Arreón multimillonario al gasto militar para cumplir con la OTAN: "Faltan los Patriot y los F-35"

El Gobierno en funciones autorizó un multimillonario aluvión de programas militares con los que avanza en su objetivo de elevar la inversión en defensa acorde con los compromisos adquiridos en el seno de la OTAN. El paquete, que fue llevado al Consejo de Ministros el martes, incluye la adquisición aviones de patrulla y vigilancia marítima C295, la compra de más Eurofighters y luz verde para el esperado sistema de artillería móvil Silam. Aunque la mayoría de estos planes ya estaban contemplados en los presupuestos de 2023, los montos (el total supera los 8.600 millones de euros) han sorprendido a los observadores de la industria.

Por un lado, el Ministerio de Defensa logró el visto bueno definitivo al contrato de compra de los Airbus C295, seis de patrulla (MPA) y 10 de vigilancia marítima (Vigma) por 2.034 millones de euros entre 2023 y 2031, cuando se entregará el último de la serie. Los fondos superan los 1.700 millones que manejaba el Ejército del Aire y del Espacio en junio de este año y la elección del modelo no ha estado exenta de polémica. Al final, se primaron los tiempos de entrega y el factor nacional (se ensamblarán en Sevilla) a otras alternativas más económicas en el mercado.

"Con la tramitación de este expediente, que supone la adquisición de 16 aeronaves (C295), se procederá a recuperar las capacidades militares necesarias para cumplir los objetivos de la OTAN para España, y poder seguir garantizando los compromisos nacionales adquiridos en el seno de la Alianza", argumentó el Gobierno en las referencias del Consejo de Ministros.

El tren ministerial también autorizó a Defensa la compra de un POD designador láser para sistemas de combate aéreo por 207,4 millones, un acuerdo marco para el apoyo operacional a aeronaves de Defensa de 95 millones de euros por dos años y la adquisición de dos buques logísticos multipropósito, uno para el Ejército de Tierra por 21,5 millones y otro para la Armada por 20 millones. La tanda se completó con el acuerdo marco para camiones todoterreno militares por 27,1 millones de euros (modificado un 30% más de lo previsto originalmente), la ampliación del contrato de repuestos para la flota de F-5 por 20 millones y el desarrollo de una espoleta correctora de trayectoria para el proyectil de alcance extendido de 155 mm por 16,7 millones de euros (hasta 2027). En total, unos 2.440 millones.

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Por su parte, el Ministerio de Hacienda autorizó a Defensa a adquirir compromisos de gasto para 2024-2037 para tres nuevos programas especiales de armamento (1.675 millones), al tiempo que aumentó el techo de dos que ya están en curso (unos 2.500 millones) y reprogramó la financiación de otros dos.

De los nuevos, los expertos destacan el lanzacohetes múltiple de alta movilidad y largo alcance Silam por 714,5 millones, más del doble de lo esperado. Este equipo, una de las necesidades más acuciantes de la artillería desde la baja de los Teruel, cumple una función similar a la de los estadounidenses Himars, decisivos en la guerra de Ucrania. El sistema puede alcanzar rangos de 300 kilómetros con munición como el Predator Hawk, pero España quiere desarrollar su propia munición guiada

"Hay cosas que han sorprendido, como el importe para el Silam. Estaba planeado que fueran 12 lanzadores, más 2 posibles para instrucción y pruebas. Lo más probable es que se recurra a la propuesta que presentan, Expal y Escribano de la mano de (la israelí) Elbit: un Puls montado en un camión nacional. El sistema lo acaban de comprar naciones como Holanda y Dinamarca. Tomando como referencias ese contrato seguramente nos iremos al doble de las unidades previstas. Habrá que esperar a que se definan mejor las características del programa", dijo un experto de la industria que sigue al detalle los contratos de defensa.

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Hacienda también dio el pistoletazo de salida financiero a la compra en el mercado nacional del misil contra-carro Spike II por 287,5 millones de euros (2023-2037), con un plan que contemple la transferencia de tecnología para potenciar la capacidad estratégica industrial. También se financiará la modernización del sistema de misiles antiaéreos Nasams por 673,4 millones de euros entre 2023-2027, que fueron comprados hace dos décadas y con problemas para adquirir repuestos (España es el único usuario de este sistema que no ha actualizado las baterías).

"Los hemos visto en acción en Ucrania y que hemos desplegado en los países bálticos. Es de suponer que en la misma se incluirá la reposición de la batería de Aspide del Ejército del Aire enviada a Ucrania. Todavía no se sabe si se aumenta el número de lanzadores, como se pretendía en un principio, o se pasa a una configuración II+ o a la III, que es la última versión y permite usar otros misiles además del Amraam, como el Iris-t o el Amraam-ER", apunta el experto.

Más Eurofighter, sin noticias del F-35

En la categoría de aumento de techo de gasto, se amplió el presupuesto del Programa Halcón II para la adquisición de 25 nuevos cazas Eurofighter EF2000 hasta los 4.593 millones entre 2023-2035 (incluyendo paquete logístico, mantenimiento y simuladores). Esto supondría unos 2.500 millones adicionales al programa que ya estaba en marcha y que contemplaba 20 unidades para sustituir a los veteranos F-18 de Canarias (de unos 2.000 millones). Los nuevos EF2000 reemplazarían eventualmente a los F-18 de Torrejón y Zaragoza, que empezarán a darse de baja en torno a 2030.

Hacienda también autorizó el compromiso para financiar el programa de asistencia técnica de la Armada estadounidense para los submarinos S-80, estimada en 8,2 millones entre 2023-2030. Adicionalmente, se reprogramaron los gastos tecnológicos asociados a la fragata F-110 que construye Navantia (sin modificar el monto) y también del programa de remodelación de los A330 para evitar que los tres estuvieran simultáneamente en proceso de transformación a aviones cisterna de uso militar.

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En lo que va de año, Defensa ha impulsado (al menos en primera ronda en Consejo de Ministros) en varios programas clave, como el vehículo de apoyo a cadenas (VAC) por 2.000 millones, los helicópteros de lucha antisubmarina MH-60 Romeo por 820 millones, el dron táctico Sirtap por 600 millones o los buques de acción marítima (BAM-III) por 550 millones (además de seguir financiando los que ya estaban en marcha, como el S-80, las F-110, el Dragón 8x8). Sin embargo, desde las elecciones los avances llegaban a cuentagotas y en la industria se temía la turbulencia política dejara en el limbo algunos de estos planes para reforzar y modernizar las Fuerzas Armadas (más de 15.000 millones de euros).

En el tintero, dicen los analistas del sector, quedan algunos programas pendientes. Uno de ellos es la modernización de las baterías Patriot, que se calculan en 1.400 millones de euros, el plan de mando, control y comunicaciones (MC3) por 970 millones y, por supuesto, el 'misterioso' avión de despegue vertical para sustituir al Harrier AV-8B, con una partida de más de 6.200 millones de euros. Aunque desde Defensa ni confirman ni desmienten, en el sector apuntan al F-35B de Lockheed Martin, al que apodan "el innombrable" por la polémica que suscita su posible adquisición (pese a que son el único caza 5ª generación capaz de cumplir ese rol en la Armada).

"Faltan los Patriot y los F-35. Y viendo las últimas cifras, es muy posible que se apruebe más fondos de los inicialmente previstos. Esos son los que dependen de la autorización de la DSCA de Estados Unidos (Defense Security Cooperation Agency) que todavía no tenemos. Pero ahora hay más optimismo", opina otro analista vinculado al sector. "Ha sido un buen día, con muchas gratas sorpresas. Ahora hace falta ver detalles", concluye.