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Núñez Feijóo, un nuevo Terminator gallego
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Núñez Feijóo, un nuevo Terminator gallego

Quizás este sea el secreto de su éxito, que no es más que el éxito de los políticos gallegos de derechas, de los Terminators: para conquistar el poder en una democracia, es fundamental que la gente no sepa lo que está votando

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EC Diseño)
Alberto Núñez Feijóo. (EC Diseño)
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En las películas americanas, a los Terminators los diseña una inteligencia artificial descontrolada, de nombre Skynet, cuya misión es doblegar a la humanidad para mantenerse en el poder. En España, a los Terminators los diseña una región brumosa y cubierta de percebes, de nombre Galicia.

Son temibles. Debe haber allí una fábrica con una máquina en el centro, y chac, chac; chac, chac; el pistón se comprime, suelta humo y del molde aparece un nuevo político gallego de derechas programado para alcanzar el poder y aguantar allí más de lo que las casas de apuestas predicen. Modelo Feijóo: completado.

Foto: Alberto Núñez Feijóo en 2013. (EFE/Lavandeira Jr.)

El prototipo ha pasado cuatro legislaturas en pruebas y mientras tanto encabalgaba mayorías absolutas en Galicia, donde no hay Vox ni Podemos. Cualquier proyección que se haga desde allí al resto del Estado es una osadía, salvo una: si uno de esos políticos gallegos de derechas se lo propone, acaba gobernando España.

Para qué resistirse: las balas le rebotan. La foto del narco importa lo que el "Luis sé fuerte" de Rajoy. Nadie aspira a anticipar qué hará Feijóo con España cuando gobierne. Sus adversarios disparan contra Vox, lo equiparan a él con Vox, lo convierten en parte de Vox, porque cuando lo miran no ven nada. Esta es su arma letal: nada. "Si lo conocierais como los gallegos, no le votaríais", viene a decir Yolanda Díaz. Pero allí ganaba por mayoría absoluta, y Díaz tampoco no explica qué hay que conocer. Porque no lo conoce. Nadie lo conoce.

Feijóo es una cosa demasiado ambigua como para que un ataque directo funcione. Despierta el mismo "me la sopla" que el gallego anterior. Es corchopán electoral flotando con obcecación hacia la superficie.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto en Alicante. (EFE/Morell)

Por eso da igual lo que digan las encuestas y sus vaivenes. Podrá ser ahora o más tarde, con más cuota o menos. Al modelo anterior, Rajoy, se le dio por desactivado y obsoleto tras dos largas legislaturas con gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La gente se reía de él, parecía un cero a la izquierda, un blandurrio, se lo iba a comer Esperanza Aguirre. Y no: el Terminator gallego es implacable.

Mariano Rajoy gobernó hasta que le duró la pila, por más hostias que le cayeran por todas partes. Seguía adelante imperturbable, se lio la de Dios en Cataluña, la economía hundida, el 15-M, etcétera. Cuando notó que se le había agotado la batería y la cosa no daba para más, en su propia moción de censura se ausentó como si no fuera con él y hubo que poner un bolso en su escaño. El bolso que ocupó el escaño de Rajoy tenía tanto carisma como él, y esto no había importado nunca.

Foto: Alberto Núñez Feijóo, junto a varios compañeros, en un mitin celebrado este domingo en Guadalajara. (EFE/Pepe Zamora) Opinión

Sánchez se ha dado cuenta demasiado tarde de que tenía delante a un Terminator gallego. Las encuestas estaban levantándose, la campaña iba muy bien encaminada, devoraba a los periodistas críticos mientras los periodistas palmeros aplaudían. En estas circunstancias, se sentó delante del Terminator gallego, y de inmediato se volvió loco de terror como Sarah Connor en el pasillo del hospital mental.

Feijóo no quiere presentarse a más debates: sabe que su oponente ya está muerto. Ahora lo oigo hablar en entrevistas y nadie sabe lo que está diciendo. No se puede seguir el hilo de sus pensamientos porque quizá no existe ese hilo. Nadie recuerda un solo parlamento de Mariano Rajoy. Solo se recuerdan sus pifias y sus incongruencias. Repito: nunca importó. No importó nunca.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el cara a cara en Atresmedia. (Reuters/Juan Medina)

Las pupilas dilatadas y negras de Pedro Sánchez durante el cara a cara parecían los ojos de un tiburón blanco que no logra morder al buzo que hay protegido por la jaula de observación. Estaba aterrorizado. Quizá se preguntase: pero ¿qué demonios es esto que tengo delante? ¿Por qué le resbala todo?

Se había preparado el debate durante cuatro días, dejó de asistir a eventos, y nada de esto sirvió de nada. Puedes preguntar a 10 analistas serios y recibir 10 retratos de Feijóo incompatibles entre sí. Moderado y radical, calculador y torpe, listo y tonto del culo, socialdemócrata y neoliberal, casi un nacionalista periférico y el más salvaje recentralizador que ha amenazado la lengua catalana.

Foto: El candidato por el PP a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, en un acto electoral en Alicante. (EFE/Morell) Opinión

Quizás este sea el secreto de su éxito, que no es más que el éxito de los políticos gallegos de derechas, de los Terminators: para conquistar el poder en una democracia, es fundamental que la gente no sepa lo que está votando. En cuanto huelen lo que realmente eres, se acaban las legislaturas y te vas.

Pues bien: Núñez Feijóo conseguirá entrar en la Moncloa porque nadie sabe lo que es. Sus armas, la indeterminación y la ambigüedad. Y entre tanto, gasta sus energías como un cocodrilo de sangre fría que muerde una sola vez y mata.

En las películas americanas, a los Terminators los diseña una inteligencia artificial descontrolada, de nombre Skynet, cuya misión es doblegar a la humanidad para mantenerse en el poder. En España, a los Terminators los diseña una región brumosa y cubierta de percebes, de nombre Galicia.

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