Expertos en demoscopia se revuelven contra Tezanos: "Utiliza las encuestas como arma de guerra"

La encuesta flash que el CIS de José Félix Tezanos publicó este lunes causó estupor y hartazgo entre los expertos en demoscopia. El sondeo, realizado el viernes, dos días después de que Pedro Sánchez publicase una carta en redes sociales para trasladar a la ciudadanía que se daba unos días de reflexión para decidir si dimitía o no, no sólo arrojó que el PSOE se disparaba en intención de voto respecto al CIS ordinario, publicado 15 días antes. También dejó un buen puñado de preguntas que las fuentes consultadas censuran por su “sesgo” y por su intencionalidad clara a la hora de obtener una respuesta concreta.

La lectura es prácticamente unánime entre las cinco personas consultadas para la elaboración de esta pieza, expertos ligados a algunas de las grandes casas de encuestas de España y analistas: Tezanos ha vuelto a minar “la credibilidad” de la institución y su proceder responde a un mero “interés político”. “El estudio es una manipulación grosera”, defiende Ignacio Varela, consultor y analista político de El Confidencial. Varela llama la atención sobre un hecho concreto, que el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas empleó “una muestra sesgada con una sobrerrepresentación brutal de los votantes de la izquierda, que luego no hizo nada por corregir”.

Para Varela eso inhabilita no solo la estimación, también los datos en sí. “No recuerdo ningún precedente de un partido que en una semana crezca ocho puntos en intención directa de voto, no existe”, critica. Dejando a un lado la cocina, en el “CIS suele haber información valiosa, pero en este caso ni eso”. “No vale la pena ni siquiera analizar la encuesta en términos técnicos. No lo considero demoscopia, es política pura y dura”, zanja el consultor.

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El primer punto cuestionado por los especialistas es la estimación de voto. El sondeo otorga al PSOE un 38,6% de los sufragios si mañana se celebrasen elecciones, frente al PP, que obtendría casi diez puntos menos de diferencia, un 29,2%. No solo Varela, otras de las fuentes consultadas tachan de “inverosímiles” los datos. La situación real, según apunta el responsable de una de las casas de encuestas de referencia, sería la contraria, que los populares aventajan en 10 puntos a los socialistas, de acuerdo a los datos que manejan los institutos de investigación. Otra de las voces consultadas alerta: “Con esa estimación de voto, el PSOE tendría 171 escaños. Eso no se lo cree ni Tezanos. Se ha pasado de frenada. Todo sea por la causa. Es terrible”.

Pero más allá de la divergencia y de la interpretación que haya podido hacer Tezanos ―“es su nombre, él sabrá”, opina otra de las fuentes―, la segunda cuestión sobre la que los especialistas llaman la atención es el cuestionario. Es la clave sobre la que se construye la encuesta, no solo esta, cualquier sondeo, y su diseño influye directamente en los datos de intención de voto. Hay tres variables que impactan: el tiempo, es decir, el momento en el que se hace, el orden de las preguntas y, por último, la formulación, el enunciado en sí.

"La cocina de Tezanos distorsiona muchísimo. Ese es el problema del CIS, la interpretación”, defiende un experto en demoscopia

“Los niños de 8 o 10 años saben cómo dar una mala noticia a sus padres, por ejemplo, cuando rompen algo o han sacado una mala nota en el cole. Saben que no es lo mismo un momento que otro y el relato de lo sucedido. Puede parecer una chorrada, pero la misma lógica opera a la hora de acercarse al estado de la opinión pública de una forma honesta”, ilustra uno de los expertos. Primero, el sondeo flash estuvo condicionado por el “avispero” que provocó el anuncio de Sánchez, es la variable tiempo, segundo, por el orden de las preguntas y tercero, por la formulación.

“¿Cree que el presidente Pedro Sánchez tiene razón en lo que plantea en su carta?”. “¿Cree que la apertura de una causa judicial por una denuncia particular contra la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, está justificada, o cree que solo es una manera de meterse con Pedro Sánchez e intentar hacerle daño?”. “Pensando en el caso de la situación de la Justicia en España; en su opinión, ¿cree que actúa siempre de forma imparcial o en ocasiones se ve influida por otros poderes políticos o económicos?”. Son solo una pequeña muestra de las cuestiones planteadas en la encuesta flash.

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Sencillamente, que en una de las preguntas del CIS emplee la expresión “meterse con Pedro Sánchez” es para los especialistas una fórmula “burda. Hay ciertas palabras que intoxican y manchan la pregunta” y este sería un claro ejemplo. Otra de las voces consultadas se detiene en explicar cómo el orden de las preguntas ha podido condicionar la respuesta que dieron los entrevistados que se declararon votantes del PP. Es un caso de que lo se conoce como espiral del silencio.

Al empezar el sondeo con una batería de preguntas sobre la carta publicada por Sánchez, una misiva en la que el presidente del Gobierno, entre otras cuestiones, señaló a PP y a Vox por orquestar, supuestamente, una estrategia de acoso contra su persona y su mujer, el encuestador “está creando un condicionante” y cuando llega a la última pregunta, la de intención de voto, la respuesta viene marcada por las preguntas previas. “Si el clima social y parte de la agenda mediática viene determinada por un cierto señalamiento al PP, esto puedo crear incomodidad en ciertos votantes del PP, y cuando se les pregunta a quién votarían, dirán que no saben, que están indecisos”, ilustra este experto. Solo así se puede explicar que los datos de fidelidad de voto entre los electores populares caigan 15 puntos en la encuesta flash mientras que las cifras se mantienen relativamente estables en el resto de fuerzas respecto al CIS de abril.

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“Este señor es un artista en crear cuestionarios que crean tensión con los datos. Hay un baño de contaminación ideológica”, carga otro experto, que pone como ejemplo, no solo el sondeo flash, también los hechos para las elecciones en el País Vasco y Cataluña. El CIS volvió a desmarcarse del grueso de análisis y para este especialista solo hay una explicación que sirva para entender el porqué de las diferencias entre la mayoría de estudios y los hechos por el organismo público: “utiliza las encuestas como arma de guerra y nosotros somos científicos”.

La última fuente consultada lamenta el daño al prestigio que está sufriendo el CIS, “una institución única en Europa, dirigida a lo largo de su historia por personas de derechas e izquierdas, y siempre ha funcionado muy bien, con datos de base impecables”. La imagen que proyecta ahora, según este experto, responsable de una de las grandes casas de estudios demoscópicos, es bien distinta. “La gente duda ahora de los sondeos”, añade. “Todas las encuestas necesitan cocina, es una metáfora válida, igual que no nos comemos los alimentos crudos, pues tenemos que procurar que las encuestas sean un retrato a escala reducida lo más fidedigno posible de lo que piensa el conjunto de la población. Es un retrato aproximado, pero veraz”, remarca, “que no está desfigurado”, insiste, pero la “cocina de Tezanos distorsiona muchísimo. Ese es el problema del CIS, la interpretación”.