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Esto no va solo de los misiles: el triple acierto con los NSM para submarinos y fragatas
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se integrará en los S-80 y las F-110

Esto no va solo de los misiles: el triple acierto con los NSM para submarinos y fragatas

La posible integración de los misiles noruegos NSM en fragatas y submarinos españoles tiene varias lecturas positivas. Un arma de calidad, que compartimos con socios europeos y que podemos dotar de escala

Foto: Naval Strike Missile (MSN), en una feria de Rumanía. (EFE/EPA/Robert Ghement)
Naval Strike Missile (MSN), en una feria de Rumanía. (EFE/EPA/Robert Ghement)

Navantia anunció este mes una ampliación de su memorando de entendimiento con la empresa noruega Kongsberg Defence & Aerospace (KDA) para trabajar en la integración del misil antibuque noruego NSM (Naval Strike Missile) en los buques construidos por la compañía española. En los astilleros públicos se botaron entre 2004 y 2009 cinco fragatas de la serie F-310 para la armada real noruega, pero los planes más importantes para España son la integración del misil antibuque NSM en las fragatas de las series F-100 y F-110, así como su posible integración en los futuros submarinos de la serie S-80.

El misil antibuque noruego NSM es un producto de calidad que ha sido escogido por las marinas de guerra de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Holanda, Canadá y Australia, entre otras. Polonia y el cuerpo de infantería de estadounidense lo emplean en su versión de lanzamiento terrestre para defensa costera. Además, aparte de su función de misil antibuque, el NSM tiene capacidad de ataque a tierra. Una futura versión de lanzamiento desde submarino sería una novedad muy positiva que supondría todo un salto en capacidades para la Armada española.

Así que un primer acierto es elegir un buen sistema de armas, mostrar la disposición de emplearlo al máximo de sus capacidades y, de paso, firmar alianzas industriales para ofrecer un producto puntero al mercado. Desde luego, no siempre es así. Especialmente en el caso de la Armada, que incluso en sus proyectos más ambiciosos recurrió la reutilización de armamento para sortear las estrecheces presupuestarias.

Heredar cañones

En el pasado, como en una familia donde los hermanos mayores les pasan la ropa a los más pequeños, la Armada fue cambiando el armamento de unos buques a otros. O directamente se compraban de segunda mano. Las piezas de artillería principal de las fragatas de la serie F-100, el cañón Mark 45 de 127 mm, fueron compradas usadas a la armada estadounidense y puestas a punto en España. Mientras que en cada banda se instaló un veterano cañón antiaéreo Oerlikon de 20 mm de accionamiento manual procedente del Ejército de Tierra para defensa frente a embarcaciones ligeras. En ambos casos no se trataba de los sistemas principales, como radares o misiles, pero resultaban llamativos ese tipo de apaños en un proyecto tan ambicioso.

La reutilización de sistemas de armas no arrancó con las F-100. Los cañones de 76 mm de los veteranos patrulleros de la clase Anaga fueron heredados de buques de la "ayuda americana". Los recortes presupuestarios y las capacidades limitadas hicieron que fueran bautizados popularmente como los Tacañones. Pero el problema no es que se tratara de armamento de segunda mano, sino que era bastante limitado. La pieza de 76 mm que emplean los buques de la clase Anaga y también la clase Serviola se apunta, mueve y acciona de forma totalmente manual. Afortunadamente, en el caso de los patrulleros de la clase Serviola, que asumen misiones en lugares como el golfo de Guinea, se ha ido sustituyendo por un montaje totalmente automatizado de la empresa española Escribano.

Los planes para las futuras fragatas F-110 es que la pieza principal, un cañón de 127 mm, sea un moderno diseño de la italiana Leonardo. Así que la incorporación del avanzado misil NSM forma es un segundo acierto como parte de una tendencia general positiva de dotar a sus buques estrella con armamento de primer nivel.

Foto: Un MH-60R Sea Hawk de la Marina de EEUU. (Reuters)

La noticia de que la Armada iba a comprar el misil antibuque de origen noruego NSM saltó en septiembre de 2002 de una forma inesperada: a través de la página web del fabricante, que incluía a España como uno de los países que había seleccionado el misil. La confirmación llegó en noviembre de ese mismo año con la aprobación en Consejo de Ministros de una partida presupuestaria de 125 millones de euros para la compra de los NSM para las F-100 y F-110.

El pasado mes de mayo, el portal de noticias especializado Defense News informó que los misiles NSM serán entregados por el fabricante Kongsberg a España en el año 2027. Ese año está previsto que los astilleros públicos españoles Navantia entreguen la primera de las fragatas F-110. Además, los misiles NSM dotarán también a las fragatas F-100, que entraron en servicio en la primera década de este siglo y están pendientes de un programa de modernización de media vida. En este caso, la instalación de los misiles NSM servirá para sustituir a los misiles Harpoon de origen estadounidense.

