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Podemos se extingue en Madrid y Valencia y pierde cinco gobiernos autonómicos
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El declive de los socios de Sánchez

Podemos se extingue en Madrid y Valencia y pierde cinco gobiernos autonómicos

Fracaso estrepitoso del partido fundado por Pablo Iglesias, que se queda con 15 diputados en toda España. Solo crece en Navarra, y se mantienen en La Rioja, Murcia y Extremadura

Foto: Irene Montero junto a la candidata a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. (EFE/Fernando Villar)
Irene Montero junto a la candidata a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. (EFE/Fernando Villar)

Una derrota absoluta. Podemos se extingue en Madrid y Valencia, pero además pierde su representación en varios territorios, así como la posibilidad de reeditar cinco gobiernos autonómicos: Baleares, Comunidad Valenciana, Canarias, Aragón y La Rioja. De contar con 47 diputados autonómicos, pasan a apenas 15 parlamentarios. Una debacle sin paliativos, tanto para los morados como para los aliados de Yolanda Díaz, que sufrirían un severo correctivo en las urnas. En el conjunto de la izquierda, solo Mónica García se salvaría de esta ola de derrotas; Podemos únicamente mejora resultados en Navarra, mantiene sus números en La Rioja, Murcia y Extremadura, pero en esta última ve frustrada su posibilidad de gobernar por el desmoronamiento del PSOE.

A primera hora del lunes, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ya señalaba que "ha faltado más ambición" al Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez, para explicar su propia debacle. Los resultados para el conjunto del "bloque progresista", afirmaba Echenique en TVE, han sido "una tragedia", a la que no habrían llegado si el "conjunto del bloque progresista" hubiera demostrado "más valentía a la hora de ampliar derechos". Era la primera entrevista de un dirigente estatal de primera línea, y no había asunción de errores propios en su discurso. La Ejecutiva de su partido se reunía poco después, para intentar digerir y explicar un varapalo electoral sin precedentes.

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Especialmente dura es la caída en la Comunidad Valenciana: los morados se han visto borrados del nuevo Parlament, y los números del resto de fuerzas de izquierdas no bastarían para reeditar el pacto del Botànic. En el ayuntamiento, como se preveía, quedan sin representación. Y a esta desaparición total se suma también la registrada en la Comunidad de Madrid, donde la coalición de Podemos, IU y Alianza Verde se ha extinguido en la Asamblea, al no superar la barrera del 5% de los votos por apenas una décima. Los morados también han perdido la opción de volver al Ayuntamiento de Madrid, logrando apenas el 4,9% de los sufragios. La derrota es total y se constata con su expulsión en regiones como Canarias, pero el caso de Madrid es, junto al del Parlament valenciano, el que más duele.

Conforme avanzaba el escrutinio, en el cuartel general morado transitaban del nerviosismo a la preocupación, para llegar a la incredulidad y la decepción, sin opción de disimular la gravedad de lo ocurrido. Alejandra Jacinto y Roberto Sotomayor, los dos candidatos que se han quedado a las puertas de obtener representación en Madrid, han reconocido que se trata de unos "malos resultados".

Foto: Pablo Iglesias. (EFE/Kai Forsterling)

Mientras Sotomayor señalaba la invisibilización mediática de su lista, Jacinto apuntaba que el fracaso se extiende "al bloque progresista en su conjunto". De hecho, aprovechaba para señalar que el dictado de las urnas "constata" la "necesidad de la unidad", poniendo el foco en la previsible pugna con Sumar de cara a las generales: "La unidad de las fuerzas progresistas con motor Podemos", apostilló.

Ha sido una noche electoral muy difícil para los morados. Su secretaria general, Ione Belarra, reconocía la gravedad de los resultados, pero tampoco introducía nuevos elementos de autocrítica. Está previsto que Isabel Serra y Pablo Fernández, coportavoces nacionales, comparezcan en rueda de prensa, este lunes, para responder por una cita con las urnas que ahonda en la sangría de votos perdidos en las sucesivas convocatorias electorales de los últimos años.

Pablo Iglesias ya quemó todas las naves para salvar la permanencia de los morados en el Parlamento regional. En 2021, el todavía secretario general abandonó la vicepresidencia para convertirse en candidato autonómico: logró 261.010 votos, un 7,21% del total, 10 escaños para su grupo. En el ayuntamiento de la capital, los morados no se presentaron a las elecciones de 2019, y, por lo tanto, ya estaban ausentes.

Podemos e IU concurrían juntos en 10 de 12 comunidades autónomas, y de hecho se han visto superados por la suma de la coalición de Alberto Garzón con Más País, en Asturias, donde han logrado tres escaños frente al único diputado logrado por los morados. Paradójicamente, aquí podrían jugar un papel clave para facilitar un Gobierno del PSOE de Adrián Barbón, que se ve asediado por el avance del Partido Popular

No hay lecturas favorables fáciles en una noche electoral en la que se ha constatado un retroceso evidente, y en la que las peleas en la izquierda han concluido con la desaparición de Podemos en un municipio como Rivas Vaciamadrid, un feudo histórico de IU, en el que se han visto superados en votos por un PP disparado, con el que han empatado en concejales.

La estatalización de la campaña, la desmovilización de la izquierda en su conjunto, la dificultad de copar con propuestas la agenda de campaña... Los morados esbozaban distintas ideas para explicar o suavizar el golpe, pero el fracaso del bloque progresista en su conjunto no podía ocultar lo evidente: Podemos ha perdido la opción de gobernar en cinco de los seis ejecutivos autonómicos, se ha visto barrido de Madrid, la ciudad y la región en que creció, y uno de sus fundamentales graneros electorales en las generales.

Los rostros de los dirigentes estatales, a su salida del cuartel general, evidenciaban el mazazo recibido. Llevaban tiempo reiterando que Podemos "no está muerto". En muchos territorios, tendrán muy difícil seguir afirmándolo.

Una derrota absoluta. Podemos se extingue en Madrid y Valencia, pero además pierde su representación en varios territorios, así como la posibilidad de reeditar cinco gobiernos autonómicos: Baleares, Comunidad Valenciana, Canarias, Aragón y La Rioja. De contar con 47 diputados autonómicos, pasan a apenas 15 parlamentarios. Una debacle sin paliativos, tanto para los morados como para los aliados de Yolanda Díaz, que sufrirían un severo correctivo en las urnas. En el conjunto de la izquierda, solo Mónica García se salvaría de esta ola de derrotas; Podemos únicamente mejora resultados en Navarra, mantiene sus números en La Rioja, Murcia y Extremadura, pero en esta última ve frustrada su posibilidad de gobernar por el desmoronamiento del PSOE.

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