Es noticia
Exteriores protesta ante Gibraltar por provocar incidentes marítimos, pero Interior aligera los controles de acceso
  1. España
El encaje del Peñón tras el Brexit

Exteriores protesta ante Gibraltar por provocar incidentes marítimos, pero Interior aligera los controles de acceso

El ministerio que dirige Albares se queja ante el Reino Unido por las maniobras de un barco auxiliar del puerto del Peñón que puso en riesgo la vida de funcionarios de Aduanas

Foto: Jonathan Sánchez fue denunciado el lunes por las autoridades de Gibraltar, que le imputan nueve delitos por faenar en aguas próximas al Peñón. (EFE/A. Carrasco Ragel)
Jonathan Sánchez fue denunciado el lunes por las autoridades de Gibraltar, que le imputan nueve delitos por faenar en aguas próximas al Peñón. (EFE/A. Carrasco Ragel)

Una de cal y otra de arena. El Ministerio de Asuntos Exteriores se dispone a protestar ante el Reino Unido por varios incidentes en la bahía de Algeciras, mientras que el de Interior rebaja desde el viernes los controles de acceso a la colonia británica.

La Secretaría de Estado para la Unión Europea ha redactado una nota de protesta, que en el lenguaje diplomático se llama nota verbal, por tres incidentes sucedidos en agosto y que, en alguna ocasión, pusieron en peligro la integridad física de funcionarios españoles, según fuentes del ministerio. El traslado de la queja está pendiente del visto bueno del ministro José Manuel Albares. Se enviará más de dos semanas después del más grave de los incidentes.

Su colega de Interior, Fernando Grande-Marlaska, desautorizó el viernes una decisión de la Policía Nacional consistente en reforzar los controles en los accesos al Peñón, para los ciudadanos no comunitarios, por razones de seguridad. Las autoridades gibraltareñas amenazaron ese día con tomar represalias esta semana contra los más de 10.000 españoles residentes en La Línea y Algeciras y que cruzan a diario esa frontera para trabajar en la colonia.

Foto: Foto de archivo. (EFE/A. Carrasco Ragel)

El incidente marítimo de mayor alcance tuvo lugar el 14 de agosto. Una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) dio el alto a una embarcación con las luces apagadas y que no había activado el sistema de identificación automático, pero que resultó ser un barco auxiliar del puerto de Gibraltar. El buque se escapó y en su huida efectuó maniobras que “pusieron en grave peligro la integridad física del patrullero español y de sus funcionarios”, según un comunicado de Aduanas.

Los otros dos altercados consistieron, el 21 de agosto, en la interceptación por la Royal Gibraltar Police de un pescador español que faenaba, supuestamente ilegalmente, en aguas gibraltareñas, y el 24, otro de parecidas características. Este último pesquero recurrió a la Guardia Civil para que lo protegiese del acoso.

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce (Partido Popular), y después la Junta de Andalucía, instaron el viernes al ministro de Albares a actuar para acabar con el “hostigamiento” de los pescadores con tanta más razón que, según ellos, Gibraltar no posee aguas territoriales. El Tratado de Utrecht de 1713, por el que España entregó el Peñón al Reino Unido, estipula que no posee aguas territoriales.

Foto: Paso fronterizo entre España y Gibraltar en una imagen de archivo. (Reuters/Jon Nazca)

Fabian Picardo, el ministro principal del Peñón, reaccionó inmediatamente. “Si el señor Landaluce cree que las aguas que rodean Gibraltar no son plenamente británicas es que es incapaz de respetar la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar o que no quiere respetarla”, declaró a la televisión local. La Convención estipula que todos los Estados ribereños tienen derecho a aguas territoriales.

Agosto suele ser siempre un mes salpicado de altercados en la bahía de Algeciras, pero esta vez también lo ha sido en la frontera terrestre. Pese a que el Reino Unido ya no forma parte de la Unión Europea, allí no se aplican los controles policiales y aduaneros vigentes en las demás fronteras exteriores, especialmente en las del espacio Schengen de libre circulación entre 26 países europeos que lo integran. La Comisión Europea, guardián de los tratados, no vela en este caso por su cumplimiento.

Tras detectar que personas en busca y captura podían aprovecharse de este laxismo, la Policía Nacional empezó, el jueves pasado, a escanear algunos pasaportes de ciudadanos no comunitarios, mayoritariamente gibraltareños, que entraban en la colonia. Sus sospechas se incrementaron después de que una persona denunciada por violencia de género abandonase su vehículo en la cola de entrada al percatarse del incremento de los controles. El escaneo de la documentación permite averiguar en segundos si la persona controlada tiene cuentas pendientes con la Justicia.

Foto: Fabian Picardo y James Heappey. (Gobierno de Gibraltar)

Las fuerzas policiales españolas “han implantado sin previo aviso un nuevo régimen de control de pasaportes”, denunciaron el viernes en un comunicado las autoridades de Gibraltar. “Esta medida, junto con el creciente número de personas que cruzan la frontera en plena temporada turística, ha provocado largas colas y un considerable trastorno a miles de viajeros que entran en Gibraltar, la mayoría de los cuales son españoles”, añadía el texto. Picardo amenazó a continuación con medidas de retorsión si no recibía “una explicación razonable” del Gobierno español.

La explicación consistió en el levantamiento de los controles reforzados a las 24 horas, según reveló el diario Europa Sur de Algeciras. La decisión la tomó Grande-Marlaska nada más escuchar las quejas de los responsables gibraltareños. En realidad, si se cumplieran las reglas de Schengen, los pasaportes de ciudadanos no comunitarios deberían ser sellados al salir y entrar en Gibraltar.

Foto: Vista del peñón de Gibraltar. (EFE/A. Carrasco Ragel)

Los accesos a la colonia se encuentran en una especie de limbo jurídico y policial. El ministro Albares declaró en enero a la agencia Reuters que los gobiernos británico y español estaban “muy cerca de un acuerdo” sobre el encaje de Gibraltar tras el Brexit, pero a día de hoy ni siquiera están negociando desde finales de 2022.

Madrid, Londres y la Comisión Europea pactaron in extremis, el 31 de diciembre de 2020, horas antes de que el Brexit quedase consumado, que la colonia seguiría aprovechándose de los acuerdos suscritos en el marco de la UE, entre ellos el espacio Schengen. A cambio, las autoridades españolas controlarían, junto con las británicas, las entradas por el puerto y aeropuerto del Peñón. Desde entonces y hasta diciembre de 2022 se negociaron las modalidades de aplicación de este compromiso sin alcanzar ningún acuerdo. La frontera terrestre funciona en la práctica como si la colonia formase parte de Schengen, pero sin ninguna contrapartida por parte del Reino Unido.

Una de cal y otra de arena. El Ministerio de Asuntos Exteriores se dispone a protestar ante el Reino Unido por varios incidentes en la bahía de Algeciras, mientras que el de Interior rebaja desde el viernes los controles de acceso a la colonia británica.

Gibraltar Ministerio de Asuntos Exteriores
El redactor recomienda