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La centrifugadora política andaluza: Feijóo agujerea al PP-A y la oposición se apaga
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Solo quedan tres candidatos del 19-J

La centrifugadora política andaluza: Feijóo agujerea al PP-A y la oposición se apaga

Macarena Olona, Teresa Rodríguez, Susana Díaz y Juan Bravo son solo algunos nombres que ya son pasado en el tablero político autonómico, después de años de efervescencia política

Foto: Juan Bravo y Elías Bendodo, en el Parlamento de Andalucía, cuando eran consejeros de la Junta. (EFE/Raúl Caro)
Juan Bravo y Elías Bendodo, en el Parlamento de Andalucía, cuando eran consejeros de la Junta. (EFE/Raúl Caro)

La política andaluza corre casi a más velocidad que la estatal. Tres de los seis candidatos que se presentaron a las elecciones del 19 de junio ya no tienen escaño en el Parlamento e incluso hay una que se ha marchado. La expresidenta socialista de la Junta, Susana Díaz, ocupa un escaño en el Senado por designación autonómica, pero ha desaparecido del tablero regional y ha perdido su poder en el PSOE, tras caer ante Juan Espadas. El acelerón de esta carrera lo ha dado Juan Bravo, exconsejero de Hacienda de la Junta, que dejará este viernes su sillón en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas para dedicarse a tiempo completo a armar el discurso económico del PP de Alberto Núñez Feijóo.

Bravo fue uno de los fichajes que el gallego hizo en el equipo de Juanma Moreno después del congreso que lo encumbró como jefe de los populares a nivel nacional. El cónclave se celebró el pasado abril en Sevilla y sirvió para dejar claro cuál era el estatus del PP andaluz, ya que Feijóo también captó a Elías Bendodo para su núcleo duro. El malagueño, hombre de confianza de Moreno, se convirtió en coordinador general del PP, número tres del partido, y ahora es el responsable de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo.

Foto: Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP, en una comparecencia en Génova. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El exconsejero de Hacienda es vicesecretario de Economía en Génova y se dedicará a armar el discurso económico del partido en los meses previos al 28-M. El propio Núñez Feijóo lo ha reclamado a tiempo completo, por lo que dejará el escaño en el Parlamento andaluz esta misma semana. Fuentes populares admiten que lo más seguro es que Elías Bendodo haga lo mismo en cuestión de meses, en verano, cuando acabe el periodo de sesiones y hayan pasado unos comicios decisivos para el PP, la antesala de las generales, previstas para final de año.

Bravo y Bendodo ya dieron un primer paso lejos de Andalucía cuando no se incorporaron al Gobierno monocolor del PP, a pesar de que ambos lograron escaño en la Cámara andaluza. Además, son senadores por designación autonómica, asiento que mantendrán al menos mientras no se celebren elecciones generales. Su marcha restó peso político en un gabinete que tiene menos lustre que el primero y que ha provocado que la figura del presidente Juanma Moreno sea casi la única que destaca, aunque en el PP andaluz rechazan que esto sea así.

La salida de Macarena Olona y de Teresa Rodríguez ha dejado la escena política andaluza sin dos líderes que tenían eco nacional

La ausencia de Juan Marín, exvicepresidente de la Junta y candidato de Ciudadanos el pasado 19-J, también influye en esta falta de perfiles destacados. Y es otra prueba de esa fugacidad por la que pasa la política andaluza, a pesar de que el exdirigente mantiene un cargo institucional como presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía, un órgano consultivo de la Administración andaluza.

Oposición desarbolada

Marín es uno de esos tres candidatos del 19-J que han desaparecido de la primera fila como consecuencia de la mayoría absoluta de Juanma Moreno. Los 58 escaños que logró el malagueño son el resultado de captar casi todo el voto naranja, lo que ha provocado la práctica desaparición de Cs en Andalucía. Pero también le han servido para arrinconar al resto de la oposición, tanto a derechas como a izquierdas, que ha visto salir del Parlamento a dos de sus líderes más relevantes, con influencia incluso en política nacional.

Foto: Juanma Moreno y Teresa Rodríguez se despiden en el último pleno de la gaditana, portavoz de Adelante Andalucía. (EFE/ Julio Muñoz)

En Vox hubo un problema de gestión de expectativas con una Macarena Olona que se veía de vicepresidenta de la Junta y ha acabado fuera del partido. La alicantina, que dejó el escaño en julio, se cayó del caballo como san Pablo e incluso ha pedido disculpas por alimentar el discurso de un partido negacionista de la violencia machista. Ahora está centrada en impulsar una iniciativa legislativa popular que le permitirá volver al Congreso, pero su marcha dejó su partido en un estado de desconcierto del que está saliendo a duras penas.

En el otro extremo ideológico está Teresa Rodríguez, que dejó la Cámara a finales de 2022, aunque es cierto que mantiene el cargo orgánico. La gaditana cumplió su compromiso de mantenerse con cargo institucional durante ocho años, pero ocupa un segundo plano después de ser una de las principales referentes de Podemos, partido que fundó en 2014. Rodríguez, que dejó el partido morado por sus desencuentros con Pablo Iglesias, impulsó Adelante Andalucía como una formación andalucista de izquierdas, convencida de que hiperliderazgos como el suyo no son lo óptimo en política.

Foto: La expresidenta andaluza, Susana Díaz. (EFE)

No son lo óptimo, pero sí han sido habituales en la comunidad más poblada de España. En el PSOE, sirve el ejemplo de Susana Díaz, que después de ser presidenta de la Junta y la baronesa con más poder del partido, ocupa ahora un escaño en el Senado. Fue derrotada en las primarias por Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, y ahora compagina su labor en la Cámara Alta con apariciones televisivas. No ha participado en los últimos actos de partido y no se espera que se prodigue mucho en la campaña de las municipales.

Las elecciones del 28-M volverán a remover el tablero andaluz, dominado ahora casi en exclusiva por un Juanma Moreno que navega plácidamente en su mayoría absoluta. Luego será el turno de las generales, que seguro provocarán otro terremoto. Si Feijóo llega a la Moncloa y los socialistas caen, habrá consecuencias en el PSOE andaluz. Si Sánchez saca su manual de resistencia y sigue en el Gobierno, habrá que mirar al PP, a pesar de que el presidente andaluz dijo hace unos días que su "compromiso" era Andalucía. Algo que también dijo Susana Díaz antes de aspirar a liderar el PSOE.

La política andaluza corre casi a más velocidad que la estatal. Tres de los seis candidatos que se presentaron a las elecciones del 19 de junio ya no tienen escaño en el Parlamento e incluso hay una que se ha marchado. La expresidenta socialista de la Junta, Susana Díaz, ocupa un escaño en el Senado por designación autonómica, pero ha desaparecido del tablero regional y ha perdido su poder en el PSOE, tras caer ante Juan Espadas. El acelerón de esta carrera lo ha dado Juan Bravo, exconsejero de Hacienda de la Junta, que dejará este viernes su sillón en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas para dedicarse a tiempo completo a armar el discurso económico del PP de Alberto Núñez Feijóo.

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