Elías Bendodo, la cara del cambio andaluz, se despide para llevar a Feijóo a la Moncloa

Poco después de que Alberto Núñez Feijóo captase a Elías Bendodo (Málaga, 1974) para su equipo, el propio Juanma Moreno le buscó a su compañero —y amigo— un consuelo. Según el presidente de la Junta, la forma de ser de su todavía portavoz lo lleva a disfrutar más del camino que del objetivo que se marca. Es lo que lleva haciendo el consejero de Presidencia de la Junta desde antes del vuelco electoral que permitió al PP gobernar en 2018 —con Cs y el apoyo de Vox— para después lograr una mayoría absoluta histórica. Una vez que ha llegado a la meta andaluza, se va camino de Génova para colaborar con el líder nacional del PP. Otro camino del que disfrutar después de convertirse en la cara del cambio en Andalucía.

La senda recorrida por Elías Bendodo, licenciado en Derecho por la Universidad de Málaga, estará en Madrid a partir del 1 de septiembre. Ya ha cambiado la ribera del Guadalquivir por el parque del Retiro, donde ya ha compartido carreras con José Luis Martínez-Almeida. Su objetivo es llevar a Alberto Núñez Feijóo al Palacio de la Moncloa, igual que llevó a Juanma Moreno al de San Telmo. Hay que recordar que el político malagueño, procedente de una familia sefardí, tuvo un papel crucial en las dos últimas campañas del PP andaluz: la que lo dejó en el peor resultado de su historia, pero también la que propició esa "mayoría suficiente" a la que Moreno tiene todavía que acomodarse.

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Por más que los politólogos insistan en que las campañas son cada vez más decisivas, el camino de Moreno y Bendodo hacia los 58 escaños no comenzó a principios del pasado junio. Comenzó mucho antes, el 22 de enero de 2019, cuando tomó posesión de la cartera de Presidencia, Administración Pública e Interior y, sobre todo, de la portavocía del Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos. El malagueño ha sido el número dos 'de facto' en este Ejecutivo. Se recuerda todavía un desliz del vicepresidente en funciones, Juan Marín, que se refirió a su colega de ruedas de prensa con el cargo que él mismo ostenta.

Los primeros compases del Ejecutivo fueron una enmienda constante a esos 37 años de gobiernos socialistas que acabaron con la llegada de PP y Cs a la Junta. Con Jesús Aguirre, atizó al PSOE por el 'bolondrón' de personas que no figuraban en las listas de espera para operarse en el Servicio Andaluz de Salud. Bendodo y Aguirre, hoy presidente del Parlamento, acusaron a los socialistas de ocultar a medio millón de andaluces en esas listas de espera. En alguna ocasión, se pasó de frenada, como cuando denunció la existencia de "cajas fuertes" en unas dependencias de la Junta con información relacionada con los ERE. Las imágenes difundidas por el propio Ejecutivo hacían pensar más en archivadores cerrados con llave que en algún tipo de dependencia acorazada.

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Poco más de un año después, la pandemia opacó la revisión de una herencia que también le ha servido a Bendodo para sacar rédito. Desde el altavoz de San Telmo, como hicieron sus antecesores socialistas, hizo de ariete contra el Gobierno central, ahora en manos del PSOE. Pero la labor pública de este malagueño no es lo único que lo ha llevado a ser reclamado por Feijóo. Bendodo se ha encargado de engrasar la única alianza autonómica con Ciudadanos que ha llegado al final de su legislatura. Su buena relación con Marín ha sido clave, a pesar de que los éxitos del dirigente popular tienen mucho que ver con la caída de los naranjas, que no han sabido rentabilizar su paso por San Telmo.

El resultado es conocido. Igual que el nombre de Elías Bendodo fue uno de los primeros en confirmarse para el primer Gobierno de Juanma Moreno, ahora ha sido el primero en descartarse. La llamada del líder nacional del PP, que pilló al malagueño por sorpresa, ha generado un dolor de cabeza al presidente de la Junta, que tendrá difícil encontrar a un fontanero tan eficaz como su consejero de Presidencia. Tanto es así, que Bendodo seguirá "mientras pueda" como diputado en el Parlamento andaluz con el objetivo de engrasar también el traspaso de la coalición a un gabinete de mayoría absoluta popular.

El reto que se le presenta ahora a este político malagueño es el mayor de una carrera que comenzó como concejal en el Ayuntamiento de Málaga. Allí sustituyó a José María Martín Carpena, asesinado por ETA hace ahora 22 años. En el consistorio malagueño estuvo durante 19 años, en un periodo en el que también se convirtió en presidente del PP de Málaga, cargo al que accedió en 2008 y que todavía mantiene. La duda es si compaginará este puesto con el de coordinador general del PP, es decir, número tres de los populares. También fue presidente de la Diputación de Málaga, que abandonó para entrar en el Gobierno andaluz, que dejará dentro de unos días. En el tintero tiene llegar a la meta con Feijóo y lograr el puesto que siempre se le supuso, el de alcaldable de su ciudad, Málaga, donde fue el eterno número dos de Francisco de la Torre, que presumiblemente aspirará a presentarse el próximo 2023, con 80 años.

"Como el mundo es redondo, lo que puede parecer un adiós, es un hasta luego", se ha despedido de los periodistas en su última comparecencia desde el atril de San Telmo. En el bolsillo se lleva 181 consejos de gobierno y 170 ruedas de prensa que le han servido "para coger rodaje", como preparación para el salto a Madrid, a la primera fila de la política nacional. Y antes de irse ha dejado el primer eslogan del nuevo Ejecutivo de Juanma Moreno, al que ha bautizado como el "Gobierno del impulso" de Andalucía.

La tarea de consolidar ese epíteto será del siguiente portavoz de la Junta, un puesto que no tiene por qué estar asociado al de consejero de Presidencia, como ha ocurrido en este mandato. No obstante, no hay pistas sobre cómo será el segundo gabinete, más allá de la probable ampliación de consejerías y la presencia de Rocío Blanco en Empleo. La salida de Jesús Aguirre para ser presidente del Parlamento acabó con uno de los números más claros de la quiniela, que pasaba por su continuidad en Salud. Y el 'modus operandi' de Juanma Moreno pasa por la discreción. Solo hay que tener en cuenta que los miembros de la Mesa de la Cámara que acompañan a Aguirre descubrieron su desempeño en directo, como pudo verse en la cara de sorpresa de la vicepresidenta primera, la gaditana Ana Mestre.