La apuesta española para la nueva supremacía aérea

Entendiendo el FCAS: un supercaza, un enjambre de drones, una nube de combate

En 2023, España, Francia y Alemania han dado pasos clave en el proyecto FCAS (Future Combat Air System), un concepto que trasciende al caza de combate para entrar de lleno en la competición por la nueva supremacía aérea.

Ilustración FCAS
Texto Juanjo Fernández
DISEÑO e Infografía Emma Esser | Laura Martín
Desarrollo María Mateo | Luis Rodríguez
Edición Kike Andrés Pretel

res países, una docena de empresas y una inversión que puede llegar a superar los 100.000 millones de euros. España, Francia y Alemania impulsan el Futuro Sistema de Combate Aéreo o FCAS (Future Combat Air System), un sistema de sistemas que combina un caza de sexta generación con un enjambre de drones conectados en una nube, todo de última tecnología. Un concepto que trasciende la idea del avión como plataforma individual de combate y apuesta por una nueva supremacía aérea en la era de la guerra multidominio.

Cronograma del Programa FCAS

A partir de la Fase de desarrollo, las fechas son aproximadas. Las últimas estimaciones dan 2045 como fecha para la entrada en servicio operativo.

Fase concluida
Fase en curso
Fase próxima
Cronograma: 2045 entrada en servicio operativo
Fuente: Airbus | El Confidencial

Tras años de obstáculos y desencuentros, el proyecto FCAS arrancó de forma oficial en junio de 2019. Desde entonces se ha avanzado mucho: ya se han seleccionado las empresas que desarrollarán el proyecto (que firmaron el contrato en diciembre) y se ha superado la fase de concepto 1a. También, crucial para la viabilidad del proyecto, se han materializado los primeros compromisos económicos: unos 8.000 millones de euros para la fase 1b y 2, que debería terminar entre 2026-2029. A eso le seguiría la fase principal de desarrollo hasta 2035 y, luego, la fase de fabricación que llevaría la etapa de fabricación y puesta en servicio, prevista para 2045.

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Los países socios, cada uno con una participación del 33% en el proyecto, han elegido una empresa como líder nacional: Indra en España, Dassault en Francia y Airbus en Alemania. Además, el FCAS se está desarrollando sobre siete pilares clave, cada uno a cargo de un consorcio, una firma líder y otras asociadas: 1) la plataforma o NGF (New Generation Fighter), 2) la planta motriz, 3) los simuladores, 4) la denominada combat cloud o nube de combate, 5) los sensores, 6) el desarrollo de características furtivas o de baja detectabilidad y 7) los denominados remote carriers, que serían el conjunto de drones de varios tipos y características para lidiar con diferentes escenarios.

El complejo entramado industrial

Los países socios, Alemania, Francia y España, se reparten todo el 33%, lo que resulta sencillo cuando participan empresas de uno de los socios, caso por ejemplo de Indra (España), pero se complica enormemente cuando las empresas son multinacionales. En este caso el ejemplo más notorio es Airbus, en cuyo accionariado participan los tres socios en diferentes proporciones. En este caso el reparto de la carga de trabajo por país se adapta para que, en el cómputo final, la participación de cada socio-país alcance ese 33%.

España
Francia
Alemania
Multinacional
Fuente: Airbus | El Confidencial

En España, además de ser líder nacional, Indra también estará a cargo del pilar de sensores (con la alemana FMCS y la francesa Thales), será colíder en el simulador con Airbus y Dassault y estará involucrada en el segmento nube de combate (que coordina Airbus). Por su parte, ITP Aero será clave en el pilar del motor (encabezado por el consorcio francoalemán Eumet); mientras que el consorcio español Satnus (GMV, Sener Aeroespacial y Grupo Oesía/Tecnobit) trabajará en los drones y Airbus España impulsará el desarrollo de las capacidades furtivas y participará como asociada en el desarrollo del caza.

En esta primera fase se hará un proceso de maduración de tecnologías apoyado en diferentes demostradores. Ya hay avances tangibles en algunas áreas de trabajo, como diseño, integración de sistemas, sensores y otros elementos ajenos al avión que hacen de este equipo un compendio de tecnología punta. Porque todo en este programa resulta muy complejo. Empezando por el propio caza.

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Un caza de sexta generación

Francia, de la mano de Dassault, reclamó desde el minuto uno y de forma tajante el control de la plataforma. Es decir, del avión propiamente dicho. El país galo formó parte del consorcio original del Eurofighter, pero lo abandonó porque sus portaviones convencionales utilizaban catapultas y necesitaba que el nuevo avión fuera embarcado. Al resto de los socios (Alemania, España, Italia y Reino Unido) les valía que fuese con base en tierra. El nivel de fricciones por este asunto hizo que París abandonara el programa y desarrollara su propio diseño en solitario. Una maniobra arriesgada que no les salió nada mal y dio como resultado el respetado avión de combate Rafale.

Últimas generaciones de aviones de combate

La mayoría de los cazas en servicio son de 4ª generación, como F-16, el MiG-29 o el F-18, en servicio en España. Aviones más modernos, caso del Rafale francés o el Eurofighter, se les asigna a una 4ª generación plus. El F35 estadounidense ya es calificado como de 5ª generación.