Poderoso, furtivo y guiado

El misil NSM nació como el sustituto del misil antibuque Penguin, que también opera la Armada española en su versión de lanzamiento aéreo. Los primeros disparos de prueba tuvieron lugar en 2011 en Estados Unidos, aunque la Armada noruega disparó el primer misil en condiciones reales al año siguiente. El blanco fue precisamente una de las fragatas clase Oslo que fueron sustituidas por las fragatas de la serie F-310, construidas por Navantia en El Ferrol para los noruegos.

Entre sus características principales frente a la generación anterior, como el Harpoon, es que se trata de un misil de perfil radar reducido gracias al empleo de materiales compuestos en su construcción. La cabeza de guerra emplea una aleación de titanio y está diseñada para penetrar objetivos duros. Además, tiene un vuelo muy bajo, lo que en el caso de misiles antibuque se denomina coloquialmente como rozaolas y un alcance de 100 millas náuticas (unos 185 kilómetros). Además, es capaz de alcanzar su blanco empleando varios sistemas diferentes: inercial, guiado por satélite (GPS), comparación de imágenes infrarrojas con una base de datos de blancos y comparación del perfil del terreno (Tercom). La combinación de características furtivas y los múltiples sistemas de guiado le proporcionan una alta probabilidad de penetrar las defensas antiaéreas enemigas y alcanzar su objetivo.

Foto: Simulador en el Centro de Entrenamiento de Navantia o NTC. (KAP)
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La versión de lanzamiento aéreo fue probada desde un caza F-35 noruego por primera vez en 2021, mientras que ya está en servicio una versión del NSM para defensa costera montada sobre camión. La emplea actualmente la armada polaca, que ha desplegado el sistema en ejercicios multinacionales de la OTAN. También se presentó hace poco la variante alemana del sistema lanzacohetes de artillería de origen israelí Puls, que tiene como novedad un carácter modular para instalar celdas con diferentes tipos de misiles, incluyendo el NSM. Habría que recordar que una variante del sistema Puls sobre plataforma Iveco fue presentada por la empresa española Escribano y Expal en la pasada feria Feindef como candidato a ser el sistema de artillería móvil Silam que busca el Ejército de Tierra.

Sin duda, la versión más interesante de la variante de lanzamiento terrestre es la que ha incorporado el cuerpo de infantería de marina de EEUU. Se trata de un sistema denominado NMESIS sobre vehículo todoterreno 4x4 que carga dos misiles NSM y no lleva conductor, ya que es operado a distancia vía satélite. La intención de los marines estadounidenses es dispersar sus lanzaderas de misiles en estrechos e islotes remotos sin necesidad de presencia humana con la evidente intención de enfrentarse a la armada china en la región del Indo-Pacífico.

La variante de lanzamiento terrestre del misil NSM es de interés para España por una vieja aspiración de reforzar al antiguo Mando de Artillería del Estrecho (Mactae), del que solo queda como vestigio un Regimiento de Artillería de Costa. Si el Ejército de Tierra español contó con baterías de defensa costera en llamativos emplazamientos fijos fortificados, hoy cuenta con un regimiento de artillería dotado de una versión específica del obús remolcado de 155 mm de Santa Bárbara. Pero carece de misiles antibuque, un elemento que sí cuentan las unidades de defensa costera de otros países y cuyo valor se ha comprobado en la guerra de Ucrania con el hundimiento del crucero Moscú.

Ahora, la novedad es un contrato de medio millón de euros entre Navantia y KDA para estudiar la viabilidad de integrar los misiles NSM en los submarinos de la serie S-80 que el astillero español construye para la Armada en Cartagena. Se trataría de una versión disparada desde los tubos lanzatorpedos del submarino. No existe actualmente tal variante, por lo que queda por determinar si el proyecto es viable. Si sale adelante, Navantia y KDA tendrían un producto novedoso del que cabe esperar cierta participación industrial española. El tercer gran acierto con el que se ampliarían enormemente las capacidades y el atractivo exportador de los nuevos submarinos españoles, con más capacidades antibuque y contra objetivos terrestres. Eso convertiría al S-80+ en un producto francamente interesante.

Si en un futuro las tres ramas de las fuerzas armadas españolas contaran con las versiones navales, aérea, de costa y submarina del NSM se disfrutaría del ahorro que suponen las economías de escala y se contaría con un arma resolutiva para garantizar el dominio de los espacios marítimos.

Navantia anunció este mes una ampliación de su memorando de entendimiento con la empresa noruega Kongsberg Defence & Aerospace (KDA) para trabajar en la integración del misil antibuque noruego NSM (Naval Strike Missile) en los buques construidos por la compañía española. En los astilleros públicos se botaron entre 2004 y 2009 cinco fragatas de la serie F-310 para la armada real noruega, pero los planes más importantes para España son la integración del misil antibuque NSM en las fragatas de las series F-100 y F-110, así como su posible integración en los futuros submarinos de la serie S-80.

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