Sánchez exprime la movilización en Cataluña: "Ahora todo está más polarizado"

En todas las ocasiones en que Pedro Sánchez se ha sentido cuestionado ha optado por eliminar los intermediarios para establecer una comunicación directa con la opinión pública. En sus segundas primarias con la militancia del PSOE; en las difíciles elecciones del 23-J con los votantes y, tras las crisis "personal" que asegura casi le hace dimitir, con todo el mundo progresista. Todas las veces ha ofrecido razones concretas para que le sigan: devolver el partido a las bases, evitar que Santiago Abascal ocupara una vicepresidencia con Alberto Núñez Feijóo y ahora proteger la democracia y luchar contra la desinformación.

Muchas veces sus movimientos no se comprenden y sus adversarios vaticinan que fracasará. Este último es de los más controvertidos. Ni en el PSOE lo acaban de entender, sobre todo porque el anuncio de su permanencia no ha ido acompañado de una reacción concreta que justifique los cinco días de reflexión.

Empatizaron con él cuando la hipótesis era que la acumulación de ataques -todos los presidentes los han sufrido- le había "desbordado emocionalmente", porque la crítica política había afectado a su mujer, Begoña Gómez. Pero el propio presidente ha desvelado estos días que ella le dijo que no dimitiera, casi en cuanto conoció la carta. Entonces, todo este lapsus para qué. No hay respuesta en el partido que de manera mayoritaria temió, sufrió y casi lloró por su dimisión.

Nuevas narrativas. "No todo está escrito y regulado en política", señala un socialista. "Netflix", aporta otro. Hay quien piensa que toda la sobreactuación de estos días, el drama del Comité Federal, la manifestación a las puertas de Ferraz, su equipo y su Gobierno sin saber qué futuro les esperaba, puede salirle incluso mal.

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Esto no obsta para que el ambiente general en el partido sea de celebración y para que a nivel territorial ya se perciban los efectos de su casi renuncia. "Pedro tiene una conexión brutal con las bases", constatan. "Tenemos a la gente como aviones". Porque "todo va a lomos del presidente y de la militancia".

Al final, el resumen que hacen en la organización es que ha buscado movilizar a la izquierda en torno a él para mejorar las expectativas de los socialistas en las elecciones catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio. "Hoy todo está más polarizado", destacan fuentes del partido. "Sin duda ninguna ha movilizado".

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Y la impresión es que los efectos se notarán ya el 12-M. "Los progresistas tienen ahora una bandera que defender", señala un alto cargo, en referencia a la "limpieza" de la vida pública. Los comicios en Cataluña, considerados cruciales para el desarrollo de la legislatura, "ahora son parte de una batalla más grande", añade.

"Toda la izquierda no sólo el PSOE se ha puesto en guardia", reflexiona otra persona del Gobierno, sobre el debate que ha abierto de los riesgos que amenazan a la democracia. Y "está movilizada", reiteran. Esto ya lo constatan las tripas de la última encuesta flash del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que a José Félix Tezanos se le ocurrió hacer, sobre la decisión del presidente de tomarse cinco días para valorar si seguía o no al frente del Ejecutivo.

Aunque ese sondeo alude a la percepción general -voto nacional- las cifras puras, sin la estimación posterior, sí apuntan a que el PSOE le da un bocado al resto de formaciones progresistas. Y en el PSC consideran que esto puede tener un impacto en Cataluña. "Ha hecho que los nuestros no se relajen", afirman los socialistas catalanes. Ha obligado a toda la organización a "no dejarle solo" y a plantear una "resistencia colectiva". Esta estrategia, concluyen, entre lo emocional y lo político, fomentará el "voto útil" en la recta final de la campaña.

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El tablero se va a mover fundamentalmente en dos sentidos, explica otra fuente del PSOE. "Va a disminuir el voto de los indecisos de izquierda que no se decantan hasta los últimos días" y "se va a transferir voto dudoso de la izquierda al PSC". Y, además, para los socialistas catalanes se produce otro efecto: "vuelve el eje izquierda-derecha en detrimento de independentismo-centralismo". "Enmarcar la campaña en el voto ideológico puede ayudar a atraer voto de ERC y los comunes", defienden,

"Creo que la operación tiene un saldo positivo en términos electorales en Cataluña", indica otro cargo. Pero, prosigue, Sánchez "ha gastado una bala muy gorda". Aunque él ha negado totalmente que exista un "cálculo político", en el PSOE algunas fuentes sí reconocen que con su retiro ha pretendido "jugar con las emociones de la gente".

El candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, también ha rechazado, en una entrevista de Europa Press, que el presidente con su espantada y su posterior regreso haya tratado de adulterar la campaña catalana. Lo cierto es que Sánchez, como él mismo dijo, vuelve para "seguir con más fuerza si cabe". Este jueves acompañará a Illa en un acto en Sant Boi y el sábado estará también en Montmeló, ambos en Barcelona.

El resultado del 12-M y los estudios postelectorales darán la medida de cuánto puede influir el renacimiento de Sánchez tras su amago de dimisión. Nadie se atreve a aventurar la duración de esta repentina efervescencia del mundo progresista pero el dictamen en el PSOE es que si las catalanas salen bien eso afectará directamente a las europeas. Efecto dominó.