F/A-18

McDonnell Douglas (EEUU)

4.ª generación | 1983

Ilustración F/A-18

Rafale

Dassault (FRA)

4.ª gen. plus | 2004

Ilustración Rafale

Typhoon

Eurofighter (ESP, ING, ALE, IT)

4.ª gen. plus | 2003

Ilustración Typhoon

F35 Lightning II

Lockheed Martin (EEUU)

5.ª generación | 2006

Ilustración F35 Lightning II

FCAS

ESP, FRA, ALE

6.ª generación | ~2045

Ilustración FCAS

Ahora, el nuevo FCAS debe reemplazar tanto a los Eurofighter como a los Rafale (considerados todavía de 4ª generación o 4ª generación plus) y tendrá una versión embarcada. Por el momento, no hay un diseño definitivo. Sabemos que la plataforma del nuevo caza será monoplaza, contará con un motor de última generación, sensores especializados y tecnologías furtivas para evitar ser detectado por las defensas enemigas. Y, por supuesto, deberá superar en características y prestaciones a los actuales aviones de 5ª generación, como el F-35 estadounidense.

Características generales de la plataforma, sensores y planta motriz

El caza tendrá versión terrestre y naval, compatible con portaaviones convencionales. Ambas serían muy similares, con cambios como refuerzos estructurales para tomas y despegues desde portaaviones, protección especial anticorrosión y equipos específicos para uso naval.

Ilustración caza

Un sistema de sistemas

Pero el concepto de sistema de sistemas es la clave de todo. Supone pensar en términos mucho más sofisticados que la clásica acción de combate, donde varias plataformas actúan de manera coordinada. El FCAS va más allá y aspira a que elementos tan dispares como un satélite, un dron de reconocimiento, una unidad terrestre o naval y otros aviones trabajen de manera conjunta, como un todo. Es el manido multidominio hecho realidad.

La ventaja de esta arquitectura única es que se consiguen efectos multiplicadores en todo el rango de capacidades. Por ejemplo, las armas o sensores de cualquier plataforma pueden ser utilizados por cualquiera de las otras unidades que componen el sistema y, además, hacerlo en tiempo real.

La “Nube de Combate” o Combat Cloud

La Nube de Combate es una red de sistemas militares interconectados en una arquitectura para el combate colaborativo. Permite compartir toda la información de los distintos elementos, plataformas y sensores en el campo de batalla en tiempo real. Los datos recabados por satélites, drones de reconocimiento o unidades en tierra, mar o aire son recopilados y analizados en conjunto para tener una visión integral del escenario.

Ilustración mapa montañosoIlustración caza secundario, centro de operaciones, barco, unidad terrestre, remote carriers y satélite

El desafío es armonizar todas estas tecnologías para lograr un verdadero trabajo en red que abre un abanico de posibilidades inéditas. La joya de la corona de este sistema son los remote carriers que acompañan al caza.

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Enjambre de drones

El enjambre de drones es uno de los elementos revolucionarios del FCAS, multiplicando por varios enteros sus capacidades y posibilidades de actuar en varios tipos de misiones. La idea es utilizar diversos tipos de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por su sigla en inglés) que pueden ser configurados con múltiples cometidos. Este pilar lo lidera Airbus, con Thales e Indra como socios principales, y su centro neurálgico se sitúa en las factorías alemanas de Manching y Friedrichshafen.

El elemento distintivo de estos remote carriers respecto a otros modelos convencionales es que carecen de estación de control en tierra. Toda su operación, intercambio de información y órdenes, se ejecutarán desde los aviones en vuelo. El FCAS operará varios tipos de drones, con características y tamaños adecuados a una amplia gama de funciones y cometidos.

Se contemplan tres tipos de drones. Los grandes (hasta 8.000 kg y reutilizables) tendrán un fuselaje común, bodega interna y zona delantera configurable que les otorga un amplio abanico de funciones. Podrán cargar equipos de vigilancia o radares especializados, equipos de guerra electrónica o un variado catálogo de armas. Los drones pequeños (100-300 kg y de un solo uso) podrían ejecutar misiones de ataque suicida (modo kamikaze), de reconocimiento, designación de objetivos o análisis de emisiones (ISR-Istar). También podrán actuar como señuelo para confundir a las defensas enemigas. Los medianos (hasta 2.000 kg y reutilizables) podrían combinar funciones de grandes y pequeños, dependiendo de la configuración. Puede que finalmente solo haya drones de dos tamaños (grandes y pequeños) para simplificar la cadena productiva y las economías de escala.

Tipos de UAV

UAV pequeño: UAV mediano:
UAV pequeño y UAV mediano
UAV grande:
UAV grande
UAV grande:
Armamento
UAV grande:
Misiones
Lanzamiento
Misiones
Lanzamiento
Armamento
Misiones

Para su operación, los drones grandes tendrán que utilizar infraestructuras terrestres o navales, mientras que los pequeños y medianos podrán ser lanzados desde aviones de transporte, aviones de combate tripulados o desde otros drones de mayor tamaño.

