocasión, a los estudios de Telecinco, para ser entrevistado en los informativos que dirige Pedro Piqueras. El viernes por la mañana será el turno de la presentación del programa electoral.

La fatiga en las federaciones socialistas tras la debacle de las municipales y autonómicas, junto al desinterés de algunos barones críticos o derrotados en las urnas a la hora de volcarse en la campaña, ya dibujaba tras el adelanto electoral serias dificultades para lograr la intensa movilización que requerían los actos durante al menos seis semanas. Frente a ello, se optó por hacer de la necesidad virtud planteando una campaña disruptiva en la que los platós y otros formatos ganen protagonismo frente a una sucesión de mítines difícil de gestionar en un ambiente de desmovilización tras el shock del 28-M. Una apuesta que ahora celebran en el equipo de Sánchez, hasta el punto de seguir intensificándola, convirtiendo los mítines en meros vestigios de las campañas electorales.