Gibraltar rechaza la propuesta de Exteriores sobre el control fronterizo del Peñón

No es la primera vez que España propone hacerse con el control fronterizo de Gibraltar. La última oferta del Ministerio de Exteriores y Bruselas al Reino Unido sobre el encaje del Peñón tras el Brexit vuelve a tocar algunos puntos calientes que ya sonaron hace dos años. Eliminar la verja —el gran símbolo que separa ambos países—, que los británicos cedan la vigilancia del tráfico a través del enclave y que haya libertad de movimiento después de la salida de la Unión Europea ya se plantearon en el famoso Acuerdo de Nochevieja, aquel 31 de diciembre de 2020. Ahora, la diplomacia española vuelve a apretar con planteamientos similares tras reunirse con representantes europeos, autonómicos y locales, pero la Roca lo rechaza y marca distancias. "Reino Unido y Gibraltar también tienen propuestas sobre la mesa", respondió el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, tras las últimas manifestaciones de José Manuel Albares.

En un comunicado oficial rebajaron las expectativas del Ministerio, aludiendo a que la propuesta pretendía "exponer la opinión de España" sobre la situación con Gibraltar. Las negociaciones llevan tiempo encalladas. Y el Gobierno de la Roca dejó ver así que el anuncio de este viernes no tenía su beneplácito. Al menos, no por completo. "Hay aspectos en los que podría mejorarse la cooperación en beneficio mutuo", puntualizaron, abrazando la idea de hallar un acuerdo que contente a todas las partes. Aunque no sin advertencias. "Si no pudiéramos lograrlo, seguiríamos preparativos para un desenlace no negociado", sentenció el ministro principal del Peñón.

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Desde el primer momento, las autoridades gibraltareñas avanzaron a este periódico que el plan de España y la UE era "muy ambicioso". A lo largo del día, su postura al respecto fue modulándose con algunos matices. "Queremos barreras comerciales y proteger la integridad del mercado único", añadió Picardo. En su respuesta oficial no llegan a analizar cuáles son las grandes diferencias con la hoja de ruta europea, pero sí dejan claro que hay asuntos por resolver antes de dar por válido un acuerdo. Y esto, para algunos, devuelve las negociaciones a un punto de no retorno. "Otra vez están mareando", criticó el alcalde de La Línea de la Concepción, el municipio andaluz limítrofe con el Peñón y el más afectado por la situación fronteriza. José Juan Franco, que esta mañana salió "optimista" del encuentro con Exteriores, ha cambiado de opinión tras las palabras de Gibraltar: "Con esto, creo que el pacto no se terminará cerrando".

Más de 10.000 personas de las que trabajan en el Peñón residen en La Línea, y unas 15.000 atraviesan a diario la frontera. Algo que, con el Brexit, se complicó. La situación fronteriza con la Roca es el gran hándicap que hace años amenaza el desarrollo linense, por encima de otros municipios colindantes. "Desde el principio creí que la propuesta de España era sensata, pero hay cosas que Gibraltar difícilmente podrá aceptar", concluyó. Sin embargo, y ocurra lo que ocurra entre ambos países, vuelve a insistir en algo que su Ayuntamiento defiende a capa y espada: "La nuestra es una situación excepcional, y merece soluciones excepcionales". El consistorio linense lleva años tras la propuesta de convertirse en ciudad autónoma, precisamente, argumentando que les daría poder de gestión frente a los llanitos. Pero la propuesta, que salió adelante en sesión plenaria, nunca prosperó.

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Más allá de La Línea, la idea de un nuevo marco jurídico para esta patata caliente que es el Peñón (primero, por su condición de colonia británica y luego, por las complicaciones tras el Brexit) lleva tiempo en vilo. Las líneas maestras del acuerdo europeo en un encuentro entre Exteriores, el presidente de la mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar y los alcaldes de Algeciras, la Línea de la Concepción, San Roque, Los Barrios, Tarifa, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y San Martín del Tesorillo. Además, estuvieron representantes de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, el director de la Oficina de Coordinación de la AGE en el Campo de Gibraltar y el subdelegado del Gobierno de Andalucía en el Campo de Gibraltar. Por lo general, el sentir fue favorable y las opiniones, optimistas. Aunque también hubo voces críticas.

El regidor algecireño y senador por el Partido Popular, José Ignacio Landaluce, dio un golpe sobre la mesa para pedir más inversión. "No podemos esperar a un acuerdo tras el Brexit si antes no cumplimos con el plan para el Campo de Gibraltar", sentenció, refiriéndose al proyecto que en 2018 aprobó el Consejo de Ministros para dinamizar la zona. En realidad, las negociaciones en el triángulo España-Reino Unido-Gibraltar hace tiempo que atraviesan turbulencias. Uno de los principales escollos fue el veto del Gobierno español al transporte de mercancías en marzo.

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Las nuevas imposiciones al tráfico de productos que entraban a la colonia británica fueron consecuencia tras la salida de la UE. Y, aunque fuentes diplomáticas consideraron entonces que estas eran "generosas" con la Verja, las opiniones del otro lado eran bien distintas. "Han roto el acuerdo de reciprocidad", se apresuró a decir la Administración gibraltareña. Por una cosa u otra, los caminos entre España, la Unión Europea, Reino Unido y Gibraltar nunca terminan de converger. Las conversaciones continúan con intención de llegar a un punto común. Pareció que llegaría tras el ansiado Acuerdo de Nochevieja, en diciembre de 2020. Y la esperanza volvió a encenderse tras esta última reunión. Pero la reacción inicial de Gibraltar difumina ahora las conclusiones.