El enjambre de drones alcanza su rendimiento máximo en su utilización conjunta con el caza de combate que opera el piloto, quien tendrá un amplio abanico de posibilidades a su disposición.

Casos de uso

Estos casos de uso son simplificaciones esquemáticas. En muchas misiones, estas tareas se pueden combinar y variar de múltiples maneras.

Casos de uso

Estos casos de uso son simplificaciones esquemáticas. En muchas misiones, estas tareas se pueden combinar y variar de múltiples maneras.

Escolta
Avanzadilla
Combate

Escolta

Los UAV grandes pueden ser utilizados como escoltas (‘loyal wingman’). Son los que se arriesgan a utilizar sus sensores activos mientras el caza tripulado se mantiene en modo pasivo y oculto. También puede entablar combate con aeronaves enemigas y llegar a sacrificarse para defender al caza tripulado.

Avanzadilla

Los drones actúan por delante de la formación como señuelo o para localizar defensas enemigas. El objetivo final no es otro que generar un elevado número de objetivos con el fin de saturar y confundir a las defensas enemigas, que no sabrán si se están focalizando en un dron pequeño, en uno grande o en el avión tripulado.

Combate

La versatilidad de los UAV permite multiplicar el poder de fuego del avión y la variedad de armamento para diferentes escenarios y misiones. La conexión en tiempo real permite al piloto utilizar el armamento de los drones como si el suyo propio.

Estos casos de uso descritos son simplificaciones esquemáticas. En muchas misiones, estas tareas se pueden combinar y variar de múltiples maneras según las diferentes situaciones en las que se puede encontrar el piloto durante una misión. Los drones pueden empezar con una misión de escolta y luego actuar de reconocimiento para acabar en modo ofensivo para interferir radares o interceptar enemigos. La virtud del sistema es su flexibilidad.

Nueva supremacía aérea

El FCAS va más allá de los equipos hardware. Supone una nueva disciplina militar, que dará lugar a una nueva forma de combate con tres grandes factores diferenciales: control de un enjambre, comunicaciones de última generación e inteligencia artificial (IA).

Control del enjambre
Comunicaciones
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial

Control del enjambre

La imbricación del enjambre de drones con el caza se desarrolla bajo un nuevo concepto tecnológico denominado manned-unmanned teaming (MUT) que busca coordinar de forma eficiente las unidades tripuladas y no tripuladas. Esta es la línea de trabajo principal en la actualidad, incluso por delante de la propia plataforma. Es el corazón del sistema de sistemas y sin ella no hay FCAS.

La idea es ir probando estas nuevas tecnologías con aviones tripulados que ya existen, como el Eurofighter o el Rafale, con las correspondientes modernizaciones.

Comunicaciones

El reto de las comunicaciones es vital. Deben ser seguras, encriptadas y a prueba de interferencias. Un equipo que depende de la conectividad en tiempo real debe estar blindado ante posibles ataques electrónicos.

Inteligencia artificial

El FCAS está pensado como un avión monoplaza, así que un solo piloto tiene el riesgo de verse desbordado ante el enorme cúmulo de información y decisiones a tomar en cada momento. La IA tendrá dos tareas fundamentales en este aspecto.

La primera es descargar al piloto de todas las tareas relacionadas con el vuelo de la aeronave. Una suerte de piloto automático inteligente se encargará de la navegación, el control de parámetros de la aeronave y otros aspectos rutinarios del vuelo.

La segunda es funcionar como copiloto del aviador para el control de la información y los drones. En función de la misión y las instrucciones del piloto, la IA filtrará, procesará y presentará de forma sucinta la abrumadora cantidad de datos que llegarán desde las distintas fuentes integradas en la nube de combate.

Una vez digerida por la IA, el piloto irá recibiendo una serie de recomendaciones de actuación en tiempo real para tratar de reducir el proceso de decisión, cuando sea posible, a un ver y aceptar.

La combinación de todos estos elementos llevará al FCAS a un nivel de conciencia situacional inalcanzable para los cazas actuales. Lo que también obligará a desarrollar su correspondiente serie de simuladores que logren entrenar a los pilotos en esta nueva forma de volar y combatir.

Todo esto no es una entelequia confinada al papel. Ya hay pruebas en marcha con demostradores de remote carriers, que han volado diferentes misiones de pruebas y han sido lanzados desde aviones A400M. El siguiente paso a dar será consolidar las capacidades de repostar en vuelo de forma automática, algo que ya se ha evaluado gracias a las extraordinarias capacidades de los aviones cisterna A330 MRTT.

Esta es la gran carrera hacia la nueva supremacía aérea en la guerra multidominio. Y el FCAS no compite solo. Proyectos como el Global Combat Aircraft Program (GCAP) que impulsan Italia, Reino Unido y Japón, o el Next Generation Air Dominance (NGAD) de Estados Unidos, también trabajan con este objetivo. También China e incluso Turquía ya están trabajando en conceptos similares. El camino va a ser largo y no exento de dificultades tecnológicas, industriales y políticas. Pero no hay que perder de vista la meta.